24

2K 38 3
                                    

Bruno abrió la puerta de mi habitación, pero en ningún momento dejó de besarme. ¿Va a hacer lo que pienso?

Nos damos la vuelta, dejándome a mí de espaldas a la cama. Nos hacemos hacia atrás, hasta que siento el borde de la cama. Él me hace sentarme y rápidamente me cuesto y él está sobre mi. Su mano llega a mi cintura, tocándome y subiendo mi camiseta al mismo tiempo. Mis dos manos están en su cuello, pero bajo una hacia su pecho. Bruno se levanta levemente para quitarme la camisa, nos separamos un momento para tomar aire y poder retirar mi camisa. Sus ojos se posan en mi cuerpo, él traga saliva y me vuelve a mirar. Llevo mis manos hacia su saco y lo retiro, luego hago lo mismo con su camisa. Su abdomen me deja sin habla, es tan perfecto, no se puede pedir más a la vida. Él se acerca y vuelve a besarme, siento como mis labios se comienzan a hinchar, gracias a las constantes mordidas por parte de Bruno. 

Mis manos llegan a su pantalón y retiro su faja, él deja un poco la intensidad del beso, antes de apartarse.

- Déjame ayudarte -Dice Bruno.

Se retira sus pantalones y sólo queda en bóxer. Me levanto y colocó mis piernas en sus costados, él me toma por el trasero y lo toma en sus manos. Me vuelve a dejar en la cama y con sus manos busca mi short, lo encuentra y lo baja, yo le ayudo a quitarlo con ayuda de mis piernas. Ambos estamos en ropa interior. En la sala suenan los ladridos de dos pequeños perritos, los ignoramos y seguimos en lo nuestro. Bruno me sienta en la cama y retira mi sostén. Baja los besos a mi cuello y luego hasta mis pechos. Los besa muy tiernamente, hasta que se da cuenta de que lo que de verdad planea hacer es morderlos. Sus manos no dejan de tocar mi vientre, sus manos recorren todas mis curvas, hasta la de mi trasero.

Toma mis bragas y las retira, hago lo mismo que con el short, con mis piernas las dejo en el suelo. Busco su bóxer y lo bajo, su erección es bastante grande, pero no es lo único grande ahí. Él me mira divertido, me sonrojo al notar que miraba su pene.

- Sé que te gusta -Admite orgulloso.

Hago los ojos chinos y él se vuelve a besarme, de nuevo se posa sobre mi. Siento su erección muy fuerte, siento la gran necesidad de tomarlo.

Dejo de besarlo y él se pone en pie. Sabe lo que quiero hacer. Tomo su miembro y lo coloco en mi boca. Él gime y suspira. Yo lo chupo con algo de fuerza, recuerdo que Bruno es virgen y aún no sabe controlar sus hormonas. Lo muerdo suavemente y Bruno grita, me pide que lo haga rápido, que pronto se va a correr.

Lo retiro y luego lo beso a él. Me lleva hacia la pared, y mi estómago siente su erección totalmente recta. Ya es tiempo de quitarle esa virginidad a Bruno.

- Beb, sé que sabes que soy virgen... Pero aún no quiero perderla... No tengo duda de que contigo no me voy a quejar de nada, pero aún no... Aquí no ni ahora.

Toda mi excitación se había esfumado... Claro, él sólo quería que se la chupara y meterme mano.... Muy bueno de tu parte, Bruno.

Le miro con cara de enojo y él sonríe.

- Sé que querías hacerlo, pero entiende... Aquí no ni ahora... Salgamos a comer.

Bruno toma su ropa y entra el baño... ¡¿QUÉ!? Esto si que es una humillación... Tomo mi ropa y la dejo en el canasto de ropa sucia. Recojo mi cabello en un moño alto y busco lgo que ponerme, sólo tengo el vestido que usé en la cena con mis padres, pero Bruno también lo vió ya. Aunque me gusta mucho, quiero ir algo más formal. Encontré un vestido color morado oscuro, que tiene un recogido en la cintura y un escote amplio. Llega unos centímetros más abajo de la rodilla.

Entro en el vestido y suelto mi cabello, lo cepillo y queda lacio pero marcado por la coleta y el moño. Lo sostengo en una cola y queda bien.

Bruno sale del baño, parece que acaba de salir de una sesión fotográfica de modelaje. Su cabello está húmedo y se ve más limpio. Se bañó.

- No sabes cuánto me arrepiento de haber detenido todo -Dice Bruno acercándose. 

- ¿A sí? -Contesto pícaramente y moviéndome lentamente hacia él.

- Sí.

Lo rodeo con los brazos, pero cuando Bruno me iba a besar, yo me alejé y le sonreí.

- Lo siento, debemos ir a  cenar -Dije levantándo mis hombros, haciendo señal de rendición.

Él me miró divertido y salió de la habitación. Busqué unos tacones negros, entré al baño y busqué maquillaje. Bruno dice que le gusta más verme natural, pero esta cena es algo importante para mi. Coloco base y polvos, un poco de rímel y un labial pálido en mis labios. Unos cuántos mechones salen de mi cabello quedándose en mi cara, los sostengo con una prenza, pero me quedaban mejor en la cara. Coloco crema en mis hombros y sección del escote, da brillo y llama la atención.

Cuando volteo Bruno está mirándome y muerde el labio.

- Estás muy guapa, pero supongo que eso ya lo sabes... Ya puse a Nala y Manu en el patio, debemos irnos... Tenemos reservación en una hora.

Realidad de una prostituta. -Basada en hechos reales-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora