Capítulo 22

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Cayeron uno encima del otro, en el mismo lugar en donde habían desaparecido. En el templo. Pero claramente no era el mismo momento en el que se habían ido porque era de día.

-Las 10 am.- Afirmó Izzy.

-Deberíamos estar en la escuela.- dijo Sora.

-¿Qué vamos a hacer? ¿Qué excusa usaremos?- Preguntó Matt preocupado.

-Yo he estado pensando en un viaje... algo asi como un campamento. Es decir lo de una gripe no sería muy creíble en 8 personas.- Dijo Izzy.

-Suena creíble.- Coincidió Cody.

-Está bien, pero primero vayamos a nuestras casas. Nuestros padres deben estar preocupados.- Ordenó Tai.

Todos caminaron hacia sus hogares. Tai acompañó a Mimi, debido a que seguía enfadado con su hermana.

Mientras que ella se fue con Davis. Tk observó la situación de lejos y frunció el ceño, entonces comenzó a caminar rápido y no saludó si quiera a los que quedaban allí.

Sora y Matt caminaban por el puente.

-Pues nuestra luna de miel se ha acabado.- Se lamentó Sora.

-¿De qué hablas si aún no ha llegado?- Dijo este señalando el anillo que Sora tenía en su mano. Ella se sonrojó.

-Casi lo olvido. Es que aún no me acostumbro a ser tu prometida.

-Deberás acostumbrarte. Tenía pensado que ni bien terminemos la escuela nos vayamos juntos, ya sabes. No podría irme lejos de ti.

Sora abrió los ojos.

-No lo entiendo. ¿Tú quieres que nos casemos luego de la graduación?

-No estaría nada mal.- Contestó Matt besándole la mejilla.- Me tienes loco.

-A mí también amor, pero no lo sé ¿Y la universidad?

-Podríamos elegir universidades en el mismo lugar ¿No crees?

-Sería genial.- Dijo ella y lo besó. - ¿Estás seguro?

-Como nunca lo he estado en toda mi vida. Oye prácticamente vivo solo. Mi padre nunca está. Debo hacer las cosas de la casa, etc. ¿Crees que no estoy maduro para afrontar esto? Conseguiré un trabajo. Podemos hacerlo.

-¡Claro que sí! ¡Confío en ti!- Dijo ella sonriendo.

Mimi y Tai se encontraban frente al edificio de ella hacia veinte minutos.

Tai no quería ir a su casa. Estaba muy enfadado.

-Fuiste muy duro con ella.- Le replicó la ojimiel.

-No tengo ganas de hablar de eso Mimi.

-Lo lamento ¿Qué vas a hacer? ¿Quieres pasar?

-No. Está bien. Serían demasiadas cosas por un día para tus padres.- Dijo acercándose para besarla. Pero en ese momento apareció la mama de Mimi.

-Mimi Tachikawa ¿Asi que es cierto lo que me han contado los Kamiya?

Tai y Mimi quedaron petrificados. ¿De qué demonios hablaba?

-Mamá... estaba por entrar ¿Qué sucede?

-¿Qué sucede? ¡Que te has fugado durante una semana con Taichi y ni siquiera has llamado! ¡Y la han arrastrado a su aventura a su hermana menor!

-¿Qué?- Preguntó Tai.

-No se hagan los desentendidos.- Dijo la mama furiosa.

-mamá no me fui sola con Tai, fueron todos nuestros amigos...

-Ya hablaremos jovencita. Entra. Antes de tener novio y fugarte tenemos que hablar de un par de cosas. Lo lamento Tai otro día hablaré contigo.- Dijo y la arrastró a Mimi para entrar.

Tai se quedó ahí parado sin entender qué demonios había sido eso. ¿Kari habría querido vengarse e inventó esa historia?

Caminó a su casa. Debía averiguarlo cuanto antes. Cuando llegó su madre se tiro sobre él. No lo dejaba respirar.

-¡Hijo mío! ¡No vuelvas a hacerme esto! No sabes lo preocupada que estaba. Yo sabía que te gustaba mucho esa chica pero ¿Fugarte? ¿Por qué¿

-Mama ¿De dónde has sacado esa loca idea?- Preguntó.

-Tu madre lleva pensando durante una semana que como lo último que supimos de ti era que saldrías con Tachikawa, entonces te fugaste con ella. Y Kari se fue con ustedes.

-Mamá en primer lugar, si me hubiera querido fugar con mi novia lo que menos haría es llevarme a Kari. Créeme.

-Di dijiste... ¿Novia?- A su madre le brillaban los ojos.

-Eh... si. Mimi y yo somos novios.

Su mama volvió a apretujarlo.

-¡Oh hijo soy tan feliz!

Tai pensó que su madre era única. Era la única madre a la que le interesaba más que su hijo tenga novia en lugar de reprenderlo por su desaparición.

-¡Que dijeron en la escuela?

-Que viajaron donde tu tía.

-Muchas gracias.- Se sintió mucho más aliviado.

-Siempre pensé que estabas con los digimons y por lo visto no me equivoque- Dijo su padre observando a coromon en los brazos de Tai. El moreno se sobresaltó. Había olvidado por completo que lo llevaba en sus brazos. Luego se dirigió hacia su habitación. Tenía muchas cosas en que meditar.


El hilo rojo (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora