capitulo 28

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Narra Liam:

Entré al baño, me miré al espejo y suspiré. 

Ya se había llegado la noche, y necesitaba darme un baño para relajarme, así que quité mi camisa, mi pantalón y mi bóxer negro. 

Entré a la ducha y abrí el agua, estaba caliente, como me gustaba. Dejé que callera por mi cuerpo mientras pensaba en ella, lo que me hacía sentir era inexplicable. 

Pensar en que tenia que estar otros dos días con ella, bajo el mismo techo era algo que me estremecía. Siempre que la tenía en frente, quería devorarla a besos, abrazarla, tocarla. Sentir que era mía. Sabía que no lo era, pero me gustaba imaginarlo. 

Mis pensamientos se esfumaron por completo cuando sentí la puerta abrirse, miré fijamente hacía ella, y entonces la vi entrar. 

Instintivamente tape mi miembro con las manos, el agua seguía cayendo por mi cuerpo. 

—Hola, Liam. —susurró, cerrando la puerta. — ¿Puedo bañarme contigo? —preguntó. 

La miré paralizado, las palabras no salieron de mi boca, así que solo asentí. 

Me ponía nervioso, Muy nervioso. 

Se quitó el vestido negro ajustado que llevaba y caminó hacía mí, hubiese preferido que se quitara las bragas y el sostén, pero no lo hizo. 

¡Me estaba convirtiendo en un depravado! 

Se posicionó en frente mío con una sonrisa picara, y paso su dedo por mi abdomen, deslizándolo hacía mi pelvis, para luego subirlo nuevamente. 

— ¿Por qué estas tapándote? —preguntó echando una mirada a mis manos las cuales tapaban mi miembro. 

—N-No… N-No lo… se. —hablé entrecortado, quité mis manos de ahí y la miré, ella sonrió. 

— ¿Quieres que te ayude a enjabonarte? —preguntó mientras cogía el jabón. 

—M-Me encantaría. —respondí nervioso. 

Sonrió, y dirigió el bajón hacía mi pecho. Subió a mi cuello, luego bajó a mis brazos, y dio la vuelta para enjabonarme la espalda. 

Cerré mis ojos, sentía que algo comenzaba a crecer en mí. No podía controlarme ante sus caricias. 

Volvió a pararse en frente y se inclinó, se veía bastante concentrada en lo que hacía. 

Bajé la mirada, y la vi en frente de mi amigo, cogiéndolo con sus pequeñas manos. Suspiré, y cerré los ojos. Podría tener un orgasmo ahí, en ese mismo instante. 

Sentí que comenzó a mover sus manos lentamente desde la base hasta la punta, ya estaba comenzando a jadear gracias a lo que hacía. 

Era como estar en el cielo. 

Abrí los ojos en cuanto su mano comenzó a moverse mas rápido de abajo hacía arriba. La miré, y vi que estaba mordiéndose el labio inferior, eso me hizo gemir levemente. Me miró tentativamente sin dejar de morderse el labio, y de pronto puso una cara inocente. Volví a gemir. 

— ¿Puedes chuparlo? —mis ojos se abrieron como platos cuando escuché las palabras que salieron de mi boca. 

La miré a ella sintiendo mis mejillas rojas. Supe que se había estremecido con mis palabras, porque había dejado de mover su mano y ahora me miraba a los ojos. 

—No... — respondió rápidamente. — No lo haré, aunque muera de ganas por hacerlo. — miró a mi amigo. — Cuando te dije que tendrías que convencerme para hacer cositas malas, también me refería a esto. 

Suspiré profundo, me sentía avergonzado.

—Así que cuando encuentres la forma de convénceme, te haré muchas cositas malas. — Su voz era jodidamente excitante. — Muchas, Liam. No te imaginas cuantas. — Apretó la puntica de mi pene haciéndome gemir.

—Oh, dios. —mordí mi labio conteniendo un gritó de placer. 

Se puso de pie, dejándome al borde del orgasmo, ¿Cómo pudo hacer eso? Me lamente para mis adentros. ¿A que estaba jugando? ¿Cómo se supone que la iba a convencer? 

Quería hacerla mía, justo en ese momento. 

— ¿Ahora me vas a enjabonar tu a mi? —preguntó con cierto aire inocente. 

Asentí, tomándola por la cintura y atrayéndola hacía mi pecho, de manera en la que ella quedo de espaldas a mí. 

Tomé el jabón que estaba en sus manos y lo conduje hasta su abdomen, mi nariz rozaba con su cuello Inhalando todo el dulce olor de su perfume. 

Cuidadosamente fui bajando el jabón, hasta meter mis manos bajo su braga para poder enjabonar ahí. 

— ¡Espera, Liam! —gimió ella, sacando mis manos de ahí. —Tócame por encima de la tela, yo misma me echaré el jabón ahí. —pidió, mientras guiaba mis manos hacia su pecho todavía tapado por el sosten.

La miré con el ceño fruncido, seguía sin comprender a que estaba jugando. 

Le di un beso en el cuello. Observé como cerró sus ojos y entreabrió sus labios. 

—Liam… —gimió en cuanto le di otro beso, esta vez dejé mis labios ahí, sintiendo su piel. 

Apreté sus pechos, aun sintiéndome nervioso e inseguro. 

—Mmm, Liam. —se giró y abrazo por el cuello. —Te amo. —susurró antes de presionar sus labios contra los míos. 

Enamorado de mi vecina (Liam Payne y tu) Completa e terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora