Llegamos al bar en el cual mi amiga Charlie trabaja. Intenta animarme con tonterías y promesas con lo genial que será ésta noche, pero esas promesas quedan vacías cuando veo a la castaña cabellera de Norman al fondo de ese extremadamente poblado bar.
No puedo decirle nada a Charl, ella no sabe de él, nada de ello. Lo borré de cada relato e historia que le conté, solo quería olvidarlo, pero eso no ayudó. Menos me ayuda ahora.
Muerdo mi labio inferior y volteo. No quiero verlo, me lástima después de lo que me dijo Gus. Nos dirigimos a la barra y Charlie pasa para el otro lado, alterándome — ¿Que estás haciendo? — le pregunto, sabiendo que no puedo pasar. Comienza a hacer un trago que nadie pidió y, a los segundos, se explica.
— El primer turno es mío, vos anda a divertirte, te veo en un rato. — niego con los ojos abiertos como platos mientras ella sirve el trago.
— Te ayudó. — me detiene, entregándome el vaso con la bebida naranja.
— Esto te va ayudar a divertirte mientras no estoy, anda.
— Porque el alcohol es mejor amiga que vos. — le digo entre broma y realidad mientras la asesino con la mirada y el tumulto de gente pidiendo bebidas me echa para atrás.
— ¿Como estás? — me pregunta un hombre un tanto robusto cuando encuentro un pequeño rincón para esconderme de Norman.
— Bien. — contestó un tanto muy borde, volteándole un poco el rostro.
— Soy Tom. — dice y suspiro. Antes que Norman, mejor hablar con Tom.
— June. — le digo, aceptando el saludo con una pequeña y amable sonrisa.
— Repentinamente amigable, me gusta. — dice y río por obligación — ¿Como conoces a John? — frunzo el ceño.
— Realmente no conozco a nadie. — admito — Mi amiga es bartender y me hizo venir. — alza las cejas mientras mira al bar, viendo a Charlie con su usual sonrisa de bartender y su castaño cabello revoloteando sobre sus hombros mientras niega riendo.
Devuelve su vista a mi — Te dejo plantada por el alcohol. — dice y río mientras asiento.
— Como es usual. — aceptó con gracia.
— Disculpa, amigo, ¿te podría pedir el lugar? — su tono intimidate me pone los pelos de punta, su voz en general lo hace, más después de tanto tiempo.
— Si, seguro. — dice Tom, con cierta admiración en el rostro mientras mira a Norman y se retira con sus amigos.
Norman se coloca a cinco escasos centímetros mío y siento una presión en mi pecho al recordar que tiene novia y no puedo besarle. Su aroma me invade de la mejor forma que cualquier cosa podría hacerlo y no hago más que inspirarlo unos segundos, antes de concentrarme en la realidad.
Él te debe odiar, June. Me digo a mi misma.
Cuando creo que estaremos en este silencio sepulcral por el resto de nuestras vidas, él decide hablar.
— Vamos, salgamos de este lugar. — toma mi mano y me lleva por la salida que lleva al callejón. Apenas salimos siento frío, Norman lo nota y pone su chaqueta de cuero sobre mis desnudos hombros.
— ¿A donde vamos? — le pregunto notablemente nerviosa.
Él no me contesta. Solo se sube a la moto y me pasa su casco para que vaya protegida. Por puro impulso y costumbre, me subo, dejando que Norman me lleve por las calles de Nueva York hasta su departamento, el mismo que el de hace un año.
Dejamos las calles atrás mientras entramos al elegante edificio, subiéndonos en el ascensor.
Este ascensor, testigo de miles de besos, caricias y amor de nuestra parte, ahora se vuelve el lugar más sofocante en la tierra. Los azules ojos de Norman parecen de fuego, me queman con cada mirada de reojo. Pero, cuando los miro, no siento que quemaran, siento una sensación reconfortante, como si llegará a casa luego de un día agotador. Es esa sensación de hogar que no sentía hace mucho tiempo.
El timbre del ascensor suena y nos devuelve a la realidad, aunque quisiera quedarme en esa maravillosa fantasía entregada por sus ojos.
Entramos a su departamento, antiguamente nuestro, y cierra la puerta detrás de mi.
— Norman.
— No, yo tengo algo que decir. — me interrumpe mientras me hace una seña de que espere unos segundos. Va a su pieza y no me aguanto en seguirlo, no quiero estar sola ahora o me pondré a llorar por los nervios.
Norman busca algo en su mesita de luz y cuando parece encontrarlo suspira profundamente. Se voltea y me extiende con dificultad algo. Tomo esto y lo miro con ayuda de la luz que entra por la ventana.
Una sortija.
Es plateada y tiene un pequeño y hermoso diamante en el medio con algunos delicados detalles grabados en el fino metal. Mis ojos se vuelven llorosos y cubro mi boca con mi mano libre.
Parece que en verdad es feliz con Cecilia.
Tomo su mano y depósito el anillo en ella — Estoy feliz por ustedes. — le digo antes de salir corriendo para el ascensor como si me persiguese el diablo y su ejército.
— Espera, no es eso. — el ascensor se abre enseguida y entro — ¡June! — me llama pero lo ignoro. El ascensor se cierra en el momento que Norman sale por la puerta, con el anillo entre sus dedos y las lágrimas amenazando por caer de esos hermosos ojos, recordándome la dolorosa escena que tuvimos hace un año.
☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆
Este es mi intento de drama. Sexto día, y ya casi llegamos al final.
¿Que les parece hasta ahora?
¿Les cae bien el personaje de June? [Me acabo de dar cuenta de que no le puse un apellido ¿Qué apellido les parece lindo para June?]
También ¡Este mes cumplo un año en Wattpad! El tiempo pasa rápido, aveces.
Voten y comenten.
Besos ♡
Mai[tén]
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One Shots // Daryl Dixon // Norman Reedus.
FanfictionAlgunas pequeñas historias con Daryl Dixon y otras con Norman Reedus. Porque, seamos sinceras, ambos están más buenos que la pizza. Y son como el verano y el sol, si te gusta uno te gusta el otro.