Subo las escaleras rápidamente y meto en el baño, me observo en el espejo grande. Suspiro algo cansada.
Ojalá fuese igual de linda que Alexa. O Cassidy. O Sophia.
No voy a decir que no tengo una belleza notoria pero ellas son, diferentes, tienen esa belleza obvia. Me cuesta sentirme parte del grupo de chicas, no es culpa de ellas claro, son mis inseguridades que molestan.
Y como si de magia trate, Calum entra al baño en un abrir y cerrar de ojos. Lo veo cerrar la puerta, ya que se oyen las rísas de nuestros amigos abajo.
Sus ojos dicen más que millones de palabras.
-Calum, ¿qué haces aquí?
-No soy idiota, Brooke. Sé todo lo que se te está pasando por la cabeza.
-¿Qué cosa? ¿De qué hablas?-Pregunto curiosa y mis pies se mueven cerca de su cuerpo.
-Para mí, eres más hermosa que todas esas chicas o que cualquier otra,-sigo acercándome hasta que su espalda queda apoyada levemente en la puerta, mientras aprieto mis torso con el suyo-en todo sentido. Me encanta todo de ti. No tienes porque ser insegura, eres bellissima, nena.
Muerdo mi labio inferior automáticamente al escuchar la palabra bellísima en italiano. Cada una de sus palabras tocan lo más profundo de mi corazón.
Acerca su rostro a una lentitud infernal y con sus labios suelta mi labio inferior de mis propios dientes. Nuestras bocas se amoldan en un segundo, y sus manos se mueven a mi espalda. Es un beso tan tranquilo y necesitado a la vez. Enredo mis dedos en su cabello logrando que esté más cerca. Cuando nos separamos, siento como muerde mi labio suavemente. Nuestros cuerpos siguen en la misma posición y lo único que logro hacer es mirarlo profundamente a los ojos.
-¿Ya te dije lo atractivo que eres?-Digo sonriendo.
-Puede.-Responde con una sonrisa de lado para luego darme un corto beso y volvemos a la reunión .