Me quedé helada por unos segundos. Tal vez no me sentía capaz de responder. Seguía pensando en una respuesta que obviamente iba a ser negativa. No me acostaría con él y mucho menos después de este cambio tan drástico que tuvo.
-Liam… -comencé a decir con la voz temblorosa. -No sé lo que estás pensando de mí, pero no me acostaré contigo. No soy una cualquiera, y sí, se que lo hemos hecho miles de veces pero eso no te da derecho a pedirme que me acueste conmigo cuando llevamos mas de un año sin vernos. Creo que lo mejor es que me vaya. -giré sobre mis talones con la intensión de marcharme.
-E-Espera. -me sujetó del brazo.
Cerré los ojos y suspiré, pero no me volteé.
-Lo siento. No sé en que estaba pensando, lo único que sé es que llevo mucho tiempo sin verte y la necesidad de sentirte se está haciendo más grande a medida que pasan los minutos. Se que puedes pensar que soy un atrevido pero… -dejó de hablar.
Me volteé para mirarlo.
-Liam has cambiado mucho… -le fui sincera. -Sólo he tenido la oportunidad de estar contigo unas cuantas veces desde que llegué, pero me di cuenta de que no eres el mismo chico que conocí. Me duele, ¿Sabes porque? Porque me gustaba la forma en la que me tratabas, me gustaba cada una de las cosas que me decías y como te ponías nervioso cuando me acercaba a ti. A pesar de aquella apuesta, aunque no me creas yo me enamoré de ti. De todo lo que eras en ese entonces. Ahora es como si no te conociera… -miré hacia otro lugar.
Era la verdad. No podía mentirme, sentía que no lo conocía.
-Te gustaba porque sentías que tenías el control. Yo era un idiota con el cual podías hacer lo que se te diera la gana. -susurró.
-No, Liam. -lo miré. -Eras una persona especial, de esos hombres que no se encuentran en la esquina. Realmente valías la pena.
-¿Ahora no? -preguntó.
Sus ojos marrones me miraban fijamente, haciéndome estremecer. Era tan hermoso.
-Ahora… Siento que no te conozco. -suspiré. -Perdóname si la maldita apuesta influyó en tu cambio. Yo nunca quise hacerte daño. Liam, Yo te am… Amaba cuando Isabela estropeó lo nuestro. Estaba decidida a dejarlo todo por ti. La que debía cambiar era yo, no tú.
Cuando me di cuenta, sentí mis ojos aguados. Estaba a punto de llorar.
-¿Y ahora no sientes nada? -preguntó con la voz fría. -Yo te sigo amando. -bajó la mirada. -Te amo aunque me quiera deshacer de ese amor todos los días de mi vida. Este sentimiento que tengo dentro de mí me hace sentir ahogado, impedido. Cuando beso a mi novia no puedo evitar pensar en ti, cuando tenemos relaciones tengo tu imagen en mi cabeza y… esto es una estupidez. -negó.
La esperanza nació dentro de mí.
-Yo también te amo, Liam. -reconocí, dando un paso adelante. -Te lo juro.
-No sé que es lo que puede salir de esta conversación. -intentó ponerse serio, pero pude ver algo del Liam antiguo en su mirada.
-Nada… Solo quería que supieras que aún te amo y que lo siento. Lo siento tanto, Liam. Nunca he dejado de pensar en ti, en los momentos que vivimos juntos y en lo mucho que perdí con esa maldita apuesta. ¿Pero sabes que es lo peor de todo esto? Es que si no hubiese hecho esa apuesta nunca me hubiese dado la oportunidad de conocerte, eso es lo único que le agradezco a Isabela y a Diana por proponerme tal cosa. Eres al único chico que realmente he amado. -sonreí melancólica.
Me miró por un momento.
-No sé que es lo que quieres lograr con todo esto. No hay nada que podamos hacer para retroceder el tiempo, no puedes pretender que vuelva a confiar en ti cuando me destruiste cuando lo hice.
-Eso lo sé, Liam. Ya te dije que lo siento, ¿Qué más quieres? Me siento como una zorra y a veces quiero retroceder en el tiempo para volver a vivir todas esas cosas hermosas contigo pero no puedo y es frustrante. -comencé a llorar repentinamente, sentía que no tenía consuelo.
-No hagas eso. -Liam miró hacia otro lugar.
-Lo siento. -me limpié las lagrimas con el puño de la mano, pero aún así seguí llorando, incluso aun peor.
De un momento a otro todos esos sentimientos me habían invadido por completo haciéndome sentir intranquila, la única manera en la que podía liberarme era llorando.
-No llores, maldita sea. -me miró nuevamente y llevó sus manos a mi rostro, sus manos eran tan cálidas. -No me gusta cuando lloras. -susurró, secando mis lagrimas.
-He llorado por mucho tiempo, casi que estoy acostumbrada. -declaré con la voz débil.
Quitó aquellas lágrimas de mis ojos con sus dedos, mientras que sus manos rozaban mis mejillas haciéndome sentir escalofríos por todo el cuerpo. Volver a sentir sus manos en mí se sentía tan bien.
-Debo marcharme. -dije, tenía que huir. No quería pasar otra vergüenza.
-¿Te marcharás de nuevo? Siempre huyes de los problemas. -aún tenía sus manos en mi rostro.
-No soy capaz de afrontarlos con valentía. -llevé mis manos a su rostro y lo acaricié, su piel se sentía igual que antes, era suave, muy suave.
-Quiero estar contigo unos cuantos minutos más. -pidió, algo dentro de mí sintió que estaba hablando con el mismo Liam al que conocí.
-¿Eso quier…
No terminé la frase porque sus labios se presionaron contra los míos sorpresivamente. Se sentía tan malditamente bien besarlo nuevamente. Y ahora no me importó nada. Envolví mis manos alrededor de su cuello y lo acerqué a mí para profundizar el beso. Estaba besando a Liam una vez más, pero se sentía como si aquel Liam fuera al mismo al que conocí un año atrás
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Enamorado de mi vecina (Liam Payne y tu) Completa e terminada
RomanceHola chicas esta novela no es mia al grano.... ___ Se fue a vivir a Londres conocio a Liam el sexy vecino cuando entro al colegio se dio cuenta que era nerd y chicas como ella no sale con chicos como el..___ hizo una apuesta y Liam La descubre...¿Po...