49.- Disparos

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Narra Maya

Me levanté como siempre para ir al colegio. Mi madre no estaba en la casa por lo tanto estaba completamente sola.

La puerta se oyó y salí a abrir. Frente a mi estaba ella con un arma apuntándome.

-Hola Maya - saludó ella, tenía la mirada pérdida - Ha pasado tiempo sin vernos pero aquí estoy. He vuelto.

Mi boca se secó completamente - Rebekah - logre articular pero ella seguía apuntándome con el arma - ¿Que estás haciendo aquí?

-Veras. Lo único que yo quería en este mundo era a Lucas y estuve así de cerca - juntó su dedo índice con el pulgar - Pero apareciste tú y cuando intente recuperarlo fue en vano. Hice todo por él y jamás pudo olvidarte.

-Por favor no hagas nada de lo que te puedas arrepentir – sollocé con la voz entrecortada. Se acercó a mí y me arrinconó contra la pared.

-Primero acabare contigo después iré por el estúpido de Zay. No te preocupes no dolerá... mucho.

Cargó el arma y la apuntó a mi frente. Cerré los ojos, lo único que me venía a la cabeza era Lucas.

Oí un golpe y eso me hizo abrir de nuevo los ojos. Era Lucas, estaba dentro de mi casa y ahora forcejeaba el arma con Rebekah.

Todo pasó muy rápido, de repente se oyó un disparo y todo quedó en silencio.

Vi como Rebekah se separaba lentamente de Lucas, este cayó al suelo con un disparo en el estómago.

-No... - grité, me puse de rodillas en el suelo al lado de él.

Alcancé a oír que alguien más llegó a mi casa. Pero mi atención estaba en Lucas.

Lo sujeté de la mano.

-¿Te encuentras bien? – preguntó con la voz débil.

-Shhhhh... No hables más por favor - las lágrimas corrían por mi rostro.

(...)

Estaba sentada en la sala de espera del Hospital. La persona que había llegado a mi casa después de Lucas fue Matthews. Él llamó a la policía y se llevaron a Rebekah, también llamó una ambulancia, a los chicos y a los padres de Lucas. Ahora estábamos todos esperando noticias de él.

-Familiares de Lucas Friar – llamó el doctor y todos nos pusimos de pie - El muchacho está estable, la bala no ocasionó daño alguno. En un momento podrán verlo. De uno en uno por favor y solo los más cercanos.

Primero pasaron sus padres y cuando salieron me pidieron que entrara.

Mientras caminaba por el pasillo que llevaba a la habitación de Lucas, no dejaba de pensar en lo idiota que fue por ponerse en ese peligro <<Pudo haber muerto>>

Abrí la puerta y ahí estaba él, recargado en las almohadas.

Corrí hacia él y le di un empujón.

-Ouch - se quejó.

-Pudiste haber muerto idiota - y las lágrimas volvieron a brotar. Me acerqué a él e instintivamente lo abracé.

-Tranquila pancakes. Estoy bien. Yo no iba a permitir que nada te pasara - susurró aun débil.

-Gracias – susurré también y seguimos ahí abrazados.

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