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Sentí que era el momento indicado, creo que ahora comprende lo que soy. Me acerqué a él, lo tomé de su barbilla y lo acerqué a mi juntándonos en un frío beso. Cerré los ojos tratando de hacer reaccionar, pero sus labios no se movían. Me separé y su boca estába del mismo modo antes del beso... Él no quería esto.

Bruno se puso de pie y me tendió su mano.

- Ya es tarde, debemos irnos -Dijo firme.

Asentí y acepté su mano. Caminamos de regreso a el auto. Entramos y todo era un frío silencio. Su rostro no decía nada bueno. No parece enojado sino pensativo.

- Aquí en el GPS -Dijo Bruno rompiéndo el silencio- Pon la dirección de tu casa.

Me acerqué, pero me dió pena decirle que nunca había utilizado un GPS. Coloqué el lugar, bien, la ruta más cercana, bien, y la calle de mi casa, bien.

-Listo -Dije.

Él no respondió, sólo miró el GPS que le indicó por que camino ir. Pasamos todo el recorrido que nos había llevado hasta ahí, hasta llegar a la carretera que ya conozco. Si no fuera por la música, todo sería demasiado extraño. Canciones de Bon Jovi, Aerosmith, The Fray, Air Supply, James Blunt. Casi todas son canciones viejas, pero eso no quita que Bruno no habla. Fué muy extraña su... ¿Reacción? Pero ni siquiera reaccionó. No me siento cómoda, pero por suerte cada vez más nos acercamos a mi casa. Por minutos volvía a ver a Bruno con la esperanza que él también me mire. Pero no fué así.

Llegamos a la entrada de la casa. Él se quedó mirándo sorprendido, seguramente pensó que vivía en un apartamento con dos nuevos perros y con tres tipos en la cama. Él no me indicó que bajara, no hizo movimientos como si fuera a abrir mi puerta, ni siquiera una sonrisa de despedida.

Bajé del auto y me quité las tennis. Las puse en el auto y saqué mis zapatos y bolso. Cerré la puerta sin mirar a Bruno. Escuché como le daba vuelta al auto y se alejaba...

Puedo jurar que jamás... Jamás en mi vida me he sentido tan mal... ¿Porqué lo besé? ¿Eso fué lo que hice mal? ¿Recordó a su madre?...

Saco las llaves e ingreso. Y lo primero que me recibe son Naya y Manu, me ven con cara de enojo. De reojo miro sus tazas de comida y no hay nada.

- Tranquilos, vamos por su comida.

Ellos van hacia las tazas y mueven su cola impacientes. Les doy la misma cantidad de comida y empiezan a comer. Pongo agua y los admiro comer. Son extraordinariamente lindos, me encantaría quedarme con ellos... Pero casi siempre estoy fuera. Pero los quiero... Me los enviaron a mí, es mi obligación.

Estoy demasiado cansada, sólo quiero descansar y dormir... Pero justo en el preciso momento en que quiero dormir, suena el teléfono.

- ¿Sí? -Contesto.

- Soy Cassandra, Scarlette, Hazel está echa una fiera. Tuvo que rechazar a dos clientes que te solicitaban porque no venías... ¿Dónde estás?

- Oh, lo siento, debí llamar a decir que... Estoy enferma, calentura, resfriado y dolor de cabeza.

- Le diré a Hazel que estás enferma... Pero cuando llegues no sabes lo que te espera.

- Lo sé, lo sé... Quiero descansar -Admití.

- Bueno, que te recuperes.

Colgó el teléfono. Dos cliente... ¡DIOS! Eso hubiera sido una gran paga. Pero no puedo hacer nada, no sabía que ir esta noche fué un error.

Saco a los perros al patio y les doy dos cobijas, ambos se quedan quietos y en pocos segundos caen dormidos. Cuando entro a la habitación, vuelvo a escuchar el teléfono... ¡OTRA VEZ NO!

- ¿Diga? -Pregunto.

- Hija, hola ¿Cómo estás?

- Hola mamá, cansada... Ha sido un día muy largo de trabajo -Mentí.

- Lo lamento, sólo te llamaba para... -La interrumpí.

- ¿Cuánto dinero necesitas? Estoy cansada mamá sólo dime -Traté de sonar lo más amable posible.

- Oh no hija, no es de dinero por lo que te llamo. Mira, mañana vendrán unos viejos amigos de tu padre a verlo, y queremos que nos acompañes, ¿Puedes venir?

Para ser sincera no quiero perder más tiempo, hay días en los que no llega ni un sólo cliente a la agencia, y hoy llegaron dos a solicitarme. Pero estoy "enferma".

-Supongo que sí puedo ir, ¿A qué hora?

- Es una cena nada formal, empieza a las 18:00hrs.

- Está bien mamá, ahí te veré, cuídate adiós.

Colgué y desconecté el teléfono. Y por tercer intento iré a dormir. Pero creo que esta vez si será en serio y me dejarán descansar.

Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora