Capítulo 24

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Al finalizar las clases Tai acompañó a Mimi a su casa. Habían estado peleados solo tres días pero le habían parecido una eternidad. Quería pasar el mayor tiempo junto a ella.

-Debo hacer algunos deberes atrasados aún. Si quieres puedes venir a ayudarme con esto más tarde. – Dijo ella.

-¿Tu madre estará?- Preguntó Tai aterrado.

-Se irá a hacer compras así que quizás cuando vengas no estará. – Sonrió ella.

-Bueno. Estaré aquí a las cinco.- Contestó el moreno. La saludó y se fue para su casa.

Cuando llegó se encontró con Kari. Esta lo miró indiferentemente pero cuando se dio cuenta que su hermano la observaba se fue para su cuarto rápidamente. Tai se quedó en el living mirando la televisión. En ese momento apareció su mamá.

-¿Hasta cuándo durará esta pelea?- Preguntó su madre enojada.

-Cuando Kari comience a comportarse responsablemente.- Respondió Tai fastidioso.

-Enserio ¿Hablas tú de responsabilidad? ¿Que ni siquiera sabes cómo vas a conseguir tu beca para la universidad? ¿Tú que ni siquiera sabes lavarte la ropa o cocinar? ¿Cómo sobrevivirás?

-Mamá no estamos hablando de la universidad, estamos hablando de los actos de Kari. Actúa sin pensar y podría haberle pasado algo.

-¿Y tú meditas todo antes de hacerlo no? Estamos hablando de madurar Tai. E ir a la universidad implica eso.

Tai suspiró. Esta charla iba a ser larga.

En su cuarto Kari estaba guardando en una caja todo aquello que le recordara a Tk. Realmente pensaba cerrar esa etapa de su vida. Su intención había sido terminar en buenos términos pero él no había querido entonces las cosas estaban así. Cada uno por su lado.

Era doloroso. Aunque no quisiera seguir siendo su novia, Tk era parte de ella. No podía imaginarse tenerlo lejos. Pero él no le daba alternativa.

Y después estaba Davis. El castaño la tenía tan confundida. Es decir, cuando él se le había declarado ella estaba más que segura que quería estar con Tk. Que Davis no era lo que ella buscaba. Pero en los últimos días él le había demostrado que realmente era una persona que valía la pena tener al lado.

Pero al parecer el castaño ya no se fijaba en ella. Actuaba totalmente indiferente ante cualquier acercamiento físico de ella hacia él. Cosa que en otro momento hubiera sido diferente ¿Ya no sentiría absolutamente nada por ella' ¿Por qué la vida era tan contradictoria? Su cabeza iba a explotar de todas las dudas que tenía.

Mii estaba tomando un baño de sales. Estaba de lo más relajada. Esos momentos le servían para meditar. En esa ocasión no podía más que admirar la vida que le había tocado. Es decir, todo era perfecto. Estaba pasando por el mejor momento. Con excepción de la escuela, que tenía mucho trabajo que hacer producto de los días que se había ausentado. Eso la fastidiaba.

Tai Kamiya llegó a la residencia Tachikawa. La madre le indicó que Mimi se encontraba en su cuarto, luego de eso la señora Tachikawa se fue a hacer las compras, dejando al moreno solo en su camino hacia el cuarto de su amada. Tai entró . Nunca había estado en la habitación de Mimi. Se sentía extraño y a la vez enternecido. Era como se la imaginaba.

Podía ver como el rosa predominaba en el ambiente. Allí sobre la mesa de luz se encontraba un portraretrato con una fotografía de ambos cuando tenían diez y once años. Tai no pudo más que sonreír al verla. Luego observó que en dicha mesa se encontraba un ejemplar de "Un grito de amor desde el centro del mundo". Lo abrió y observó que dentro de él se encontraba seca la flor que él le había obsequiado días atrás en el digimundo. Sonrió. Esta chica de verdad lo quería si aún la conservaba.

El hilo rojo (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora