Despertamos en lugar pequeño y oscuro. Se notaba movimiento, así que debíamos estar en el maletero de un coche. Moví a Nat y comprobé que estaba asustada, ya que agarró mi mano con fuerza.
-¿A dónde nos llevan?
-No tengo ni idea.
Me acerqué a la puerta del maletero e intenté subirla, pero me fue imposible. Natsuki se abrazó a mi cintura y escondió la cabeza entre mis omóplatos.
-¿Qué te pasa?
-Tengo mucho miedo Andrew, quiero saber a dónde a vamos.
Me giré como pude y la abracé. Ella empezó a sollozar en mi pecho.
-No tengas miedo, te juro que pase lo que pase estaré aquí para que no te lastimen.
El coche se paró y se escuchó una puerta cerrarse. Me senté encorvado, poniendo mi cuerpo de forma que tapaba el de Natsuki. Se abrió el maletero y vi al padre de Make. Le intenté dar un puñetazo, pero lo esquivó y caí del coche. Vi como sacaba a Nat por el pelo, lo que me motivó para levantarme y atacarlo. Pero en cuanto me acerqué, le tiró más del pelo.
-Esto funciona así, me han pagado una gran cantidad de dinero para conseguir esto, así que los dos vais a ser buenos.
Me ordenó que me metiese en el maletero, a lo que yo me negué. Fue toda una imprudencia, castigó Nat dándole una patada en la espinilla.
Me metí dentro y esperé a que me avisase. Pasado un rato, abrió de nuevo el maletero. Bajé del coche, esperando a que me pidiese algo;de repente, me tira a Nat, coge el coche y se larga, dejándonos solos en un garaje de sabe Dios dónde.
-¿Estás bien? -le pregunté preocupado.
-Sí -lo decía seca.
-¿Qué te ha hecho?
-Me ha cortado un mechón de pelo, una pulsera y me ha sacado una foto de mi cara.
Recordé lo que había visto esta mañana, todo cuadraba. Decidí no contárselo, ya que habían sido demasiadas emociones fuertes por hoy.
Caminamos sin un rumbo dijo hasta que encontramos una salida. Pronto nos dimos cuenta de que estábamos en la casas rojas. No era muy buen sitio, ya que todos los secuestradores, asesinos, pederastas reformados vivían allí.
Ambos corrimos din llamar la atención hasta el final de la calle. Luego la acompañé a casa. Ya era casi completamente de noche, podíamos ver las luces encendidas. Llamamos al timbre y un Jacob en chándal, obviamente preocupado, nos abrió.
-¿Se puede saber por qué llegas tan tarde? -le gritó sin previo aviso. Luego me miró, observándonos a ambos con asco y furia- Con que era eso... ¡PRIMERO NÍCOLAS Y AHORA ESTE PEDAZO DE MIERDA!
-Jacob, por favor cálmate. Déjame explicarte lo que ha sucedido.
Jacob, aún más furioso, agarró a Nat por la muñeca y la metió en casa.
-Ve a tu cuarto, ya.
Ella le obedeció. Me miró fijamente, hasta me hizo sentirme inseguro de mi inocencia.
-No quiero verte a menos de dos metros de mi hermana.
-Al menos déjanos explicarte que ha sucedido.
-No quiero vuestras explicaciones de mierda, quiero que te largué de aquí. Y si esto vuelve a repetirse algún día... te daré la paliza más grande de tu vida.
-Jacob sé razonable, es evidente que estabas preocupado. Pero de verdad tienes que saber...
-Lárgate -me interrumpió.
Cerró la puerta de golpe. Yo ya no podía hacer más, decidí irme. Comprendía que estuviera enfadado, pero no comprendía que se cerrase así con su hermana.
Pensé que quizás estaba celoso de mí, aunque no tenía sentido. Él es su hermano. ¿O quiere ser algo más?
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Perdón por la tardanza, no estaba inspirada y quería subir algo bueno. Creo que este capítulo es corto pero he puesto todo mi empeño. Intentaré subir más a menudo, pero la inspiración llega cuando quiere.
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Mi hermanastra
Teen FictionJacob, el único hijo de una de las familias más prestigiosas de Suecia. Sus padres deciden adoptar a una niña por su cumpleaños. Él no sabrá como reaccionar a una serie de circunstancias que acabarán con su felicidad.