38

952 32 3
                                    

De todas las cosas posibles, nunca pensó que su hija llegara a ser prostituta. Lo entendía, mi madre no desconfiaba de mí, como para hacerle eso. No creo que lo asimile en éstos momentos, pero creo que me comprenderá... Algún día.

-¿Hace cuánto?

-Varios años -Respondo con la cabeza baja.

-¿Siempre ha sido así?

-Siempre.

No tenía la valentía para mirarla a los ojos. Debí haber sido más fuerte y afrontar la situación. Pero no puedo.

-Dijiste que "Era" , ¿Ya no?

Negué con la cabeza. Ahora ni las palabras podía expresar.

-¿Bruno lo sabe? -Pregunta en mi oído.

- Sí, mamá. Bruno lo sabe, lo conocí por eso mismo.

-Entonces... Tú y él se conocieron por hacer...

-No... No es así como lo piensas, te explicaré... 

Tardé unos veinte minutos en explicarle a mi madre como realmente había conocido a Bruno, y la razón por la que el día de la cena me habían reconocido. Por momentos mi madre contenía las lágrimas, pero me veía con sus ojos de amor. Y así escuchó hasta mi ultima palabra sobre le tema.

Todo ésto era mucho para mi madre. Subí la cabeza y estaba pensando las cosas. Todo era mucho para ella.

-Cariño, nunca te juzgaré mal -Dice ella con una inmensa sonrisa-, eres mi hija y siempre lo serás. Esperaba que fuera algo menor, pero te agradezco por tu valentía de decirlo. Y gracias por no decirlo frente a tu padre. Él no lo soportaría.

Me levanté y abrace a mi mamá como en los viejos tiempo. Yo en su regazo, no totalmente apoyada, mientras acariciaba mi cabello. Mis lágrimas ahora son de felicidad, al saber que mi madre me apoya. Pero creo que está más tranquila al saber que ya lo he dejado, que todo eso ya no es parte de mi vida. Era parte de la antigua Beberly, la nena, la prostituta.

Ella comenzó a hablarme, como si nada hubiera sucedido y todo fue un sueño del que ambas hemos despertado por fin. Estuvimos media hora en el cuarto, ya las lágrimas se habían borrado de su rostro y del mío. Ya todo volvía a ser normal.

Ambas salimos de la habitación, Bruno estaba junto a papá. Ambos me miraron y sonrieron al mismo tiempo, era la imagen más perfecta y más pura que podía ver. A los dos hombres que amo.

-¿Todo en orden? -Pregunta papá.

-Todo está más que bien -Dice mi madre sonriendo, me voltea a ver y guiña un ojo.

Abrazo a mi padre y lo beso en su mejilla. El susurra en mi oído: Tienes mi consentimiento. Volteé a mirarlo pero él nada más sonrió. Me doy la vuelta y Bruno está arrodillado frente a mi con una caja roja cerrada.

-Beberly, desde el momento en que te conocí, sabía que había todo en ti. Amo lo que eres, lo que fuiste y lo que serás, no importa un pasado si tenemos toda una vida para construir el futuro juntos. Beberly Smith, delante de tus padre te pregunto: ¿Quieres casarte conmigo?

Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora