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En éstos momento lamento mucho haberme bañado y quitarme todo el maquillaje. Él se ve perfectamente guapo, mientras yo sigo en ropa de cama y con cara de sueño. Él me mira con los ojos muy abiertos, pero no es una señal de sorpresa, sino de preocupación. 

Él empujó la puerta y me abrazó, dejé mis brazos a los costados sin saber si debía de corresponder a su abrazo. Él me soltó y me tomó de los hombros, y por fin pude mirar sus ojos llenos de preocupación. Intentaban decirme algo, algo que ni siquiera yo misma sabía.

- Estaba muy preocupado por tí... -Dijo él sin apartar los ojos de los míos.

- ¿Porqué? -Pregunté, incapaz de sostener la mirada con él.

- Salió en las noticias, tu lugar de trabajo fué lugar de una balacera, hay tres heridas y una mujer muerta. Aparentemente el hombre entró para ir por diversión, pero algo lo hizo enojar... Esperó a estar con la mujer y sacó una pistola, comenzó a dispararle a ella hasta matarla y luego al resto del lugar.

Oh por Dios,

- ¿No sabes cuál era el nombre de la que murió? - Pregunté, sin salir de mi estado de shock.

- No lo han dicho... Te llamé para preguntarte si podemos salir en la noche, pero luego de que no contestaras y escuchar eso, sólo quise venir aquí.

- Bruno pasa, ven a la sala.

Él asintió, creo que aún no está consciente de que estoy bien, que declinar la propuesta fué lo mejor que hice.

Bruno se sentó y cruzó los brazos.

- ¿Porqué caminas tan extraño? -Preguntó Bruno, frunciendo el ceño.

- ¿Quieres la verdad?

- Sí.

- La verdad es que ahora en la mañana estaba en la agencia, tuve que estar con cuatro hombres gays, ellos usaron un látigo y me dolió un poco, pero estoy bien -Sonreí, aunque sabía que no me creía.

- ¡¡ELLOS TE MALTRATARON!! -Gritó.

- No es para tanto, ellos lo ven como un placer, yo no hubiera podido decirles que no.

- ¿Puedo ver?

Me sonrojé y no sé porqué, Bruno ya me ha visto en ropa interior. Pero esto me hizo sonrojar de manera extraña.

- Sabes que no voy a intentar nada -Admitió.

Asentí y fuí junto a él. Me subí el short de la pijama y él observó. Acercó su dedo y todo en el lugar donde sentía más dolor. Hice un pequeño grito de dolor.

- Beb, esto está muy mal.. Sé que no debo meterme en tus asuntos pero quiero que no lo hagas.

- No tengo opción, y sabes que es última vez que lo repito.

- Lo comprendo, pero aún así quiero que me prometas que nunca, NUNCA vas a dejar que te hagan daño físico, ¿Bien?

- No es algo que puedo prometer, pero intentaré que nunca me hagan daño.

Bruno sonrió, se puso en pie y me abrazó de nuevo. Estábamos de pie, en la sala de mi casa, me recosté en su hombro y él acarició mi cabello. Si él no me hubiera rechazado hace unos días, esta sería una escena muy linda de amor.

Unos pequeños ladridos interrumpieron el momento, Bruno frunció el ceño y se fué directo junto a los perros. Estaba comenzando a llover y no tenían comida ni agua. Bruno me miró con cara de enojo.

- ¿Porqué estos cachorros no tienen alimento ni agua?

- Venía muy cansada y lo olvidé, es la primera vez que lo olvido.

Bruno caminó buscando la comida, yo les llevé el agua y cerré el patio, ellos se quedaron dentro. Nala estába muy cerca de Bruno, creo que le gusta. Manu se quedó junto a mi, moviéndo su colita.

- Creo que sabes quien tiene su favorito -Dije a Bruno.

- ¿Cómo se llaman?

- Nala y Manu -Sonreí.

- ¿Nala? Suena a nombre de película de Disney, y ¿Manu? Suena como que originalmente se llamó Manuel.

- En mi defensa ya tenían los nombres -Levanté los brazos en señal de rendición.

- Son hermosos -Dijo Bruno tomándo a Nala y colocándolo en su regazo.

Jugamos con los perritos, Nala parecía que ya no me quería pero Manu se quedó junto a mi. No sé si por no dejarme sola o porque me quiere más a mi. Debo decir que han pasado unas dos horas desde que Bruno apareció, son las 16:30hrs.

- ¿Quieres salir a comer? -Preguntó Bruno.

¡SALIR A COMER! Recordé que no tenía que salir a comer con Brad. Ni siquiera pude contestarle a Bruno cuando ya me encontraba buscándo mi teléfono. Busqué el número de Brad y le marqué.

- ¿Diga? -Contestó bastante agitado.

- Soy Be... Scarlette -Me corregí a tiempo.

- Ah hola hermosa, ¿Salimos a comer?

- Lo que sucede es que no puedo, tengo un compromiso pendiente.

- ¿Qué tipo de compromiso? -Preguntó molesto.

No me di cuenta que Bruno estába detrás de mi escuchando la conversación. Lo miré y él tomó el teléfono. Pero eso no fué lo peor, lo peor es que comenzó a hablar.

- Saldrá conmigo, así que quiero que borres el número de ella y la dejes en paz, ¿entiendes?

Miré atónita a Bruno, que él sólo sonréía.

- Lo siento, pero ella se quedará conmigo y no podrá salir contigo ni hoy ni nunca -Bruno hizo una pausa, escuchando lo que Brad le decía -. No me interesa, así que adiós.

Bruno colgó y me devolvió el celular sin mirarme. Se fué a sentar de nuevo en el sofá, su mirada no tenía la más mínima expresión, sólo suspiraba y ponía sus manos en forma de triángulo sobre su boca y nariz.

- ¿Porqué ibas a salir con él? -Comentó sin mirarme.

- Parecía amable,  y no sabía que me ibas a llamar.

- No quiero que vuelvas a hablar con él, ¿entendido?

Fruncí el ceño y no le respondí. Él se levantó rápidamente y caminaba a mi dirección. Sin dejar que pasara un segundo me tomó de la cara, e hizo que nuestros labios chocaran en un gran beso. Por fin tuve el consentimiento de sus labios, son suaves y rápidos. No sé porqué su padre pensaba que era gay, él me vuelve loca. Con la otra mano tomó mi cintura y me atrajo más a él. Soltó mi cabello y me besó con más intensidad. Sentí como él se movía, no pude abrir los ojos hasta ver que íbamos en dirección a mi habitación.

Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora