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El taxi se detiene en la entrada del Diamonds Black. Su fachada es completamente otra, en la parte superior hay un rótulo con una chica sobre un diamante negro y abajo dice Diamonds Black. La entrada es un espejo grande que hace que mires cada detalle de su cuerpo. Ingreso y una cortina de humo me recibe. Tiene un olor a menta y veo que una máquina de neblina es la que hace el dicho humo. Miro a todos lados y veo a todas las chicas en ropa interior, también en el fondo hay una barra con un tubo y muchos chicos mirando a una pelirroja hacer su danza sobre el tubo.

-¿Puedo ayudarla, señorita? -Dice una voz grave a mi espalda.

Me vuelvo y encuentro a un hombre joven, de unos treinta años. Sin barba y sin bigote. Tiene un traje de lino color gris y una camisa blanca. Él me mira expectante, esperando mi  respuesta.

- Vengo  a pedir empleo.

- Estás con la persona correcta, me presento, soy Julian y soy el dueño del lugar. Toda chica que quiera entrar debe pasar a mi oficina a ver el contrato... Ven conmigo.

Caminamos entre muchas chicas, él ni siquiera las volteó a ver. Llegamos a una puerta grande, él sacó una llave y entramos. Cerró la puerta con seguro y yo caminé hacia el escritorio del fondo. Las paredes son de color rojo pasión, no tiene cortinas ni ventanas.

-¿Cómo te llamas? -Preguntó.

-Scarlette.

- Mira, Scarlette, soy una persona muy, muy exigente. Aquí sólo están las mejores prostitutas de la ciudad. Si quisiera, ya por tu físico te hubiera dado el empleo, pero todas las que están allá fuera me han complacido a mi. Si tu logras excitarme, por un mínimo de 70% de excitación, el empleo es tuyo.

- Está bien.

Él se acercó a mi. Agradezco traer mi falda corta negra y mi top azul. Él levanta mi falda y comienza a tocar mi trasero. Levanto mi enagua y camino hacia el escritorio. Me siento en él y abro las piernas. Él se muerde el labio y camina hacia mí. Busca el amarre de mi top y lo suelta. Abre los ojos al ver mis pechos. No lo piensa dos veces y se abalanza sobre ellos. Los comienza a chupar y luego los muerdes muy fuerte. Se coloca sobre mi y comienza a quitar su traje. Muerde muy fuerte mis pechos, gimo de placer y a él me produce una sonrisa.

Se reincorpora y se quita la camisa, baja sus pantalones y queda en calzoncillos. Me pongo de pie en el escritorio y quito mi falda. Retiro las bragas y quedo completamente desnuda. Él se pone de rodillas sobre el escritorio y lame mi vagina. Muerde mis labios y los chupa. Con sus manos toca todo mi trasero y le da pequeñas nalgadas.

Se pone de pie conmigo sobre el escritorio, yo me pongo de cuclillas y bajo sus calzoncillos. Su pene ya está totalmente erecto. Lo comienzo a chupar y lo masajeo muy fuerte. Él se comienza a mover muy rápido y siento como todo su pene me cubre la boca. Termina de follar mi boca y se corre en sobre mi. Deja su semen en mis pechos y bajamos del escritorio. Él saca un consolador anal y sonríe.

-Primero quiero darte placer yo, antes de follarte hasta que exijas más.

Me sienta sobre el escritorio y abre mis piernas. Enciende el consolador y lo ingresa en mí. Es una vibración bastante deliciosa, él ingresa y saca el consolador. La vibración hace que tenga una excitación aún mayor. Julian lo ingresa y saca más rápido.

Lo deja por unos cinco minutos hasta que ya llegamos al momento de follar. Me siento en el escritorio y él toma mi cara y comienza a besarme. Con las manos toma mis piernas y hace que las ponga sobre sus costados. Me alza y sujeta con una mano. Con las otra busca su pene, lo acomoda en mi trasero y lo ingresa levemente. Pero da un pequeño salto conmigo y entra totalmente. Grito y gimo mientras él lo introduce y saca. Él me sostiene de las caderas mientras sigue dándome fuertes embestidas.

Se detiene cuando ambos hemos llegado al clímax. Saca su pene y me deja en pie. Pero rápidamente me da la vuelta y lleva contra la pared. Ingresa de nuevo su pene y comienza a follarme de nuevo. Lo hace con embestidas aún más fuertes y rápidas. Con sus manos toca mis pechos y los masajea conforme al ritmo de las embestidas.

Llegamos al segundo clímax rápidamente y Julian se detuvo para respirar. Ambos teníamos la respiración agitada y necesitábamos recobrar el aire.

-Debo admitirlo -Dijo él mirándome a los ojos-. Eres bastante buena y complaces a la perfección, estás dentro. Ven para hacer tu contrato.

Camino junto a él, saca unos papeles de un cajón de la derecha y me da uno:

Diamonds Black.

El night club Diamonds Black le agradece su preferencia por nuestra empresa. Tratamos de buscar la excelencia y lo mejor para nuestros clientes. Éstas son las reglas del night club:

*Se estará en el área de danza mínimo dos noches a la semana.

*El dinero de la danza se entregará por completo a el jefe en curso.

*Está prohibido tener algún tipo de relación más extensa con algún cliente.

*El contrato vale por tres años, sin excepciones.

*Se compromete en los privados a recibir azotes por placer, golpes y demás artículos de placer.

*Estará aquí desde las 16:00hrs, y se retirará hasta que su turno termine.

*Vendrá todos los días entre semana.

*Si el jefe quiere sexo convencional, deberá aceptar sin objetar.

*Si tiene placeres lésbicos, puede estar en la lista de ambos.

* El dinero se depositará en la cuenta de cada una.

*Si desea renunciar al empleo, deberá pagar una multa de $1.000.000 dólares para salir, igual si no cumple alguna norma antes mencionada.

Gracias por nuestra preferencia.

-¿Aceptas?

Tomo el lapicero y firmo el contrato.

Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora