• Daryl Dixon •
— Daryl. — lo llamó, Cassidy, nuevamente, pero él solo la ignoro. El hombre siempre fue frío, todo el mundo lo sabia, pero ella no se rendía. Al igual como lo había echo con el resto del grupo, ella lo debía hacer sonreír.
No era una apuesta o nada parecido, era como la joven mujer sentía que contribuía en Alexandria porque, para ser honestos, no lo hacía demasiado. Ya no era buena con armas de fuego, tampoco tenia una gran habilidad culinaria o gran fuerza para los trabajos pesados. Para lo único que era buena era la mecánica de los vehículos y hacer sonreír, e incluso reír, a las personas con sus chistes, auto-humillaciones o simples tonterías; excepto a Daryl. El hombre parecía ser de piedra. Pero no era que a Dixon no le agradara la chica, le agradaba la joven Brooks, incluso más que con lo que se sentía cómodo.
Daryl siguió caminando hacía su moto, seguro de que, si se alejaba lo suficiente, dejaría de sentir esas extrañas sensaciones al verla.
— Te lo digo, Cass, — le hablo Magggie, su amiga — no lo vas a hacer sonreír. — Cassidy miro a la joven Greene en forma de desafió.
— Puedo y lo hare. — le dijo con completa seguridad antes de salir tras el joven Dixon.
Brooks salió tras el cazador, segura y confiada de su misión — Daryl. — lo llamo finalmente y, esta vez, él no la pudo evitar. Ella estaba a pocos metros suyo viendo como se volteaba a verla — Estaba pensando, quizás podrías ayudarme con las armas de fuego, no soy buena con ello. — el cazador asitio. Era verdad , la última vez que la chica tomo un arma la soltó al ser disparada por el recuerdo que le dio el sonido de esta. Cass se quedó mirando a Daryl, expectante por una respuesta — ¿Entonces? — preguntó, ilusionada.
El hombre acepto. Esto contradecía a su plan de evitarla pero no podía negarselo, le encantaba pasar cada segundo posible con ella, ademas, la joven debía aprender a defenderse.
Por la tarde, salieron de los protectores muros de Alexandria y se insertaron dentro del bosque, lo suficientemente lejos como par que, si un caminante los oía, no irá a buscar su cena a Alexandria.
— Empecemos con algo simple. — dijo el cazador, sin saber que ella sabía manejar armas pero ya no podía. Le dio una 9 milímetros, algo no muy pesado y se alejo unos centímetros. La chica balanceo el arma en su mano derecha, enfrentando su miedo y, a los segundos, se preparó para disparar — Bien, separa un poco tus piernas. — la chica hizo caso, sabiendo que estaba fuera de practica — Apunta con tu ojo dominante, respira y, lentamente, aprieta el gatillo. — Cassidy hizo cada una de de las acciones que le aconsejo aunque ella ya conociera el procedimiento. Esperando no volver a asustarse apretó el gatillo, pero, al dispararse el arma, el miedo la dominó por el ruido característico de las armas de fuego, provocando que suelte el arma de sus manos, cubriéndose el rostro con miedo y amenazando a llorar — No seas miedosa, el arma la tenes vos. Inténtalo de nuevo. — juntó el arma del suelo mientras hablaba. Pero detuvo sus intentos de motivaciones cuando vio a la chica derramar lágrimas sobre sus manos que cubrían su rostro, haciendo que Dixon sienta su estómago voltearse al pensar que fueron sus palabras que la pusieron así — Hey, no llores, está bien. — la consoló pero ella seguía llorando, aterrada por los recuerdos — ¿Que pasa?
— Es el sonido. — dijo, con la voz quebrada por las lágrimas — Siempre es el mismo. — negó, apretando más las manos sobre su rostro.
— Está bien si no estás lista, nunca usaste una.
