Las pruebas

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Después de las campanadas volvimos a la habitación. Debo decir que era la más grande de la casa, ya que en estas fiestas siempre nos quedábamos a dormir los primos, e insistíamos en dormir todos en la misma habitación.

Esperamos unos minutos, después aparecieron los gemelos con una enorme mochila. Cerramos la puerta con llave y bajamos las persianas. Sacaron una botella de cerveza, la pusieron en el suelo y el resto nos pusimos en círculo alrededor de ella. Uno se los gemelos la hizo girar; acabó apuntando a un primo. Uno de ellos sacó un abre botellas y se lo pasó. Mi primo abrió la botella y se bebió todo su contenido de un trago.
La dejó, la puso en el centro, la giró... me tocó a mí. Mi primo me miró sonriente.

-Creo que deberíamos empezar suave, así que coge a Vanesa y dale un beso con lengua. Y ya sabes que si te rajas, te sacas una prenda.

Me acerqué a Vanesa, y con todos mirándonos, la besé. Me dio mucho asco meterles la lengua. En cuanto lo hice me alejé. Volví a mi sitio. Vi que Natsuki estaba pálida. No creo que hubiera jugado a esto jamás, así que era normal que reaccionase así.

Giré la botella. Apuntó a un gemelo.

-De acuerdo Leo, tienes que chuparle el pecho a Sofía. Delante de todos, por supuesto.

Sofía llevaba un vestido de cuello subido, así que si se oponía, tendría que quitárselo y quedar en ropa interior; si aceptaba, también tendría que sacárselo, pero su consuelo era que podría volver a ponérselo.

Leo, como siempre, no se echaba atrás. Sofía, temblorosa, empezó a sacarse el vestido. Ya fuera, todos admiramos su bella ropa interior. Leo se acercó y le pasó la lengua por el pecho. Según acabó, ella lo apartó y volvió a ponerse el vestido con rapidez.

Él giró la botella: Daniel.

-Vaya, vaya. Te lo voy a hacer pasar mal. Vamos a dejar las rondas suaves... Como tenemos a una nueva jugadora, quiero que entienda que aquí no estamos de coña. Dani, tu y ella tenéis que ir al baño de la habitación, desnudaros y estar cinco minutos.

A mi esto no me gustó. Nat era muy tímida, seguro que se negaba y tendría que sacarse el vestido. Iba a decir algo, entonces, Natsuki se levantó y caminó al baño.

-Para asegurarnos de que estáis desnudos, tenéis que dejar la ropa interior aquí.

Los dos se metieron en el baño, dejando la puerta entreabierta. Tiraron la ropa fuera. No sé qué estaría pasando, pero me daba miedo.

Narra Daniel.

¡MADRE MÍA! Yo pensaba que esta noche no me iba a pasar nada interesante, y me encuentro que me toca ver a mi prima nueva desnuda. ¡GRACIAS!

Estábamos los dos desnudos con la puerta cerrada. Natsuki estaba de espalda a mí, abrazándose para taparse los pechos. Me acerqué a ella y la abracé, manteniendo mi cintura hacia atrás para que no se asustase. Ella se tensó y se abrazó más fuerte. Yo empecé a bajar mi mano.

-¿Qué estás haciendo? -Me preguntó escandalizada.

-Estas pruebas las hacemos para divertirnos.

-Esto no me parece divertido.

La giré, agarré sus manos y la puse contra la pared. Ella me miraba directamente a los ojos.

-Tengo novio. -Susurró.

-Lo que pasa en esta habitación, se queda en esta habitación. Además, somos primos, ¿cres que esto sería bueno que se supiese?

Ella bajó la mirada. Hice fuerza hacia abajo, y ella empezó a agacharse. Se resistía un poco, pero no demasiado. La obligué a arrodillarse. Yo no quería parecer grosero, así que me agaché con ella. La abracé. La miré a los ojos y la besé. Acerqué mi mano a uno de sus pechos, pero antes de que la tocase, petaron a la puerta.

-Chicos, acercaz la mano que os damos la ropa.

Nos levantamos y cogimos la ropa. Ella se vistió rapidísimo y salió, dejándome solo.

Narra Jacob.

Salieron. Ambos salieron serios, algo que me dio miedo. Ambos salieron en silencio. Ambos salieron con un casi imperceptible... ¡BRILLO EN LOS OJOS!

Dani giró la botella. ¡APUNTÓ A MARÍA! Para los que no lo sepáis, ella era la más guapa aquí. Morena, alta, ojos azules y con un cuerpo que te la comes y no vuelves a comer en toda tu vida. Vamos, que si Daniel le mandaba hacer algo conmigo... SERÍA MI NUEVO MEJOR AMIGO. Además, ella no era familia.

-De acuerdo. María, tienes que chupársela a Ángel.

LO ADORO. María llevaba una falda negra y una camisa blanca. Así que o se quitaba una cosa o la otra.

-Me niego. -Respondió seria.

Empezó a desabotonarse la camisa. Estábamos todos los chicos a la espera del sujetador que guardaba las tetas más grandes, que veréis en una chica de casi dieciséis. Entonces vemos que lleva una camiseta interior.

-Me hacéis lo mismo todos los años, por lo que he venido preparada. -Sonrió maliciosa.

Seguimos con el juego. Ella giró la botella. Me tocó a mí.

-Tienes que chuparle un pezón a Óscar.

Nada complicado. Iba a acercarme a él, entonces levantó la mano.

-Ni de coña.

-Me parece bien.

Se sacó la camisa. Giré la botella y le tocó a él.

-Lo siento tío. Vamos a hacer un combo. -Así era como llamábamos a los retos que hacíamos de tres. -Tienes que llevarte el sujetador de Natalia, ir a tirarlo abajo, después tienes que darle una cachetada a -Perdóname yo te quiero- Natsuki.

Hizo los dos retos con alegría. Natsuki luego me miró mal.

Los retos eran muy picantes. A las tres, los padres declararon que nos quedaríamos todos los jóvenes en la mansión con los abuelos. Y eso daba barra libre para mucho.

Mi hermanastraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora