cAPITULO 23 MARATHON 2/3

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—Liam. —Gimió. 

Era difícil controlarme, algo se había apoderado de mí, y me había convertido en una persona completamente diferente a lo que era. Ni siquiera yo me reconocía. Una parte de mí no creía que estuviese haciéndolo todo por mi propia cuenta, sin temor a nada, ni miedo a rechazos, nada. 

Succioné la piel de su cuello, sabiendo que le iba a dejar un gran moretón. Pero ella no hizo nada para impedirlo, así que seguí haciéndolo con toda su piel, me sentía incapaz de detenerme. 

Subí a su boca y besé sus labios con desesperación y deseo. Sentía nuestras respiraciones agitadas y el calor crecía cada vez más en la habitación. 

Su lengua invadió mi boca de la manera más íntima posible, mientras sus manos luchaban por bajar mi bóxer.

Dejé de besarla para sentarme a un lado, en el borde de la cama y bajar mi bóxer rápidamente. Una parte de mí sentía miedo por que mi padre llegara y nos encontrara así. Pero era un riesgo que estaba dispuesto a correr. 

Mi piel se estremeció al sentir unas uñas pasar por mi hombro. Volteé un poco mi cabeza, y vi que estaba detrás de mí, sonriendo mientras me miraba. Sonreí de igual manera. 

Sus manos bajaron por mi pecho, mientras sus labios iban hacia mi cuello y me chupaban tentativamente. Succionaba la piel, y luego pasaba su lengua por la zona enrojecida. Era imposible que mis padres no se dieran cuenta de que habíamos estado en una situación apasionada en cuanto nos vieran. Temía por la reacción de mi madre. 

—Te quitaste la bufanda, has hecho trampa. —Susurró sensualmente, mientras besaba la línea de mi mandíbula. —Ya no podremos jugar más. —Me besó, gemí. 

Jalé de su brazo para atraerla mas hacia mí, pero ella se negó. La miré confundido.

— ¿Qué? —Pregunté nervioso. 

—Sí, bueno, tú te quitaste la bufanda, ahora no podremos jugar. —Hizo un puchero. 

—Pero… —Me levanté de la cama, y busqué la bufanda.

La vi a un lado de la habitación, caminé hacia ella y me incliné para tomarla. 

—Que hermosa vista. —Susurró. 

Reí nervioso, y me voltee para mirarla, ella mordía su labio inferior. 

— ¿Te parece? —Pregunté caminando hacia ella. 

—Sí. —Se levantó, y se quedó observándome. 

Ella seguía vestida, se me hacia incomodo ser el único desnudo en esa habitación. 

—Bueno… Ya encontré la bufanda. —Le dije. 

—Eres un pícaro, ¿Quieres seguir jugando? —Río. 

Asentí, pasando mis manos por su cintura para apretarla contra mi cuerpo. Gemimos a la misma vez.

—Mmm, ¿Tomaste algo? No estás tan tímido como siempre. —Susurró, pasando su mano por mi brazo derecho. 

—No he tomado nada, no se que es lo que me pasa. —Dije nervioso. 

Ella sonrió. 

—Trata de seguir así hasta que me vaya, ¿Si? —Me beso lenta y sensualmente.

Fui subiendo su blusa con mis manos mientras acariciaba su espalda. La quité y la lancé a un lado. 

Me di cuenta de que no llevaba sostén puesto, tenía sus redondos pechos al aire libre. 

—Eres tan hermosa. —Susurre. 

Me incliné un poco y succioné uno de sus pezones. Gimió, llevando sus manos a mi cabello para acariciarlo. 

—Liam... —Tomó mi cabeza, y me besó. —Voy a taparte los ojos nuevamente. — Tomó la bufanda que había en mis manos y me la puso una vez mas. 

— ¿Ves algo? —Preguntó. 

—No. —Negué. 

Me cogió de la mano, me guió hasta la cama, y me hizo acostar bocarriba. Me sorprendió con un corto beso en la comisura de los labios antes de alejarse. 

Entreabrí los labios y respiré profundo esperando algo que no tenia idea de que seria. Lo único que sabía en ese momento era que tenía mi pene endemoniadamente duro y firme. Tanto que me dolía. Temía correrme justo en ese momento sin estar haciendo absolutamente nada. Es que el simple hecho de la situación me prendía, me tenía jodidamente excitado. 

Enamorado de mi vecina (Liam Payne y tu) Completa e terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora