Capítulo 59 - FINAL

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Al otro día todos fueron temprano a la casa de Matt para buscarlo. Incluso Haru y Natsumi se sumaron a la propuesta. Ya que en el último tiempo se habían integrado al grupo de los digidestinados.

-Ya es hora, Romeo.- Dijo Tai.

-Muchachos, no estoy seguro de esto...- Dudó el rubio.

-Por favor, no vas a tirar por la borda todo lo que nos hemos esforzado.- Dijo Mimi.

El rubio suspiró. Sabía que discutir con sus amigos era imposible, ya había perdido. Debía ir y hacer lo que habían planeado. Era su última oportunidad de recuperar a Sora.

Entonces se pararon todos en la puerta del edificio donde vivía la familia Takenouchi. Se acomodaron de acuerdo lo planeado. Era una idea trillada y súper cursi. Como cualquiera que podría idear Tai Kamiya, pero estaban seguros que Sora se enternecería.

Matt le cantaría una serenata a su amada. Una serenata con una canción que compuso especialmente para ella. Mimi haría los coros, Tai estaba con la guitarra ayudándolo y los demás sostenían un cartel que decía: SORA TE AMO.

Mimi le envió un texto a su amiga y de inmediato Sora apareció en su ventana. Entonces comenzaron con lo acordado.

Matt comenzó a cantar su cursi canción. Todos habían trabajado muy duro para que todo saliera bien. Luego cuando terminó Sora comenzó a reírse desde su balcón y ladeaba su cabeza.

-Sora, espera. No entres. Tengo algo importante que decirte. – Dijo Matt desde abajo.

La pelirroja se quedó observándolo atenta. Curiosamente no estaba enojada, al contrario, estaba de más sorprendida de que Matt se hubiera tomado el trabajo de preparar todo esto junto a sus amigos.

-Sora, creo que esto es lo más cursi que he hecho alguna vez por ti. Pero sucede que si pienso en ti soy cursi. Si no estoy a tu lado soy un tipo infeliz. Mi vida no tiene sentido. Y lo único qu deseo en el mundo es despertarme a tu lado cada día de mi vida. Y vivir junto a ti como si cada día fuera el último, porque si te tengo en mi vida, podría morir feliz... no hay nada más que pueda desear. Sora ¡Te amo! Y estoy como loco sin ti.

Ella lo miraba como petrificada, sin hacer absolutamente nada.

-Aún recuerdo el día que nos dimos nuestro primer beso como si fuera ayer. Era un día de invierno, nevaba y tu tenías frío. Entonces me saque mi abrigo y te lo di. Recuerdo que nos miramos a los ojos y me perdí en tu mirada. Dos minutos después estaba besándote. Ahí supe que el resto de mi vida quedaría perdido en esa mirada, porque nunca nadie me ha mirado de esa forma, Sora. Y nunca miraré a nadie como te he mirado a ti. Quizás después de hacer el ridículo como recién no quieras volver a hablarme, pero de verdad no puedo vivir sin ti. Estoy convencido que si no es contigo no es con nadie. Me quedaré esperándote por siempre.

Se hizo un silencio, el cual luego de unos minutos lo rompió Tai.

-¡Vamos Sora! ¡Nunca vi a Matt tan desdichado! ¡Parece un perrito mojado!- Gritó

Todos asintieron.

La pelirroja cerró la ventana que daba al balcón de repente perdiéndose adentro del departamento. Todos se miraron extrañados.

-Gracias muchachos. Pero esto es todo. La misión ha fracasado.- Se lamentó Matt.

Pero de repente la puerta del edificio se abrió y por ella salió corriendo Sora quien se arrojó a los brazos de él.

-Nada ha fracasado.- Dijo el moreno guiñándole el ojo a su amigo y apartándose para dejarle más privacidad a ambos.

-Eres un tonto Ishida. Un tonto lindo.- Dijo ella llorando.

El hilo rojo (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora