cositas malas o faje?

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–¡Liam! ¿Adonde me llevas?–pregunté, tomando sus manos con las mías. 

Sus manos estaban tapando mis ojos, dejándome inhabilitada para ver adonde me llevaba. 

–Ya estamos llegando–susurró.–Ahí hay una escala, cuidado. 

Levanté una pierna y luego la otra. 

–Liam, por favor dime–exclamé, ya un poco desesperada. 

–Llegamos–quitó las manos de mis ojos y pude observar una habitación. 

La luz estaba apagada, pero las velas que había alrededor iluminaban dando un toque romántico. Al fondo había una cama con pétalos de rosa los cuales formaban un corazón. Los tendidos, cortinas y tapetes eran blancos. 

–Liam esto es hermoso–susurré sorprendida. 

–Es para ti–me abrazó por detrás, pasando sus labios por mi cuello, provocándome.–¿Te gusta?–comenzó a repartir besos por mi cuello. 

Tiré mi cabeza hacia un lado, dándole un mejor acceso. Estaba perdida en sus encantos. No quería que esto terminara. 

–Es hermoso. Me encanta–susurré con un hilo de voz, sintiendo como bajaba las tiras de mi vestido y sus labios besaban mis hombros.–Gracias, Liam–mordí mi labio y cerré los ojos. 

Sus manos recorrieron mi estómago lentamente hasta llegar a mis pechos, apretó uno con suavidad y con la otra mano comenzó a bajar el cierre de éste. Me volteé para mirarlo y sonreí, acercándome a él para besarlo con necesidad. Bajó mi vestido poco a poco hasta dejarlo en el suelo. 

Entonces comenzamos a caminar hacia atrás. Él me estaba guiando hacia la cama, mientras yo acariciaba su cabello y músculos. 

Quitó mi sostén con brusquedad y lo lanzó lejos. Se alejó un poco y miró mis pechos con deseo antes de recorrer todo mi cuerpo con la mirada. Volvió a mí y apretó mi trasero, levantándome al mismo tiempo, rodeé su cintura con mis piernas. 

–Cada vez estás más hermosa–sentí su cálido aliento chocar contra mis pechos, mientras sus manos apretaban mi trasero. 

Entonces abrió la boca y metió uno de mis pezones dentro de ella, succionando suavemente, sin romper el contacto visual conmigo. 

–Liam –tiré mi cabeza hacia atrás y sostuve su cabello con mis manos. 

Delineó mi pezón con la lengua antes de volver a metérselo a la boca pero esta vez para morder delicadamente. Estaba volviéndome loca. 

–Oh Liam –gemí. 

Entonces me recostó en la cama delicadamente, me apoyé en los codos para mirarlo aún vestido, se estaba quitando los zapatos. 

–Liam–susurré, tratando de quitarle la camisa, pero se negó. 

–Primero tú–dijo, mientras volvía a tirarme hacia atrás, haciéndome quedar acostada en la cama. 

Bajó mi braga lentamente, hasta sacarla de mi cuerpo. Abrió mis piernas y se montó encima de mí para besarme en los labios apasionadamente, introduciendo su lengua en mi boca, recorriéndola por completo. 

Sentía que estaba tan húmeda. Su entrepierna ya dura escondida dentro de sus jeans hacia presión contra mi intimidad. 

Bajó una de sus manos a mi entrepierna, y acarició mi intimidad con ésta, logrando que de mi boca se escaparan varios gemidos. Entonces introdujo un dedo dentro de mí. 

–Oh, estás tan húmeda cariño–me besó con más intensidad. Sacó su dedo de mi intimidad y se lo llevó a la boca. 

Jadeé. 

–Diablos–soltó.–Debo hacerlo como se debe–me dio un beso en los labios y bajó por mi cuerpo, lamiendo mi abdomen mientras se acercaba a ese punto. 

Se escondió entre mis piernas, antes de rodear mis muslos con sus manos. Atacó sin hacerse esperar. Su lengua comenzó a pasarse de arriba abajo, probando lo húmeda que estaba. 

–Liam –cerré los ojos con fuerza, arqueándome de placer. 

A Liam no le importaron mis gemidos, seguía lengüeteando cada lugar que encontraba, chupando, mordisqueando. Nunca había sentido algo así. Definitivamente era el mejor que había recibido, pero la idea de con quien aprendió a hacerlo tan bien me desanimó un poco. 

–Oh mierda, podría quedarme haciéndolo toda la vida–su lengua introduciéndose en mi interior, mientras que apretaba mis muslos con fuerza y al mismo tiempo también gemía. 

Rayos. Sentía que iba a desmayarme. 

–Pa-para–me arqueé, era incapaz de soportar el placer que estaba dándome. 

No cedió. Siguió pasando la lengua por toda mi intimidad, hasta que mi cuerpo comenzó a sacudirse hasta que el devastador orgasmo se hizo presente. 

Subió por mi cuerpo nuevamente, hasta estar frente a frente. Me besó con intensidad, mientras quitaba su pantalón. Lo bajó con rapidez y también quitó su camisa, quedando solo en bóxers. 

–¿Quieres que te folle ahora mismo o quieres hacer más cositas malas? –susurró en mi oído, recortándome los tiempos en los que yo le proponía hacer "cositas malas"

Enamorado de mi vecina (Liam Payne y tu) Completa e terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora