Deshago el abrazo lentamente, lo hago entrar, luego cierro la puerta detrás de mí y voy a paso rápido a sentarme en su regazo y lo abrazo con mucha fuerza.
No puedo dejarlo así, no puedo estar enojada con él, no en este estado. No voy a olvidar lo de la otra noche pero ya vamos a tener tiempo para hablarlo, no lo voy a dejar pasar.
Con mis piernas a cada lado de su cuerpo, pongo mis manos en sus mejillas y logro que me mire directamente a los ojos. Se lo ve tan roto. Poco a poco, sus brazos se envuelven en mi cintura, pero su mirada aún sigue profundamente clavada en la mía.
Y con lágrimas en sus ojos, pronuncia un suave y lleno de arrepentimiento:-lo siento.
Sin pensarlo dos veces, lo beso.