Ellos me miraron y sonrieron. Casi todos tenían barba y una gran barriga. La mayoría tenía tatuajes y el cabello un poco largo. Todos se acercaron de un sólo movimiento. Yo estaba apoyada a la puerta del auto y ellos me tomaron y me pusieron en el frío pavimento. Me abrieron las puertas y tres hombres comenzaron a chuparme. Otros mordían mi vientre y otro lamían y mordían salvajemente mis pechos. Admito que me duele mucho y no quiero hacer ésto. Grito por ayuda pero dos tipos me besan y muerden la boca. Su aliento es totalmente lleno de alcohol. Siento como ingresan muchos dedos en mí. Trato de gritar pero ellos gimen y gritan de placer que ni siquiera soy capaz de escucharme yo. Escucho como el auto se enciende y las ruedas comienzan a girar. Julián se ha ido. Grito por ayuda pero nadie me escucha. Abro los ojos y todos los tipos se están desabrochándo el pantalón. Me levantan y yo muevo las piernas. Escucho que golpeo a uno en la cara. El que me sostiene me da una cachetada y me dice que me comporte.
Me colocan en la acera, me levanto un poco y ellos se quedan quietos. Le pego un puñetazo en la cara al que está a mi derecha, ellos lo miran y me pierden de vista. Salto sobre el tipo y comienzo a correr. No es muy usual ver a una chica corriendo desnuda a las casi 5:00am. Miro hacia atrás y ellos vienen por mí. Agradezco que son borrachos y la mayoría se cae mientras corren. A un lado del bar lo único que hay es una arboleda. No se ve la luz ni casas. Es hasta muy al fondo donde se ven casas alumbradas. Corro un poco más rápido pero me es casi imposible. Estoy totalmente cansada. Nunca había tenido tanto miedo como ahora. Pensé que no saldría bien con esos tipos. Soy una idiota por dejarme utilizar por Julián. Idiota por pensar que él sabía lo que hacía.
Cuando estoy cerca de la primera casa, veo a una señora mayor. Una anciana que está limpiando la entrada de la casa. Busco a mi alrededor algo para que no crea mal de mí. Veo que hay una alfombra muy usada, y apostaría a que estaba a punto de ir a la basura. La uso para cubrirme los pechos y mi parte baja. Aunque atrás no lo cubre del todo.
La señora me mira y se asusta. Camina para entrar a la casa pero le ruego que se detenga. Que necesito ayuda.-¿Cómo te llamas? -Pregunta la anciana.
-Beberly... Beberly Smith, señora. Necesito su ayuda, estoy muy cansada.
- No puedo ayudarla, salga de mi propiedad.
- Le suplico que tenga compasión de mi... -Digo casi en lágrimas-. He tenido una noche y vida difícil, no sé dónde estoy y si me ayuda se lo estaría agradeciendo por siempre.
Ella pareció pensar en lo que le he dicho. Si ésta señora me ayuda, es como un ángel para mí. Después de todo creo que no puedo confiar en las personas que creí confiar. Julián. Bruno.
- Está bien, puedes venir -Dice la señora-, pero sólo por dos horas. Luego te irás.
Le agradecí y caminé hacia ella. Me abrió la puerta y se me quedó viendo de pies a cabeza. Nunca olvidaré el rostro de la señora. Cree que soy una asesina en serie.
-Te traeré ropa.
Le sonreí pero me quedé con un sabor a vergüenza. No sé si hay alguien más viviendo aquí y yo no estoy presentable. Pero la palabra presentable se me queda corta...
Ella regresó con una enagua de tela rosa que llega hasta un poco más abajo de la rodilla. Y una blusa de tela fina blanca. Un vestuario parecido al que ella está utilizando ahora. Le dije gracias y ella sonrió. Me indicó dónde estaba el baño y me fui a cambiar. La enagua me quedaba un poco pequeña, pero la señora era muy delgada. La blusa seguía siendo holgada pero me sentía cómoda de llevar algo sobre mí.
Salí y ella me estaba esperando con una taza de café. Y en la otra mano unas galletas de crema. Ella me las da. De nuevo le agradezco y me invita a sentarme.
ESTÁS LEYENDO
Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-
Action¿Alguna vez te haz preguntado lo que vive una prostituta? ¿Sin censura? Te invito a que empiezes a leer y cambies tu actitud sobre nosotras... No somos las fáciles que piensas. Trabajamos por necesidad, no porque nos guste.