Capítulo 7 ▶ Una pareja para el baile

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Así que mientras todas esas chicas se arrastraban detrás de Neill Lancaster y mendigaban un poco de su atención, yo era bastante más ágil que un ninja a la hora de esconderme de él

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Así que mientras todas esas chicas se arrastraban detrás de Neill Lancaster y mendigaban un poco de su atención, yo era bastante más ágil que un ninja a la hora de esconderme de él. Ugh. Me tenía harta. Ni siquiera podía ir a comer a la cafetería porque no quería que él se presentara a mi mesa e hiciera una escenita con su cantaleta de "parece que me odias, así que seamos amigos, Saskia". Estaba empezando a odiarlo de verdad, y eso que no habían pasado tantos días desde que comenzó a sufrir sus delirios de "la fama me afecta".

—¿Sabes lo antihigiénico y asqueroso que es comer en el baño? —Gwen saltó de nuevo con el mismo tema de los últimos días.

—Encuentro más asqueroso ser perseguida por Neill Lancaster, ¿sabes?

Mi amiga rio.

—Quien lo diría. El más popular detrás de una no popular —rodó los ojos—. Ese es un gran cliché de películas adolescentes. ¿Cree él que es Troy Bolton y tú Gabriella Montez, o qué? Ni siquiera cantas, ¿verdad? Y tampoco es que seas la sensación de las ciencias y matemáticas, si a esas vamos...

—Bueno, gracias por eso, mejor amiga. —Suspiré mientras desenvolvía mi emparedado de crema de avellanas con rodajas de plátano—. Pero, ¿sabes qué? Zac Efron es hermoso. Troy Bolton, por ende, también lo es. ¿Neill Lancaster? Nu-uh, de ninguna manera.

Una chica que terminaba de lavarse las manos me dio una mala mirada al oír mis últimas palabras. Ella se ofendió en nombre del mencionado.

Le fruncí el ceño en respuesta. Cuando se fue, crucé los dedos para que no entrara ninguna otra.

—Oye, Neill no está mal —objetó Gwen. Su teléfono estaba conectado al tomacorriente debajo de los lavamanos, razón por la que no se encontraba enviando mensajes de texto en este momento.

—No, pero sabes a lo que me refiero. No lo estoy juzgando sin conocer o algo como eso... simplemente sé que su forma de ser no es compatible con la mía.

—Bueno, sí. No es que se destaque por ser un buen tipo con exactitud. Ha hecho llorar a unas cuantas personas con sus majaderías.

—Ajá. Y, además, si quisiera ser mi amigo no lo haría avergonzándome delante de todos. Ya algunas chicas me miran mal por "rechazarlo". ¿En qué me va a convertir si sigue así? Por eso prefiero comer aquí, por asqueroso que sea, ya es suficiente que se enteren de lo que pasa los de la clase de Biología. No necesito más.

Gwen dejó escapar un suave suspiro, sus ánimos de convencerme de comer fuera de los baños de chicas aplastados por completo.

—Cuando sientas que podrías odiarme, recuerda que he estado comiendo en el suelo de los baños por ti y ámame de nuevo, ¿vale?

—Lo prometo... —Me carcajeé antes de darle una mordida a mi emparedado.

—Y déjame arreglar esa trenza. Parece que te la hiciste a la carrera un minuto antes de salir de casa.

Contra dragones y quimerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora