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Abrí mi privado y dejé entrar a Bruno primero, cuándo íba a cerrar la puerta ví que las demás nenas miraban detenidamente. Yo sonreí y les saqué mi dedo del centro a todas.

Ingresé al privado y noté que Bruno se siente incómodo estándo aquí.

- Ayer viví tu realidad... Bienvenido a la mía -Dije a Bruno.

- Me gustaría decir que és un placer estar aquí, pero no sería sincero, Beb.

- Lo sé, te confieso que ni a mi me gusta estar aquí -Dije sentándome en el borde de la cama.

Bruno repitió mi acto y tomó asiento junto a mí.

- Beb, vine a pagarte lo de ayer. Y a devolverte esto -Dijo Bruno

Buscaba algo en sus bolsillos, sacó su mano y ví que tenía mi celular.

- Dejáste esto en mi escritorio, y era mi deber venir a dejártelo.

- Gracias, Bruno -Dije tomándolo

- ¿Ahora que se supone que vamos a hacer aquí? -Preguntó confundido.

- Sé que no vamos a hacer lo que de verdad se hace aquí. 

Él pareció notar mi indirecta, sólo se rió. Miró a su alrededor y notó mi realidad.

- Beb -Dijo mirándome a los ojos- Eres una mujer hermosa, luchadora, capaz de lo que quieras, ¿Porqué vives en este infierno?

- Porque no puedo trabajar en algún lugar dónde me paguen menos de lo que me pagan aquí. Y para eso tendría que estudiar y eso me quitaría tiempo para ganar dinero aquí.

- Pero Beb, ¿Vas a hacer esto toda tu vida?

- No lo creo, pero lo haré hasta que sea necesario.

-No te entiendo, esto es una vida de miérda... ¿Cómo puedes pensar así? ¡Debes superarte y salir de esto! -Dijo levantándo la voz.

- Tú jamás lo entenderías, vives en una casa dónde te dan todo. Pides una pantalla plasma y la tienes en menos tiempo que una pizza. Yo tendría que ahorrar mínimo 1 año para poder tener algo parecido. Mi vida no es como la tuya, Bruno, mi vida la tengo que ganar difícil y no tengo tiempo para buscar otro... ¿Qué quieres que le diga al señor que le alquila la casa a mi madre? ¿Regáleme más tiempo para trabajar y poder ser exitosa y abandonar mi vida de prostituta? ¡No, Bruno, las cosas son más que vivir en una lujosa casa sin hacer absolutamente nada.

Miré a Bruno y él sólo estába con la cabeza abajo. Él sólo vé el punto de vista de prostituírse por dinero. Nunca va a mirar el lado oscuro que se esconde en la casa de mi madre. Si él  vé a mi madre y a mi padre enfermo me entendería... Pero él sólo piensa que soy una fácil que da sexo a todos los hombres de la cuidad.

- Lo siento -Dijo Bruno - Pero en tí veo un gran potencial que no veo en ninguna otra mujer. Puedes ser una mujer exitosa. No te digo que abandones esto, pero si lucharas por tus verdaderos sueños llegarás a tener mucho más que esto.

Las lágrimas inundan mis ojos. Sé que no merezco esto... Yo quiero ser alguien en esta vida, pero no puedo . Hay una gran diferencia entre querer y el poder. Empiezo a llorar, cada vez siento que mis lágrimas caen más fuerte.

Bruno se acerca y me abraza. Me toma en sus fuertes brazos y me coloca en su pecho. Sin querer mis lágrimas caen en su camisa y la mojo.

- Bruno, lo siento -Dije entre sollozos- Mojé tu camisa.

- Tranquila Beb, con mis camisas puedes hacer lo que quieras -Dijo entre sonrisas.

Yo le devolví un falso gesto de sonrisa. Él me tomó de la cara y besó mi frente. Luego miré sus ojos azules. Éran sinceros y llenos de verdad. No me había sentido tan feliz con alguien.

- ¿Porqué lo haces? -Pregunté

- ¿Hacer qué? -Dijo confundido.

- Hacerme feliz con sólo una sonrisa, Gracias Bruno.

- Oh ,Beb, no tienes que agradecer absolutamente nada. Para mí es un placer hacerte reír. 

Lo abrazé, por alrededor de un minuto. Él me acariciaba el moño en mi cabello. Él limpiaba mis ojos y veía que se sorprendía a si mismo.

- ¿Que sucede? -Pregunté

- Tu maquillaje, no se corre -Dijo tocándolo.

- Es muy fuerte y contra agua, Bruno.

- ¿Te digo algo sincero, Beb?

- Dime -Contesté pero en mí había cierta desconfianza.

- Me gustas más sin maquillaje, te veo más cercana a la realidad. Y eres más hermosa al natural.

Sólo pude sonreír. Él me daba una verdadera paz. Hacía que todo lo malo desapareciera. Hubo un momento de silencio dónde sólo nos mirábamos a los ojos y nuestros labios. Nos acercábamos más y más. Pero en ese instante alguien tocó la puerta.

- ¡Scarlette! ¿Estás ahí?

Era Hazel, no puede ver que estába llorando y vestida junto a bruno.

- ¡Pronto Bruno! ¡Quítate la ropa y vé a cama! Ella va a usar su llave y abrirá.

Bruno se fué a la cama, retiró sus pantalones y su camisa. Yo quité mis jeans y mi top. Escuché como Hazel intentaba abrir. 

Junto a Bruno, entré en la cama.

- Bruno, ponte sobre mí como si estuvieras follándome, yo gritaré de placer. Tú sólo ponte en posición de penetración directa.

Él se miraba confundido pero creo que sí entendió.
Escuché cómo la puerta se abrió. Yo gemía de placer. Bruno hacía teatro y parecía que me íba a follar salvajemente.

- Lo siento, Scarlette, cuándo termines con él, afuera hay un viejo cliente y te solicita.

Yo contesté un ¡Sí! lleno de gemidos y de placer. Ella cerró la puerta. 
Quité la posición vergonzosa que teníamos Bruno y yo. Luego de vernos ambos en ropa interior empezamos a reír. Bruno me felicitó por mi buen teatro. 

Después de 10 minutos noté que Bruno no se quería ir.

-Bruno, ¿Tu padre sabes que estás aquí?

- Sí, él sabe que venía a dejarte el dinero. ¿Quieres que me valla?

- No, eso no Bruno, lo que sucede es que no me parece bien que me pagues por tener relaciones, cuando no las tuvimos.

- Sí, pero no importa. Si esa es la única manera de pasar tiempo contigo, me parece justo. Pero creo que deberías ganarte el dinero que mereces. Dejaré que tengas tu dinero, Beb.

- La pasé muy bien, Bruno.

- Yo igual, me encanta estar así contigo. Espero que se repita.

- Yo igual, Bruno.

Él se acercó y besó tranquilamente mi mejilla. Y luego me sonrió. Colocó sus jeans y su camisa. Salió de la habitación. Yo me quedé acomodando la cama. En ese momento entró Jahir, un viejo cliente.

Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora