Tiene sus ojos más cerrados de lo normal, su pelo despeinado y no lleva remera. Tarda unos segundos en darse cuenta de la situación, que se acerca a grandes pasos hacia a mí, para tomar mi rostro y limpiar mis lágrimas.
Yo solamente me dedico a verlo profundamente.
-¿Brooke, qué pasó? Por favor, dime.-Asustado pasa sus pulgares por mis mejillas.
Lo alejo bruscamente y la rabia crece en mí.
-Dímelo-escupo enfurecida.
-Brooke, no tengo idea de qué estás hablando.
-Dímelo todo. Dime sobre la apuesta, dime por qué.
Su rostro palidece y puedo jurar que siento como su sangre se torna fría. Sus ojos se abren con sorpresa por mis palabras y se queda varios segundos sin decir nada.
Y lo único que logro hacer yo es mirarlo expectante, llena de furia.
¿Qué hiciste Calum?