el reecuentro

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Lo abracé. 

Lo abracé con fuerza. No quería soltarlo. Quería sentirlo. 

Me había dado cuenta de que estaba locamente enamorada de él. Nunca, Jamás me había enamorado de alguien y por eso fue tan difícil distinguir mis sentimientos. Pero ahora lo sabía, y no estaba dispuesta a dejarlo ir. No quería verlo con otra chica que no fuese yo. Era mío. 

-¿Me amas? -preguntó, sosteniendo mi cintura con fuerza. 

Encontré su mirada, y sonreí. 

-Sí, Te amo, Te amo y te amo. -susurré. 

Él sonrió ampliamente. 

-¿Eso significa que me has perdonado? -preguntó. 

-Sí, pero antes que nada, ¿Me perdonas tú a mí? -pregunté, aun teniendo presente la apuesta de la que Liam no sabía. 

-No tengo nada que perdonarte. -negó. 

Miré hacia otro lado, necesitaba ver a Isabela, pero ella estaba hablando con unas amigas, se veía bastante concentrada. 

-Vámonos de aquí. -propuse. 

Asintió, sin decir nada, y me tomó de la mano. Caminamos hacia la puerta, y salimos. Al parecer nadie se dio cuenta. 

-¿Hacia donde vamos? -preguntó Liam. 

Lo miré. Estaba haciendo un frío aterrador. 

-¿Quieres ir a comer? -preguntó. 

-Mmm, llévame a dónde tú quieras. -susurré. 

Se quedó mirándome por un momento. No había dejado su timidez. Pero rayos, se veía condenadamente sexy. 

-¡Liam! -le reclamé, cuando no habló. 

-Es que… -dudó. -No lo sé. 

-Ah, ¿No? 

-¿Y que tal que no te guste?

-Deja de pensar eso y llévame a dónde tú quieras. 

-V-Vale. -asintió, y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos. 

Lo miré y sonreí. 

Me sentía feliz. 

Caminamos por la calle, Liam no hablaba en lo absoluto, simplemente me mirada y sonreía. 

Paramos en un semáforo, y esperamos a que el semáforo cambiara de color. Estábamos al frente de un hotel cinco estrellas. Pasamos la calle cuando el semáforo cambió de color, y nos acercamos a aquel hotel. 

Ya sabía lo que Liam quería. 

Antes de entrar, Liam se detuvo y me miró con timidez. Se pasó la mano por la cabeza, y dudó para hablar. 

-¿Quieres entrar? -pregunté. 

-¿Qué? Yo… -miró hacia otro lugar. -Estamos aquí porque pensé que sería más fácil tomar un taxi desde este lugar. -tragó saliva. 

-¡Liam! -le di un golpecito en el pecho y me acerqué un poco. -Yo también quiero. -susurré. 

Me miró inmediatamente. 

-Ah… ¿Sí? 

Asentí. 

Sin dudar ni un solo segundo, volvió a caminar y entramos al hotel. Nos acercamos a la recepción, y Liam habló con la chica de ojos verdes. Nos dieron la tarjeta, caminamos hacia el ascensor, y esperamos a que llegara. 

Ya sentía cosquillitas en el estómago. 

Las puertas se abrieron, y Liam y yo entramos. Nos bajamos en el piso correspondiente y entramos a la habitación. 

Me volteé, y miré a Liam. Él cerró la puerta, y se volteó para verme. 

-¿Quieres ser mi novia? -preguntó, sorprendiéndome por completo. 

Eso sí que no me lo esperaba. 

-Sí, sí, sí. -me acerqué rápidamente a él, y rodeé su cuello con mis brazos. 

-Se que no es la mejor manera, pero no quiero que pase más tiempo, quiero saber que eres solamente mía, que soy tu novio, el único chico al que besas y amas. Me hace tan feliz tenerte a mí lado. -susurró. 

-No importa la manera, Liam. Simplemente somos novios y eso es lo que importa. -presioné mis labios contra los suyos suavemente. 

Era increíble la sensación que sentía. Ya no me importaba lo que dijeran los demás. Estoy con Liam porque así lo quiero. 

El beso era cálido. Liam recorría mi espalda con sus manos, mientras yo pasaba las mías por su cabello. Bajó la cremallera de mi vestido, y lo fue quitando lentamente. Cuando lo quitó, lo tiró a un lado de la habitación. Miró mis pechos directamente, ya que no me había puesto sostén. Me miró a los ojos y se dirigió a mis labios. Ahora, El beso era intenso y apasionado. Habíamos comenzado una guerra de lenguas, mientras yo quitaba su saco verde.

Quité su saco, y luego su camisa negra. Bajé mis labios a su cuello, y fui depositando pequeños besitos en él. Sus manos bajaron a mi trasero y lo apretaron. Gemí. 

-Quiero verte desnudo. -susurré, y me agaché para poder desabrochar su pantalón. 

Quité su correa, y bajé la cremallera de su pantalón mientras lo mirada sensualmente. Él ayudó quitándose los zapatos. Quité su pantalón, y luego bajé su bóxer. Tenía una gran erección. Mordí mi labio y me levanté. 

-Estás tan sexy con tu nuevo look. -sonreí. 

Me devolvió la sonrisa, y volvió a llevar sus manos a mi trasero, me levantó y comenzó a caminar conmigo hacia la cama. Me recostó en ella suavemente, y se montó encima de mí. 

Enamorado de mi vecina (Liam Payne y tu) Completa e terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora