Capítulo 33▶ La fabulosa Las Vegas

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Salimos de Denver poco antes del mediodía, nos detuvimos a cargar gasolina en el camino y luego, alrededor de las seis de la tarde, paramos en una pequeña cafetería

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Salimos de Denver poco antes del mediodía, nos detuvimos a cargar gasolina en el camino y luego, alrededor de las seis de la tarde, paramos en una pequeña cafetería. En un par de horas más llegaríamos a Las Vegas. Estaba tan nerviosa al respecto que ni siquiera pude terminar de comer el sándwich de pollo que pedí, la mitad seguía en mi plato.

Nick caminó hasta la mesa donde yo me encontraba y señaló hacia la salida.

—¿Está bien el Capitán?

—Es la tos. Dijo que solo le hacía falta caminar un poco y aire fresco, volverá enseguida.

—Bueno...

Nick se dejó caer en el asiento, frente a mí, y colocó su teléfono sobre la mesa. Entrecerré los ojos y lo estudié con la mirada: él estaba masticando su labio inferior al tiempo que tiraba de un mechón de su cabello, pensativo.

Ladeé la cabeza y sacudí una mano frente a su cara.

—¿Huh? —parpadeó.

—¿Va todo bien?

—Tanner me llamó... Mi papá volvió a la ciudad antes de lo planeado.

Abrí los ojos con sorpresa y contuve el aliento por un instante.

—¿Estás en problemas?

Nick se mordió los labios, inhaló profundo y negó con la cabeza mientras me miraba a los ojos.

—No creo... no, en realidad. Tanner ha dicho que... —Su ceño se frunció, como si estuviera confundido—. Dijo que Neill intervino para mantener la mentira. Fue a hablar con él, le llevó algunas de mis cosas para que en casa no sospecharan... Al parecer le dijo a nuestro padre que le estoy haciendo compañía a Tanner porque sus papás pasan mucho tiempo en el hospital.

—¿Neill? ¿Neill Lancaster hizo eso?

Ahora entendía la cara de confusión de Nick.

—Lo sé, ¿cierto? Es una locura.

—Por completo.

Tiró del mechón de su cabello y, al soltarlo, hizo una mueca.

—Sí... —dijo con el ceño fruncido y bajó la mirada—. En fin, ¿vas a terminarte eso o lo llevarás para el camino? Será mejor que nos pongamos en marcha ya, antes de que sea más tarde. ¿Segura que el Capi se siente bien para conducir?

Me encogí de hombros.

—Pediré que sea envuelto para llevar —dije, señalando el sándwich—. El Capitán ha dicho que está bien, es solo el cansancio de los últimos días, pero puedes adelantarte a comprobarlo si quieres. Si es necesario hacer otra parada para que él descanse, podríamos quedarnos aquí y partir mañana por la mañana.

Nick entrecerró los ojos.

—¿No estás de repente tratando de evitar llegar a tu destino o sí, compañera?

Contra dragones y quimerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora