Where It All Ends.

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Corrieron fuera de la horda pero Madison sólo sentía el ardor en el costado de su cuerpo. Sabía lo que significaba. Cuando pudieron salir de ese predio lleno de caminantes, Rick y Glenn se encargaron de cerrar la reja separando a los caminantes de ellos mientras ella tocaba su cadera, sintiendo una marca profunda y sangre — Mierda. — murmuró, enojada y angustiada. La habían mordido y ella lo sabía.

— ¿Madison? — la llamo Glenn, preocupado al ver la sangre en su blanca remera. Ella asintió.

— Lo sé. — afirmó — Lo sé.

Sin dudarlo fue hacia el auto, queriendo llegar a la prisión lo más rápido posible.

Estaba angustiada; no podía creer que todo lo que le había pasado era para que terminase así, sin un punto, sin un motivo. Era absurdo. Pero se aguanto todo el enojo. Tenia sus horas contadas y no las iba a desperdiciar con berrinches. Debía decirle a Daryl, asegurarse que él este bien después de que ella se vaya, asegurarse que no se hunda en la culpa, el enojo o la tristeza.

Para cuando llegaron a la prisión Hopps había empeorado, la fiebre le hacía llorar y sentía todo su cuerpo débil,  pero debía aguantar hasta despedirse de Daryl.

La llevaron a su celda, mientras ella se aguantaba todo el dolor que le daba su cansado cuerpo.

Maggie se quedo con ella mientras el resto buscaba a Daryl.

— Maggs. — llamó a su amiga y ésta se le acercó — Cuando muera, no me dejes volver. Y no dejes que sea Daryl quien lo haga ¿Está bien?

— ¿Por qué?

— Porque él no podría. Es fuerte pero no podría con esto. — le aseguró, conociendo muy bien a Dixon. Ella sabía que si Daryl era quien lo hiciera tendría muchos sentimientos que no podría liberar y eso lo rompería.

— Está bien. — acepto la muchacha Greene.

Se quedaron en silencio por unos segundos mientras Maggie le cambiaba el paño de su frente por uno mas fresco.

Daryl entró con apuro a la habitación y sus ojos llorosos se centraron en la mujer que amaba. Negó con la cabeza repetidamente mientras se acercaba a ella. No hizo falta que Glenn le diga, él lo supo en el momento que apareció frente a él, con los ojos cristalizados y sin palabras, Daryl lo supo y sintió todo cayendo a su alrededor, sintió un gran vacío dentro de él y su cuerpo le pesaba, como si estuviera echo de plomo. No quería moverse, no quería respirar, no quería seguir sin ella.

La muchacha negó, al borde de las lágrimas, tratando de aguantar por él — No, Daryl. — le pidió, tomando el rostro del hombre en sus manos — Por favor, no llores. — limpio unas de las saladas gotas que caían de los ojos del cazador.

— No quiero perderte. — dijo el hombre, aún llorando, y sé hundió en el pecho de la mujer que amaba. Glenn y Maggie les dieron espacio y salieron de la, en ese momento, tan triste celda.

Daryl no tardó en acomodarse al lado de la chica que amaba, llorando es su pecho; ella sabía que él era el que mas sufría en ese momento. Finalmente se abría a ella, finalmente le lograba demostrar su afecto, y la arrancaban de su vida, como si no fuese un problema.

Luego de unos segundos, al haber recapacitado que tenia toda su vida para llorar pero tan solo unas horas más con ella, dejo de hacerlo. Cesó sus lágrimas con grandes esfuerzos y la miro con un infinito e irremediable cariño antes de besarla por una ultima vez con una gran delicadeza, como si fuese de porcelana; porque, en ese momento, lo era. Su fiebre comenzaba a subir y no le quedaba más de una hora; ya sentía los últimos granos de arena caer en su reloj.

— Te amo, Mady. — le dijo el hombre con las voz quebrada, sabiendo que sería la última vez.

— Tambien te amo, Daryl. — ahora era ella la que mantenía su cabeza en el pecho de su pareja, pidiendo poder vivir un segundo más, pidiendo poder respirar otra vez, pidiendo poder acariciar una vez más la piel de Daryl, pidiendo poder despedirse de él. Y así lo hizo tomó sus últimas fuerzas y, mientras acariciaba el pecho de Daryl,  habló — Necesito que me prometas algo, Daryl. No dejes que esto te mate también. Que yo me vaya no significa que vos debas hacerlo. Tenes que seguir y vivir y amar... sobretodo amar. — la voz se le quebró por unos segundo pero resistió el llanto — Prometeme que intentaras encontrar a alguien más que te ame como yo lo hago, y que entienda que será difícil para vos, y que no te haga olvidarme... Por favor, que no te haga olvidarme. Quiero que me prometas que no me olvidarás pero no dejarás que mi recuerdo te persiga como la tristeza del pasado; que puedas sonreír cada vez que pienses en mi ¿Podes prometerme eso?

— Te lo prometo, pero nunca podría amar a alguien más. — Madison le sonrío con dificultad.

— Podrás, y lo harás,y estará bien porque sabré que igual me seguirías amando y que nunca me olvidarás. — la joven le sonrío con tranquilidad y una paz que solo se ven en los recién nacidos y los prontos a morir, cuando se van sin remordimiento — Daryl, te amo. Perdón que se termine así.

El cazador beso la frente de la chica por unos largos tres segundos, se apartó de ella y largo el aire de sus pulmones con suavidad — Te amo, Mady. Y está bien si tiene que terminar así. — susurró con una lagrima cayendo por su rostro pero, cuando lo noto, la Madison ya no estaba respirando, ya no estaba viva. Su último segundo había llegado, su último respiro, su último toque en la piel de Dixon y las últimas palabras a él.






Ahora, enseguida, subiré otro. Disculpen mi ausencia. ♡♡♡

One Shots // Daryl Dixon // Norman Reedus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora