Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-

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-Cuando pedí una linda prostituta, no pensé que me mandarían esta belleza, pasa bella, pasa. Estás en tu casa - Dijo el señor con una alegre sonrisa.

No sé porqué pero me sentí intimidada ante el gran tamaño que tiene la casa, sus pisos tienen una cerámica que asemeja el oro. Las paredes pintadas de un color amarillo brillante. Al fondo unas grandes escalera. Parece que estoy en un castillo Disney.

-¿Sorprendente no? -Dijo el señor cuyo nombre aún ignoro.

-Es un lugar muy maravilloso -Respondí aún sorprendida por el maravilloso del lugar.

- Mira, no quiero que pienses que soy un sádico adicto al sexo, sólo ¡Quiero divertirme una noche! Y mi hijo aún es virgen, y hoy está cumpliendo 24 años. Entonces quiero darle esta sorpresa. Una mujer para perder su virginidad. ¿Estás de acuerdo? -Dijo el señor.

-Estoy aquí para hacer la voluntad que tengan sobre mí -Dije sonriendo y siendo amable.

-Mira que bruto soy, ¡Ni siquiera me he presentado! ¡Soy Nicolá Ricci!

-Un gusto, mi nombre es Scarlette -Dijo sonando lo más segura que podía.

-¿Ese es tu verdadero nombre? -Dijo el frunciendo el entrecejo.

- No, señor -Dije sonando cortante para que no preguntara mi verdadero nombre.

-¿Me dirías tu verdadero... nombre? -Dijo él empezando a subir las escaleras.

-Me llamo... -No pude terminar de decir mi nombre porque alguien más venía bajando las escaleras.

-¡PRONTO! Escóndete o se arruinará la sorpresa, es mi hijo -Dijo El señor Nicolá.

Me escondí detrás de las escaleras, escuché que él le dijo algo a el Señor Nicolá.

-¡Bruno! Hijo mío, ¿Qué quieres? -Dijo él sonando sorprendido.

- Creí haber escuchado una voz femenina por aquí -Dijo una voz gruesa pero joven.

-¿Mujer? -rió- Cumplir 24 años te está haciendo mal, Hijo mío.

-Bueno, está bien. Iré arriba a dormir. ¡buona notte! - Dijo, quién por lógica creo que es el hijo.

- ¡Alto! -Intervino Nicolá- No te duermas, tengo un regalo perfecto para tí.

No pude escuchar sí el hijo contestó, pero de algo estoy segura es que "Bruno" no se escucha buena persona. Pero no me importa, mientras me dé dinero para pagar las cuentas no hay problema.

-Bella, acompáñame para que te pongas cómoda.-Me extendió una mano el señor Nicolá.

Yo asentí y lo seguí subiendo las escaleras. Doblamos a la izquierda y de nuevo otras escaleras. Pero al fondo se veían más cuartos y una gran alfombra roja que cubre el centro del pasillo. Subimos las otras escaleras y llegamos al tercer piso.

-Bella, Espero que no te incomode que te llame así. Pero quiero hacerte una pregunta. ¿Cuál es tu edad?

-Tengo 23 años -Contesté orgullosa-

-¡OH! Eres muy jóven, pero espero que sepas satisfacer muy bien a mi hijo.

-No se arrepentirá.

Cada vez que caminábamos más, veía a 5 personas más. Creo que para cada piso hay una ama de llaves, mucama, mayordomo. Entramos a un cuarto color blanco con piso de madera. El tamaño puede ser mi casa completa. Hay una cama con sábanas blancas al fondo. Es una cama matrimonial, en el suelo tiene una alfombra color café de felpa.

-Mira bella, voy a traer a mi hijo, cuando llegue supongo que se va a negar. Necesito que uses tus encantos para poder convencerlo -Dijo tomándo mis manos.

-Lo haré con mucho placer - Dije dándo mi mejor sonrisa.