Otra más que caerá rendida a mis pies. Salí de la clase y fui al patio, ya que iba a esperar hasta el recreo. Supongo que algunos no entedéis la situación, así que seré breve: a mi mola Tamara, por lo que ella y yo de vez en cuando nos liamos, y me atráe Natsuki, haciéndome querer besarla.
Aproveché el beso a Tamara para robarle el móvil y borrar la foto, lo único que no sé es a quién le darán la ropa interior; supongo que tarde o temprano me acabaré enterando.
Vi que en el recreo no había nadie. Me escondí en una esquina, que me tapaba de cualquier curioso que saliese. Fue entonces, cuando reparé en un falda que cruzaba velozmente el recreo. Me asomé y vi a Tamara corriendo de la mano de Nícolas. No era un secreto para mí que era los a veces tenían sus cosas, pero me extrañaba que fuese en el colegio.
Decidí seguirlos.
Me llevaron hasta el pabellón, en concreto al vestuario de chicos. Ambos se metieron en uno de los baños, así que me alejé un poco para que no me viesen las piernas. De repente, veo como los pantalones de Nícolas se bajan y Tamara se arrodilla.
Sentí que mis ojos me pedían llorar. Yo creía que ella me amaba a mí y que nunca se la chuparía a otro. Estaba tremendamente asqueado, además de conmocionado. Salí del vestuario masculino sin hacer ruido, y justo cuando llegaba a la entrada y salida del pabellón choqué con alguien, cayendo esa persona encima mía. Abrí los ojos llorosos y vi a Natsuki.
-Esto de que uno se caiga encima del otro empieza a ser costumbre -le dije risueño.
El lado positivo de no tener que preocuparme por Tamara, era que podría centrarme en Nat.
-Sí -se levantó y me tendió la mano-, déjame ayudarte.
Se la cogí y me levantó.
-¿Qué hacías aquí?
-Al parecer venir a ver como Tamara se la chupa a Nícolas.
-Vaya, lo siento mucho. Se nota que te gustaba.
-Ya... pero, ¿sabes quién me gusta más?
-No.
-Tú.
Le cogí una muñeca y tiré de ella. En seguida se puso nerviosa.
-Yo no soy el segundo plato de nadie. -me dijo enfadada.
-Yo no tengo segundos platos, solo postres.
-Pareces el guionista de una porno.
-Veamos si tú serías tan buena como su actriz.
La acerqué más, cuando de pronto siento un dolor inmenso en mi entrepierna. Caí al suelo,retorciéndome de dolor, pudiendo ver a Natsuki huir. La verdad, es que dio igual. No merecía la pena esforzarse por una persona que no piensa en ti, ni por otra que cada vez que te ve huye.
Salí del pabellón y vi como ella corría hacia el edificio principal; decidí seguirla, total, no tenía nada mejor que hacer. Vi que me conducía a la sala de ajedrez. Al entrar ella, esperé un poco y pasé yo.
Era un aula con unas ocho mesas, y con dos tableros en cada una. Nat estaba en la última, mirando el móvil, el cuál dejó al vermeverme entrar. Se levantó asustada.
-Tranquila, no he venido a hacerte nada.
-No te creo, eres muy raro.
-Sí vuelves a insultarme te pego.
-Pues se lo diré a un profesor.
-Aún llevas puesta la ropa interior de mi madre, no creo que estés en posición de amenazarme.
Relajó su cuerpo.
-¿Qué quieres?
-Hablar contigo.
-No tenemos nada de que hablar.
-Yo creo que sí.
-Entonces empieza.
-Verás -me rasqué la nuca, esto era difícil para mí-, siento mucho haberte llamado actriz porno, haberte dicho cosas asquerosas, haberte besado sin tu permiso y decirte tanto haberte.
Pareció extrañada.
-Oh, bueno, em... te perdono.
-¿Así sin más? -ahora era yo el que estaba extrañado.
-Sí, bueno. Supongo que tendrías tus razones.
-Ya, pero supongo que no debería haberlo hecho.
-No, aunque espero que hayas aprendido la lección.
Me cabreó que me perdonase. Corrí hasta su lugar, la agarré de la camisa y la empujé contra la pared.
-¿Por qué me perdonas tan fácilmente? ¿Es qué cres que soy idiota?
Negó con la cabeza y cerró los ojos. Al darmer cuenta de que ella pensaba que le pegaría, la solté y me eché hacia atrás. Vi como abría los ojos. Esto que os contaré es vergonzoso, pero la verdad es que me arrodillé delante de ella, agaché la cabeza y le dije:
-De verdad, lo siento. Es que yo...
-Has visto entrar a Nícolas y Tamara en el baño, yo también -me interrumpió.
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Mi hermanastra
Teen FictionJacob, el único hijo de una de las familias más prestigiosas de Suecia. Sus padres deciden adoptar a una niña por su cumpleaños. Él no sabrá como reaccionar a una serie de circunstancias que acabarán con su felicidad.