Veintiuno

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Zayn y Liam habían vuelto a casa a media noche, a esa hora nadie seguía despierto y la pareja había tenido que caminar de puntillas para no despertar a nadie.

Se dieron ducha rápida, saltaron a la cama y durmieron acurrucados. Obviamente Zayn  contemplo a Liam un buen tiempo antes de estrechar al omega en sus brazos, y caer en el sueño.

[...]

El sol había llegado en lo alto del cielo y el clima era fresco, un buen día para empezar con el pie derecho. Zayn despertó al pequeño castaño con cariños, luego una sesión de tiernos besos para finalmente bajar al comedor.

Liam tenía buen aspecto, la sonrisa en su rostro hacia iluminar sus bonitos ojos. Le aleteaba las pestañas al alfa y suspiros abandonaban sus labios al recibir una sonrisa por parte del lobo mayor.

Ambos se encontraban solos en el comedor, levantarse un poco tarde para el desayuno no le hacia mal a nadie. Así que aprovechaban la privacidad para besarse y robarse caricias inocentes.

El beta de Zayn entro y carraspeó un poco llamando la atención del alfa.

—Disculpe la molestia.—

—Esta bien, ¿Qué sucede?— preguntó tranquilo, las comisuras de sus labios se alzaron más cuando Liam le tomo la mano. Se sentía bien el calorcito en su pecho.

El beta relajó los hombros y casi suspira por el buen humor del moreno.

—Un hombre le busca, le espera en el vestíbulo— Zayn frunció un poco las cejas, más no hizo movimiento alguno.

—Hazlo pasar.

Liam le sonrió agradecido, que su lobo no le dejara de lado en los asuntos, le hacia saber que lo aceptaba como su omega. Le gustaba. Aun no tenía la marca en su cuello, por lo cual no tenía derecho envolverse en los asuntos de la manada, pero a Zayn parecía no importarle aquello.

Zayn no lo privaría de nada, porque era su omega, con o sin marca.

El aroma a tierra se esparció por el comedor y un hombre se dejo revelar en la puerta.

—Alfa Zayn— la voz era ronca y áspera, como recordaba Zayn.

—Adam— extendió la mano, manteniendo una ligera sonrisa.

—¿Adam? — el omega de la habitación curioso, miro intrigado al hombre. El aroma del hombre era potente pero agradable, no intimidaba como el de Zayn.

—Cariño, el es Adam, fue quien te saco del territorio de Jack— el lobo le acaricio la espalda cuando el castaño se acercó a su lado.

Liam le miro, no lo recordaba, tal vez era porque no estaba del todo consciente pero su fragancia era familiar.

—Uhm, gracias por salvarme. Si no fuera por tí, seguirá en las garras de Jack— el omega tembló y su voz se quebró, Zayn lo apretó en sus brazos y le beso en la cabeza.

—Solo hice lo justo, no estoy de acuerdo con Jack y me enferma la forma en que tiene poder sobre los demás. No estoy a favor de una dictadura sin sentido— Adam le dijo, su mandíbula estaba tensa y el rostro no reflejaba alguna expresión. —Luces mejor, me da gusto verte de nuevo— cambio de tema, no queriendo poner incomodo al omega del alfa.

Zayn le agradeció en silencio.

—¿A que debo tu visita?

—Tengo una invitación, hay una cena con unos hombres, ex miembros del consejo de líderes— de su bolsillo trasero sacó un sobre y lo extendió al moreno. —Ellos están de acuerdo con nuestra alianza, serían de ayuda.

—¿Confías en ellos?— la duda no falto en Zayn, la desconfianza desprendía en su mirada.

—Fueron parte del consejo hace unos años antes de que Jack hiciera tratos con los humanos y lograra sacarlos del poder. Ellos saben como conducía las cosas— Adam parecía nulo a Zayn, no tenía porque mentir. —Puedo jurarte que ellos conocen los movimientos de Jack a la perfección.

—No quiero trampas ni emboscadas, mi manada es pequeña pero lo suficiente fuerte para defender a su líder— gruño amenazador y Liam froto las mejillas en su pecho con la necesidad de relajar a su alfa.

—Me parece justo— fue lo último que dijo el lobo antes de retirarse.

Zayn giro la invitación entre sus dedos, pensando en aceptar o no. Su manada necesitaba respirar tranquilo y como alfa era su deber, su deseo más anhelado es terminar la guerra.

Mirando a su Omega quién trataba de calmarlo, suspiro. Tal vez debería ir.

[...]

La famosa "cena" se abrió paso en una recepción en el pueblo de los humanos, nadie sospecharía. El lugar era pequeño y tenía ese toque de elegancia más nada ostentoso.

Zayn había querido ir en compañía de su omega, Liam parecía feliz con eso. Se daba cuenta que su alfa nunca tendría vergüenza en mostrarlo como su pareja, no importaba lo que había pasado con Jack. Zayn le amaba sinceramente.

La cena dio inicio hace un par horas, todos conversaba para darse confianza y mostrar que nadie tenía los mismos pensamientos que Jack. Zayn no había relajado los hombros hasta que Adam le susurro en el oído, asegurándole que no había malas jugadas, todos estaban del mismo lado.

El único omega del lugar permanecía sentado aun lado del moreno, calladito desde que llego y sujetaba con fuerza la mano de Zayn. Saltaba del susto cuando los hombres rompían en carcajadas y el aroma se volvía fuerte. Se sentía algo nervioso al estar rodeados de alfas que nunca en su vida había visto, su pareja le cuidaría, el lo sabía. Pero aún así sentía cierto pánico.

Adam solo bebía de su copa y de vez en cuanto comentaba algo, expresaba misterio y seriedad. Liam lo observaba algunas veces y apartaba la mirada cuando el hombre lo pillaba, la curiosidad le confundía. Ese día cuando lo ayudo a salir de aquel lugar, le había hablando tan tranquilo, suave.

De repente las carcajadas se detuvieron, una fragancia a Jazmín se disperso en el lugar. Una mujer apareció en la entrada con un vestido negro y ajustado al cuerpo.

Los hombres carraspearon y se pusieron de pie, como todos unos caballeros. Zayn al igual se levantó y una sonrisa se curvo en sus labios.

—Veo que han empezado sin mi, que descortés de su parte— su voz era aterciopelada y su sonrisa mostraba sus dientes blancos, que resaltaban con ese labial rojo.

—¡Al fin llegas!— un hombre del consejo se le acercó y le beso la mano.

—Siento la demora— ella se disculpó y saludo a los demás, coqueteaba con sus caderas, desprendiendo seguridad en si misma.

La chica llegó hacia el alfa de piel bronceada, monto una pose donde sus blancas manos descansaban en la estrecha cintura. Zayn le sujeto la mirada, ambos en una aura que el castaño no supo detectar.

—Mira que el mundo es pequeño, Zayn— le canturreo humedeciendo su labio inferior.

—Lo mismo digo, Maddie.—Liam frunció levemente el ceño al escuchar aquel nombre. La mente del Omega comenzó a divagar, hasta que finalmente recordó de donde conocía el nombre.

La ex novia de Zayn.

Zona de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora