Zona de guerra

Veinticinco

—Liam—El Omega trato de fingir que no había escuchado la ronca voz llamándole la atención por milésima vez.—Ya deja este juego, Liam. Tenemos que hablar y sabes muy bien porque.—Gruño el alfa.

Había pasado literalmente una hora, Zayn estaba totalmente frustrado y abrumado, el aroma del Omega impregnaba el lugar, haciendo que su alfa intentará tomar el control de su cuerpo y hacer suyo al omega.

—No quiero hablar.—Dijo finalmente Liam, después de suspirar.

Zayn pellizco el puente de su nariz y miro atentamente al omega.

—Han pasado días sin que hablemos Liam. Yo te escuché, pero tú no a mí.—Liam mordió su labio cuando sintió su calor corporal aumentar levemente. Cerró sus ojos y rogó al cielo porque no fuera a pasar lo que él estaba pensando—Tomaste un decisión y poco te importo mi opinión. Así que ahora quiero que me escuches y ya luego tomes una decisión.—Liam asintió y abrió sus ojos.

—Te-e escucho.—Dijo mientras trataba de contener el quejido que quizo escapar de sus labios, su temperatura estaba aumentando demasiado. Maldición.

Zayn miro atentamente al omega y soltó un gruñido, su aroma ahora era más fuerte. Apretó los labios y se calmo antes de hablar.

—Lo siento. De verdad no entiendo que pasó conmigo ese día Liam.—Zayn dijo arrepentido, Liam se removió levemente en la silla. No le gustaba recordar aquello.—Te lastime de la peor manera y no se como podrías perdonarme, pero te ruego tu perdón.—Le suplico y Liam sintió su corazón latir desbocado.—Te quiero, mi pequeño omega, y lo siento, pero no te perderé, no después de que estuviste entre mis brazos.—Liam suspiro y miro la mirada que Zayn le daba, sintió como todo su cuerpo temblaba.

—Zee...—Liam susurro, temeroso de que su voz no saliera. Aquella profunda mirada que el alfa le daba, sumado a las sensaciones que recorrían su cuerpo, hacían que Liam se sintiera al descubierto.

—No puedo dejarte ir, no después de que dormiste en mis brazos, de que sentí tu piel y de que tus labios fueron uno con los míos. No puedo y no quiero.—Liam gimió levemente ante las palabras, a su mente vinieron los muchos besos y noches compartidas con el alfa.—Maddie no es mi omega, tu lo eres, Liam. Por favor, no termines con esto.—Le dijo antes de levantarse y dirigirse al Omega, para luego tomarlo entre sus brazos.

—Yo-o...—Liam jadeo al sentir el cuerpo del alfa. Era jodidamente abrumador.

Zayn miro al Omega y un gruñido retumbó en la habitación.

—¿Cuando entras en celo, Liam?—Le pregunto alejando levemente a Liam de su cuerpo. Sentía la necesidad de tomar al menor y marcarlo como suyo. De liberar cada uno de sus deseos.

—Creo-o que estoy iniciando mi celo.—Jadeo y Zayn gruñó nuevamente.

—Aléjate de mi ahora, Liam.—Liam gimió levemente.—Por favor hazlo.—Le pidió el alfa, Liam se alejó de Zayn, sabía que era lo correcto.

Liam no dijo nada más que un gemido cuando el único contacto que tenía con el lobo, eran los dedos en su cintura y de pronto se fue el tacto. Su omega parecía no obedecer su lado humano, exigía volver y lanzarse a los brazos del alfa, que se entregarán por primera vez.

¿Dónde había ido la dignidad?

Su omega no entendía que Zayn jugo con él, a pesar de que el moreno se disculpara y estuviera arrepentido, no podía olvidar la humillación. Si Zayn le quería, tenía que luchar por él, demostrarle que en verdad era su compañero.

Liam salió de la cocina, tropezó varias veces y la vista se le nublo. Los instintos de su omega están saliendo de control. Él no podía estar en la gran casa, no cuando tiene al lobo en el mismo espacio.

Decide salir de casa y sin pensarlo corre hacia el bosque. Quejidos salen de sus labios cuando las pequeñas rocas se incrustan en las plantas de sus pies, parece no importarle porque Liam sigue su camino hasta que entra al bosque. Suspira de alivio al respirar la naturaleza verdosa y no el aroma picante de Zayn.

La piel de su cuerpo comienza a picar, calor es lo que siente y sabe que será días largos. Su omega lloriquea por su amante, que le consuele y tome su cuerpo, cada anhelo su respiración se acelera y lo único que puede hacer es tumbarse en el suelo, de nuevo.

Por lo menos la brisa le calmara el bochorno. Suspira pesadamente, intentado en no correr de vuelta a casa hacia el lobo, los dos no estaban bien.

Las copas de los árboles se empujan entre si y las luciérnagas flotan en el aire. Su alrededor le relaja y su lobo interior se calma, como si entendiera que no era momento de entregarse a Zayn.

Unos largos minutos transcurren en el silencio de la noche, los grillos son lo único que le cantan como si fuera un bebé. Liam no sabe que hacer, su cuerpo pide ser tomado y la desesperación le ataca.

Inconscientemente se acaricia el rostro, el pecho y estómago, rozando los dígitos en su piel blanca. Y las cosquillas explotan, viajando a todas partes de su cuerpo, provocando más deseó.

Su omega gime, no es ese tacto el que quiere, pero al menos se conforma. Ah impregnado su aroma en la tierra bajo él y el viento se lo lleva, espera que nadie de los lobos que patrullan el bosque lo olfateé. Los hombres estaban demasiado lejos, cuidaban los límites del territorio, pero el viento no dudaría en traicionarlo.

El crujido de hojas secas le detiene su propio placer, se pone nervioso al pensar que alguien le encontró. No quería ser presa de nadie, gritaría lo más fuerte que pudiera si el tipo saltaba sobre él.

La gran figura conocida provocó que soltara un gemido. Los ojos brillosos se abrían paso entre los árboles y el aroma le lleno los pulmones. Su lobo se puso ansioso y el no podía negarse al deseo.

La dignidad podía irse al infierno.

Quería a Zayn, no tenía duda. Y allí estaba, de pie mirándole. Demostrándole su dominio con los colmillos de afuera, listo para morder su cuello y marcarlo como su pareja.

—No puedo Liam, en verdad que no puedo contenerme—.

Hxrry & Jaz