marathon 1/3

4.8K 174 7
                                    

-Te amo. -susurró, mirándome fijamente a los ojos. 

Mordí mi labio inferior. 

-Yo también. -sonreí. 

-¿S-Sabes? Me alegra escucharlo. -inclinó su cabeza, y comenzó a besar mi cuello. 

Cerré los ojos, y comencé a pasar mis manos por su espalda, recorriéndolo despaciosamente. Sentía cosquilleos en mi estómago. 

Continuó bajando hasta llegar a mis pechos, y comenzó a succionar uno de mis pezones, mientras recorría mi estómago con su mano. 

-Liam -mordió uno de mis pezones haciéndome gemir más fuerte.

Se dirigió a mi otro pezón, y comenzó a pasar su lengua lentamente por el. Corrientes eléctricas recorrían todo mi cuerpo hasta llegar a mi vientre. Era inexplicable lo que sentía. 

Siguió dejando besos en mi abdomen y recorriéndolo con la lengua hasta llegar al borde de mi braga. Me dio una mirada rápida en la que pude ver la lujuria que recorría su cuerpo, me mojé con solo sentir su ardiente mirada puesta en mis ojos. 

Se sentó en la cama, y acarició los muslos de mis piernas. Bajó su mano lentamente y llegó a mi braga. Comenzó a quitarla lentamente hasta sacarla por completo. La tiró a un lado y separó mis piernas. La presión que sentía en mi parte baja era impresionante. Sentía que iba a morir en cualquier momento. 

Se metió en medio de mis piernas, y comenzó a besar los alrededores de mi zona íntima, así como si quisiera atormentarme. Cerré los ojos, y tiré mi cabeza hacia atrás. Sus labios se pasaron lentamente por mi feminidad, luego sacó la lengua y comenzó a recorrerme. 

-Ay, Liam -gemí exaltada. 

Sus manos rodearon mis muslos, y comenzó a succionar con más fuerza. Me arqueé de placer. Me costaba respirar. 

-Ay, Dios… ay, Liam, sí. -apreté con fuerza las sabanas de la cama cuando sentí un devastador orgasmo recorriendo mi vientre. 

Fue subiendo por mi cuerpo mientras dejaba besos mojados en mi piel. Miré sus ojos oscurecidos por el deseo y sus labios hinchados y rojos. Se veía extremadamente sexy de esa manera. 

-Ahora me toca. -susurré. 

Negó con la cabeza, y apretó mi cintura con sus manos.

-No aguanto más. -habló en voz baja, y presionó su dureza contra mi clítoris. 

Gemí. 

Entonces, sentí la punta de su pene en mi entrada, se introducía lentamente. El placer invadió mi cuerpo. 

-Eres… Perfecta, ¿Te lo he dicho? -me dio un corto beso. 

-No, no soy perfecta. -susurré. 

-Pues para mí lo eres. -comenzó a embestirme con fuerza. 

Clavé mis uñas en su espalda, y mantuve mi mirada fija en la suya. Sus labios estaban entreabiertos y de su boca salían jadeos. Atrapé su labio inferior y lo succioné. 

-Oh, sí, por dios -gimió él. 

Temblé cuando llegué al orgasmo nuevamente. Liam llegó después de mí y soltó su cuerpo sobre el mío por un momento, luego cayó a mi lado no sin antes besarme. 

Nos quedamos en silencio por unos minutos, mientras nuestras respiraciones se normalizaban. 

-¿Nos qued…-Liam fue interrumpido por el sonido de su celular. -Tal vez sea mamá, debo contestar. -susurró. 

Asentí. 

Se levantó de la cama, se dirigió al rincón en donde su ropa estaba tirada. Se inclinó, y buscó su teléfono en su pantalón.

Yo recorría su cuerpo con la mirada. Era jodidamente hermoso. ¿Cómo no me di cuenta desde el primer momento en que lo vi? 

-Mierda. -se volteó para mirarme. -Es Isabela. -informó. 

-¿Qué? -me apoyé en mis codos. -No le contestes. 

-No pienso hacerlo. -negó. -Pero me ha mandado un mensaje en donde me dice que tiene algo importante para decirme. 

-Seguramente dice eso para que vuelvas al baile. 

-Al contrario, dice que está aquí, esperándome en la recepción. 

-¿Qué le pasa a esa zorra? -me levanté de la cama. 

-No lo sé. -susurró confundido. 

Me levanté de la cama, y busqué mi ropa. Cuando la encontré, me la puse nuevamente. 

-¿Vas a bajar? -preguntó él, también vistiéndose. 

-Sí, le dejare en claro que tú y yo estamos juntos. -me acerqué a él. -Y luego volveremos aquí y seguiremos con lo nuestro. -le di un corto beso y me dirigí a la puerta. 

-Te acompaño. -salió también. 

Tomamos el ascensor y esperamos pacientemente mientras bajaba a la recepción. Tomé la mano de Liam y salimos en cuanto este abrió sus puertas. 

Observé a Isabela mirándonos, con los brazos cruzados. 

-¿Qué es lo que te pasa? -exclamé, dirigiéndome a ella.

-Me has dejado sola, Liam. Sola. -me ignoró. 

-Lo siento, Isabela… Yo…

-No lo sientas. -exclamó con voz chillona. -Preferiste venirte a follar con una chica que no te quiere antes que estar conmigo, ¿Acaso te drogas o algo por el estilo? -frunció una ceja. 

-Nosotros nos amamos. -habló Liam. -Somos novios. -informó pausadamente. 

Isabela me miró y rió sin gracia. 

-¿De verdad lo amas? -me miró fulminante. 

-Sí, lo amo. -declaré nerviosa. 

-Seguramente es por su dinero, o tal vez por la maldita apuesta que hicimos. 

Mis ojos se abrieron como platos. 

-¿De qué estás hablando, Isabela? -intervino Liam. 

-¿Acaso no lo sabías? -Isabela miró a Liam. -Tu hermosa novia hizo una apuesta con nosotras, ¿Adivina de que se trataba?

-Cállate. -exigí. 

Esto no puede estar pasando. No ahora. 

Liam me miró. 

-Volvamos a la habitación. -pedí. 

-¿Qué? -Isabela atrajo la mirada de Liam. -¿Acaso nunca piensas decirle que estás con él solo porque hiciste una apuesta con nosotras? -miró a Liam. -Ella apostó seducirte, a ella solo le interesaba tu dinero y que le hicieras la tarea. -exclamó, todas las personas nos miraron. 

Liam me miró inmediatamente. 

-¿E-Eso e-es verdad? 

Tragué saliva. 

-Liam…-comencé a decir. 
Mis ojos comenzaron a aguarse. 

-Tal vez si hice esa apuesta pero…

-¡Jugaste conmigo! -me interrumpió, y soltó mi mano. -¿Cómo has podido? ¿Solo estás conmigo por una apuesta? 

-No, Liam yo…

-No quiero escuchar más mentiras. -gritó herido. -Me dijiste que me amabas, ¿Es mentira también? Solo me quieres por interés, Eres igual que tu hermano. ¿Cómo rayos fui tan estúpido? 

-Liam, Por favor escúchame. -rogué. 

-No. -se alejó, sus ojos estaban cristalizados. -No quiero escucharte, No quiero verte. No quiero nada de ti. -gritó. 



Enamorado de mi vecina (Liam Payne y tu) Completa e terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora