Hoy es el día para retirar nuestras calificaciones, por lo que me visto con unos jeans sueltos acompañados con una camisa blanca y voy directo a la escuela. Los pasillos están sumergidos en murmullos, conversaciones y susurros. Se puede notar el nerviosismo en las personas al ver sus notas. Una vez que me llevo estas, decido salir para tener más oxígeno y evitar tanto ruido.
Con las manos temblorosas, abro el sobre y le doy una mirada rápida a todo. Aprobé y el orgullo no me entra en el cuerpo, no es que tuviera dudas pero uno nunca sabe si un profesor repentinamente cambia de opinión.
Estuve muy preocupada, no fue mi mejor año pero ya el ciclo escolar ya llegó a su fin. Las lágrimas de alivio empapan mi rostro y el estrés sale lentamente de mi cuerpo.
De repente siento a unas personas paradas frente a mí.
Mis padres.
