Who You Were.

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Lloraba, lloraba con un dolor que no creía que llegaría a experimentar. Era como si una trituradora hiciese añicos mi alma, segundo a segundo. Todo era causado por él, por lo que dijimos, por lo que hizo.

Sequé otra de mis lágrimas, sintiéndome tan estúpida por dentro. Lloraba por Norman, el amigo de mi hermano, el hombre por cual estaba locamente enamorada, el hombre que me había engañado la noche anterior.

Me senté en el sillón y la puerta principal se abrió, rogué que no estuviese Norman con ellos pero el universo parecía estar empeñado en odiarme porque su rostro apareció en el living de la casa de mi hermano.


Sequé mis lágrimas pero no fue suficiente como para que Michael no lo notara — Miley ¿Qué pasa?

— Nada. — me miró con desconfianza como si ya supiese lo que estaba en mi mente.

— ¿Quién es? Voy a patearle el culo. — dijo Michael y negué.

— No, no. Él... él es bueno... — mire a Norman por unos segundos — sólo ha tomado estúpidas decisiones. — mi hermano me abrazó, sin saber que más hacer. No miré a Norman, no podía. Apenas pensar en él, en lo que había echo, me llenaba de impotencia y rabia, además de tristeza y un gran dolor en el pecho.

— Estará bien. — me aseguró aunque ninguno de los dos lo supiera.

Lo abracé con aún más fuerza y lo deje ir cuando su celular sonó con una llamada. Michael dejo el cuarto, dejándonos a Norman y a mi solos.

Pena y arrepentimiento fue lo único que distinguí en sus ojos. Negué, pidiéndole en silencio que no diga nada, pero lo hizo, habló.

— Lo lamentó. — cerré mis ojos con dolor — Pensé que lo nuestro se había terminado, dijiste que no estabas segura si seguía valiendo la pena. No pensé qu...

— No estaba segura si esconderlo seguía valiendo la pena. Eso es lo que dije. — mi voz se tornó aguda en el llanto y negué con dolor — Esto valía la pena, lo valía. Ya no.

— Podemos luchar por nosotros, sabes que podemos.

— No quiero luchar por vos. Ya no. Nunca pensé que... — el llanto me interrumpió. Tape mi boca con mi mano, sollozando sobre ella. Inspiré varias veces, saliendo de mi desesperación en el llanto, recuperando mi voz con la decisión que siempre llevaba — Nunca pensé que harías sentir así, nunca pensé que me ibas a herir de esta forma, Norman. — me levante del sillón pero él me siguió, decidido a arreglar algo que no tenía ningún arreglo. Tomo mi brazo, deteniendome. Me pidió que lo mirara y así lo hice

— Miley, por favor, no. N-no no me dejes, no puedo hacer esto sin vos. No puedo vivir sin esta mano, sin... sin esta piel, no sin vos. No. — me abrazó pero yo no a él — No puedo sin vos. Por favor, lucha por nosotros. Lo siento tanto, tanto. Por favor, Miley.

— Ya no sos quien eras. No puedo luchar por vos porque ya no sos vos, sos alguien más. Alguien que me lastimó, alguien que no quiero volver a ver. Así que, por favor, basta. — sus brazo me soltaron con lentitud pero me soltaron al fin. Y dolía, dolía saber que no lo tocaría de nuevo, que no lo besaría, que no lo abrazaría. Pero ya no era quién yo amaba y eso dolía aún más.

pasa?

— Nada. — me miró,

— ¿Quién es? Voy a patearle el culo. — dijo Michael y negué.

— No, no. Él... él es un bueno — mire a Norman por unos segundos — sólo ha tomado estúpidas decisiones. — mi hermano me abrazó, sin saber que más hacer. No miré a Norman, no podía. Apenas pensar en él, en lo que había hecho, me llenaba de impotencia y rabia, además de tristeza y un gran dolor en el pecho.

— Estará bien. — me aseguró aunque ninguno de los dos lo supiera.

Lo abracé con aún más fuerza y lo deje ir cuando su celular sonó con una llamada. Michael dejo el cuarto, dejándonos a Norman y a mi solos.

Pena y arrepentimiento fue lo único que distinguí en sus ojos. Negué, pidiéndole en silencio que no diga nada, pero lo hizo, habló.

— Lo lamentó. — cerré mis ojos con dolor — Pensé que lo nuestro se había terminado, dijiste que no estabas segura si seguía valiendo la pena. No pensé qu...

— No estaba segura si esconderlo seguía valiendo la pena. Eso es lo que dije. — mi voz se tornó aguda en el llanto y negué con dolor — Esto valía la pena, lo valía. Ya no.

— Podemos luchar por nosotros, sabes que podemos.

— No quiero luchar por vos. Ya no. Nunca pensé que... — el llanto me interrumpió. Tape mi boca con mi mano, sollozando sobre ella. Inspiré varias veces, saliendo de mi desesperación en el llanto, recuperando mi voz con la decisión que siempre llevaba — Nunca pensé que harías sentir así, nunca pensé que me ibas a herir de esta forma, Norman. — me levante del sillón pero él me siguió, decidido a arreglar algo que no tenía ningún arreglo. Tomo mi brazo, deteniéndome. Me pidió que lo mirara y así lo hice

— Miley, por favor, no. N—no—no me dejes, no puedo hacer esto sin vos. No puedo vivir sin esta mano, sin... sin esta piel, no sin vos. No. — me abrazó pero yo no a él — No puedo sin vos. Por favor, lucha por nosotros. Lo siento tanto, tanto. Por favor, Miley.

— Ya no sos quien eras. No puedo luchar por vos porque ya no sos vos, sos alguien más. Alguien que me lastimó, alguien que no quiero volver a ver. Así que, por favor, basta. — sus brazo me soltaron con lentitud pero me soltaron al fin. Y dolía, dolía saber que no lo tocaría de nuevo, que no lo besaría, que no lo abrazaría. Pero ya no era quién yo amaba y eso dolía aún más.



One Shots // Daryl Dixon // Norman Reedus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora