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Lo miré, Jahir no ha cambiado nada. Su barriga de alcohol, su barba no tan larga. Su cabello rubio llega más abajo de sus orejas. Sus ojos cafés me miran con deseo... No con la amabilidad que lo hace Bruno.

- Así que por aquí tenemos a la hermosa Scarlette -Dijo él mordiéndose el labio

- Y yo estoy aquí para servirte, Jahir.

Él se acercó y me besó fuertemente. Su beso es fuerte y sin nada de sabor. Posa su mano en mi cintura y la baja constantemente hasta llegar a mi trasero. Detiene el beso en mis labios y baja hasta mi cuello. Cada vez me lleva más atrás hasta llegar al borde de la cama. Sin compasión me arroja en el centro de la cama y se empieza a quitar su camisa. Seguidamente se posa sobre mí, quita mi ropa y me deja completamente desnuda.

- Siempre como me gusta -Susurra él.

Lleva su lengua hasta mis pechos, los lame con cierta pasión pero a la vez desesperación.

Me mira y me guiña un ojo. Se desliza a mi parte inferior. Abre mis piernas y empieza a lamer mi vagina. 

Quisiera decir que esto me gusta, pero en cierta forma me parece extraño. Para ser sincera, no quiero hacer esto. Pero esto no es una simple cuestión de si quiero o no...

 Cada vez sube más el ritmo. Siento que ingresa un dedo en mí, no opongo resistencia e ingresa 2. Hace esto por lo menos un minuto. Luego se quita el pantalón y una muy grande erección se asoma en su bóxer.

- Mira Scarlette -Dijo mirándo su pene- Esto y muchas cosas más son las que me haces sentir.

Retiro su ropa interior y me indicó que me acercara. Con placer empecé a succionarlo, luego lo mordía y escuchaba sus gritos. A pesar de que siente dolor, no se niega al placer de estar conmigo. El líquido salado llena mi boca, lo pongo en el pene y sigo succionando. Él quita mi cabello de la cara y hace presion para que lo lama más fuerte y con más intensidad.

- ¡Más! -Excláma Jahir.

Lo introduzco completamente en mi boca, más líquido tengo en toda mi boca. Lo boto y con la lengua lo lamo una vez más. Su erección es inmensa, está completamente recta.

Me aleja de él y me coloca bruscamente en la cama. Me abre las piernas y rápidamente me penetra con fuerza. Hago un gran grito y luego gimo. Me da el gran placer de ser penetrada y poder sentir algo y hacer bien mi trabajo.

Hace fuertes embestidas en mí, llega hasta el fondo y lo vuelve a intentar de nuevo. Ambos llegamos al clímax y bajamos la tensión.

Sin darme cuenta, él me voltéa y me deja de espaldas. De nuevo su miembro se adentra en mí y me vuelve a penetrar con más intensidad. Dejó que el placer se hunda en mí y que todos los pensamientos se ahoguen y sólo pensar en el momento.

Después de unos 20 minutos más de sexo, él se fué y dejó una propina en mi bolso. Pagó el servicio y se fué.

Así es un día normal para mí, Bruno nunca llegará a entender que lo que consigo aquí en 1 hora, no lo conseguiré en 1 semana en una empresa por varias razones: 1. No terminé mis estudios, 2. No tengo una carrera, 3. No tengo experiencia en nada 4. Tengo que pagar mis cuentas y las de mi familia.

Acomodo la cama y coloco sábanas limpias, me dirijo al baño e ingreso a darme un baño. De nuevo pienso en como sería estar con Bruno aquí. me encanta esa idea.

Termino mi baño y busco ropa limpia. Encuentro una blusa azul lisa y mis jeans. Me visto y salgo a la recepción.

Cassandra me mira y hace una sonrisa forzada. Después de mirarme de una manera muy extraña me dice:

- Gran Trabajo, Scarlette, dos en menos de lo que canta un gallo.

Sólo sonrío y tomo mi sobre con el dinero que acabo de ganar. En la factura dice por dos servicios, Bruno paga por algo que no hago. Tal vez debería convencerlo de dejar de ser un hombre virgen...

Mi teléfono suena, mientras camino hacia la sala de espera contesto mi teléfono. Miro que es un número desconocido.

- ¿Sí? -Preguntó con incertidumbre.

- Hola Beb, soy Bruno, quería preguntarte... ¿Que vas a hacer hoy en la noche?

Hay momento es la vida en que las personas queremos saltar de emoción y bailan "La Macarena" en público, pero por evidentes razones... ¡No se puede!

- Oh, Bruno, Hola... Hasta el momento no tengo nada... ¿Porqué?

- Quería invitarte a salir... Si hay un problema con tu trabajo yo pagaré como si fuera un servicio.

- No, Bruno... Ya no quiero que gastes dinero en algo que no ha pasado. Yo pediré permiso e iré a tu casa... ¿Vale?

- Oh Beb -Escucho su risa- el dinero no es un problema cuando una chica lo es todo.

Las personas dicen que los ángeles terrestres no existen, pero claro... Esas personas no han conocido a Bruno Ricci.

- Es muy lindo de tu parte, Bruno... Pero de verdad quiero que no gastes más dinero en mí.

- Tranquila Beb, -suspira- ¿Entonces hoy a las 7? Te espero en mi casa ¿Ok?

- Sí, Bruno, ahí te veré -Sonrío-.

Colgué el teléfono y me senté totalmente rendida en el sofá... Esas son cosas que sólo provoca Bruno Ricci.

Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora