Mi abuela en mi cumpleaños número dieciséis me dio una regla de oro que por mucho tiempo ignoré: "Nada bueno viene de una decisión tomada después de las tres de la mañana"
Es una buena regla. La creí estúpida por un largo tiempo pero luego supe que tenía razón. Me tomo muchos errores de decisión para darme cuenta. Como cuando decidí hacerme el piercing que luego se me infecto, esa vez eran las cuatro de la mañana, la única vez que decidí drogarme eran las tres y cuarto, cuando decidí seguir a un chico que había conocido esa misma noche hasta un concierto en Nashville, donde me estafaron, eran las seis y veinte. Esta regla tiene excepciones, no todo lo que decidas luego de las tres de la mañana tiene que salir mal, pero es muy probable que lo haga.
Pero,y a pesar de las contundentes pruebas, no creí en esta regla hasta la vez que Norman llegó a las tres y veintitrés de la mañana.Me levanté al sonido de alguien golpeando la puerta de mi departamento sin cesar. Encendí cada luz que tenía en el camino y, luego de ver por la perilla y ver que era Norman, abrí. No puede preguntarle qué pasaba pues mis labios fueron emboscados por los suyos. Correspondí con el beso, pues estaba dormida y era Norman, era el hombre de mis sueños besándome a las tres y media de la madrugada.
Se adentro junto a mi en mi departamento y me fue desvistiendo mientras íbamos a mi cuarto. Nos recortamos en la cama, ya semidesnudos, y él dejo de besarme para preguntarme "¿Esto está bien?" A lo que decidí que lo estaba.
No hice preguntas, tenía miedo de arruinarlo, pero debería haberlo hecho. Si le hubiese preguntado porque, él me hubiese dicho que se estaba desahogado, que solo quería una noche conmigo para vengarse de su ex novia que lo engaño. Si le hubiese preguntado, yo no me hubiese ilusionado y no habría tenido sexo con él.
A la mañana siguiente Norman no estaba a mi lado en la cama. Ahí supe que fue solo sexo, pero me convencí con cualquier teoría estúpida sólo para que no se me rompa el corazón. Hice excusas por él para no sentirme usada y descartada.
Llamé a su celular pero no me atendió. Le pedí que viniera por mensaje y, a la hora lo hizo. Entro por la misma puerta que la noche anterior, con la cabeza gacha.
Me miro afligido — Antes de que digas nada, lo siento. Sé que lo que hice arruinará nuestra amistad, y sé que no hay vuelta atrás. — dijo antes de que pueda siquiera ofrecerle agua, y se lo agradecí por un momento, si no hubiese dicho eso yo hubiese empezado a hablar de sentimientos y, para él, esos no estaban involucrados.
— ¿Por qué lo hiciste? — le pregunté. Fue tarde para preguntarle pero al menos sabría que fue que lo llevó a mi departamento.
— Ayer llegue a casa y me encontré a Molly engañándome. Solo quería herirla como ella me hirió a mí. — apenas dijo eso mi cara se torció con dolor.
— Me usaste. — afirmé con la voz tan quebrantada como mi corazón.
Me miro con una inmensa culpabilidad en los ojos — No era lo que quería hacer.
— Sí lo era, Norman. — lo interrumpí con la voz fuerte y mi alma dolida — Si no era lo que querías no hubieses venido aquí, hubieses ido a un bar cualquiera y conseguido a alguien ahí. — mi voz quebro en el llanto pero lo quite a un lado como las lágrimas que caían por mi rostro — Pero viniste acá porque sabías que para mí no sería sólo un revolcón, sabias que yo aceptaría porque estoy enamorada de ti. — sollocé y Norman intento consolarme pero me aleje antes de que pueda tocarme — Fuera. — dije con nada más que irá y rencor, y Norman se quedó perplejo, sin entender.
— ¿Qué?
— ¡Qué te vayas! — su cuerpo se sacudió ante mi grito pero no se fue — ¡No te quiero volver a ver en mi puta vida, Norman! ¡Fuera! — salió con rapidez, sabiendo que si no se iba le patearia el culo hasta que lo hiciese.
Me deje caer al piso en cuanto escuche el ruido de la puerta cerrándose. Me sentía usada. Sentía como si hubiesen sacado mi corazón de mi débil cuerpo y lo hubiesen tirado a la basura, como si no tuviera valor alguno.
En ese momento lo supe, y me costó demasiado. Nada bueno viene de una decisión tomada luego de las tres de la mañana.
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OK, no sé ustedes pero me gusto como quedo. Lo de la regla de las dos de la madrugada lo saqué de How I Met Your Mother, aunque ahí creo que eran las tres y no era por decisión sino que venia así y listo. Tipo, son las tres de la madrugada y estas despierto, fueye, acá tenes cosas malas.
Perdón por desaparecer pero esto no significa que comience a publicar regularmente otra vez. Voy a publicar lo que puedo y cuando puedo. Sin promesas.
Besos ♡
Mai[tén]
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One Shots // Daryl Dixon // Norman Reedus.
FanfictionAlgunas pequeñas historias con Daryl Dixon y otras con Norman Reedus. Porque, seamos sinceras, ambos están más buenos que la pizza. Y son como el verano y el sol, si te gusta uno te gusta el otro.