Ya son casi las 16:00hrs y no aparece el chofer, voy preparada con botas negras de tacón alto, una falda de vuelos blancos, y un top color negro. Usualmente el cabello se lleva suelto, pero lo quise tomar en una sencilla cola.
A las 16:00hrs exactas apareció un BMW en color gris. Miro en su interior y es Walter, el chofer de nuestra categoría.
-¿Lista, hermosa Scarlette? -Dijo él guiñando un ojo.
- Nací lista, Walter.
Me subí al asiento del co-piloto. Él tiene una política de no usarnos contra nuestra voluntad. Y a cambio, a parte de su salario, tiene una "nena" a la semana.
Él conducía no muy rápidamente, yo puse mi mano en su pierna, la iba subiendo y subiendo hasta encontrar a su miembro, quién empezaba a despertar a mi tacto.
-Señorita Scarlette, por mucho que me guste su toque, debo decirle que no se me está permitido hacer eso en horas de trabajo.
-Pero lo estoy haciendo yo, tú sólo conduce y disfruta el viaje -Dije con una voz seductora.
Yo iba masajeando su pene, que aún se encontraba dentro de su pantalón, sentía como crecía su erección, quité el primer botón y la expresión de Walter cambió su expresión a una más de relajación.
Al ver que no se oponía, quité el segundo botón y luego el Zipper, trae bóxer negros con franjas azules.
-Linda elección de Bóxers -Dije en su oído.
Él ya esperaba a que los quitara, pero como estaba sentado era más difícil. Así que jale con fuerza sus pantalones y la punta de su pene salió a la luz, quité el resto de los bóxer y empecé a lamer su pene.
Esto no lo hago porque me dió placer hacerlo y ya. Sino que Walter siempre deja una propina para las que lo hagan calentarse un rato. En el momento en que el pene de Walter empezaba a expulsar líquido, sonó mi celular.
- ¿Hola? -Dije confundida
-Hola hija, ¿Cómo estás?
-Ah, ¡Hola mamá! Estoy bien ¿Y tú?
-Sí, estoy igual de bien. Sabes que no me gusta molestarte, pero no respondiste el teléfono de tu casa. -Dijo mi mamá algo preocupada.
-Ah, lo que ocurre es que estaba en la oficina, y ya sabes como es el papeleo a esta hora.
-Está bien, hija, lo que te quería decir es que la cuenta de la casa ya llegó, son $500, el señor Mejía subió la renta. Y no podemos pagarla -Dijo casi llorando mi madre.
-Mamá, Está bien. Yo pagaré la cuenta.
-Está bien, hija, pero recuerda que este mes me toca pagar el recibo de la luz.
-Madre, tranquila, yo pagaré tus cuentas. Tú sólo compra las medicinas de papá.
-Bueno, hija, espero que te valla bien. Chao.
Mi madre y prácticamente nadie de mi familia conocen mi verdadera ocupación, ellos creen que tengo un exitoso trabajo de secretaria para una empresa importante.
Cuando me dí la vuelta, Walter ya se había acomodado el pantalón.
-Hey, ¡No me dejaste terminar lo que empecé! -Dijo jugando a ser la niña buena
-No es muy común en la cuidad ver a un tipo con el pene erecto a todo público -Dijo con una sonrisa burlona.
Sólo sonreí, casi a los 5 minutos llegamos a un lujoso residencial, la dirección decía que era una de las casas que más llaman la atención. La doble platino B, Calle 20.
Pasamos por las calles, 17, 15, 19, pero no encontramos la calle 20. Vimos un rótulo que decía: Calle 20 a la izquierda. Cuando el auto giró a la izquierda... Sinceramente pude ver otra cuidad. Casas que no bajaban de los 3 pisos. Grandes como su fueran un apartamento completo. Jardines inmensos por todos lados, rosas por montones y las que quisieras. Vimos que las casas tenían nombres: Blue bird, Oro del cielo, estrella Reluciente; Después de mirar casi todas, de última había una casa, la más grande de todas de 4 pisos. Un jardín que podría pasar por un parque completo.
-¿Es aquí? -Preguntó Walter
-En su placa dice: Doble Platino B.
-Bueno hermosa, aquí llegó tu viaje. Sólo llama si tengo que venír por tí. De igual manera avísame si te quedas a dormir -Dijo él dándome una sincera sonrisa- Y antes que lo olvide, toma.
Él buscó en el auto en un compartimento secreto, sacó $200.
-Esto es para tí -Me los entregó- Sé que no es tanto como veo que te pagarán aquí pero espero te ayude.
-Gracias -Dije tomándolos y dándole un beso en su mejilla.
Salí del auto, tenía bastantes nervios por delante. Es una casa muy lujosa y me tendrán que pagar muy bien.
Llegué a la entrada, toqué el timbre y un mayordomo me abrió. Al verme su expresión de sorpresa llevó su mirada hacia mi atuendo.
- ¿Qué se le ofrece? -Dijo el mayordomo en un tono reservado.
- Solicitaron mis servicios en esta casa -Dije tratando de sonar lo más fuerte posible.
- ¿El señor Ricci ó el joven Ricci?
- Pues... -No pude terminar mi oración-
-¿Qué sucede aquí? -Dijo un señor mayor de unos 45 años.
- En esta casa solicitaron mi servicio.
-¿Eres la prostituta? -Dijo el señor mayor con un leve acento Italiano.
Mis manos se formaron en puños, mi boca se formó una gruesa línea. Miré al señor que levantó una ceja esperando mi respuesta.
-Sï, soy la prostituta
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Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-
Akční¿Alguna vez te haz preguntado lo que vive una prostituta? ¿Sin censura? Te invito a que empiezes a leer y cambies tu actitud sobre nosotras... No somos las fáciles que piensas. Trabajamos por necesidad, no porque nos guste.