Cassidy finalmente lo miró y negó. Ella si había usado, muchas veces, de muchos tipos, hasta que un día ya no pudo seguir — Si usaba. Practicaba con mi papá y mi hermano, hasta que un día... — las lágrimas la volvieron a invadir y ella se las trago con coraje — le dispare accidentalmente a mi hermano. — sollozó, bajando su mirada al pasto — Lo mate, sin querer, lo juro. — lloró con más fuerza sintiendo la pena tan fuerte como ese horrible dos de octubre — Yo solo tenía quince, no fue mi intención, yo no quería... — el llanto y el abrazo de Dixon cortan su fatídica historia, dejándola sorprendida pero agradecida por la acción de Daryl.
El ballestero la abraza, sin saber cómo hacer para que no se sienta así, para que no llore — No llores, por favor sonreí. — le pidió, hablando sobre su cuello, cerrando los ojos con fuerza mientras ella se aferró más a su cuello — Sonreí como siempre estás sonriendo porque te ves hermosa así. — le volvió a pedir, sintiéndose y siendo vulnerable al decirle lo que más ama de ella.
Cass se apartó un poco de su cuerpo, asustando a Daryl que llega a pensar que se va a alejar, que lo va a rechazar, pero no podría estar más equivocado. Y se da cuenta de eso cuando la joven queda con sus brazos sobre sus hombros, mirando su rostro mientras sus cuerpos rozan — ¿Me harías sonreír? — le pide al ballestero, con la voz aún quebrada pero ahora más fuerte, desviando sin querer su mirada a los finos labios del hombre que quiere hacer sonreír cada día.
Daryl, temeroso por un rechazo, acercó sus labios a los de ella mientras ambos cierran los ojos. El beso se sintió tal y como él imagino que lo haría, a pesar de que ella estaba triste antes de este, era de lo mejor.
Cassidy se sorprendió a si misma sintiendo una hermosa sensación en el vientre, como si todas las piezas encajaran en su lugar. Él necesitaba alguien que lo haga sonreír, ella hacia sonreír a las personas; ella detestaba el ruido de las balas, él usaba flechas; ambos se sentían bien junto al otro.
Se separan en cuanto el beso termina, y se miran. Ahí es cuando ella lo nota, Daryl estaba sonriendo, al igual que ella.
— Te hice sonreír. — le dijo la joven con emoción, dejando atrás lo que había desenterrado — Siempre quise hacerte sonreír. — dijo con una voz risueña mientras giraba unos pocos centímetros su cabeza para ver mejor la pequeña sonrisa del ballestero, sonriendo, ella, un poco más en el proceso.
Daryl, siguiendo los impulsos que siempre tuvo que ignorar, la besó con ternura, siendo encantado por la sensación de su hermosa sonrisa sobre sus labios. Cassidy siguió el beso mientras enterró sus manos en la nuca de Daryl, sintiendo sus mejillas calentarse cuando sus lenguas comenzaron a rozarse con deseo y cariño.
Segundos después separaron sus labios, manteniéndose unidos por sus brazos y un vínculo casi palpable, aún más fuerte. Y Daryl, aún sonriendo, se encargó de mejorar el momento — Es mejor besar tu sonrisa que solo verla. — murmuró sobre sus labios, haciendo que Cassidy no pueda hacer nada más que sonreír, besarlo y decidirse a estar con él por el mayor tiempo que pueda. Porque, en todo el tiempo que estuvo haciendo reír a las personas en Alexandria, nadie la había echo sonreír excepto Daryl.
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Todo es feliz,hasta que suba el siguiente.
Espero que está vez esta parte se publique, en las ultimas actualizaciones no lo hizo y no supe arreglarlo.
Voten y comentes, si no lo hacen, bienvenidos a su cinta [perdón, me re vicie con Thirteen Reasons Why you no supero ese chiste]
Besos♡
Mai[ten]☆
ESTÁS LEYENDO
One Shots // Daryl Dixon // Norman Reedus.
FanfictionAlgunas pequeñas historias con Daryl Dixon y otras con Norman Reedus. Porque, seamos sinceras, ambos están más buenos que la pizza. Y son como el verano y el sol, si te gusta uno te gusta el otro.