Extra

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Zayn gruñó y hecho su cabeza hacia atrás, apretó los dedos en el cabello castaño, gimiendo ronco. Iba a correrse si Liam seguía chupando de esa manera, sentía la punta de su pene chocar en la garganta y la cavidad bucal le abrazaba en calor ardiente.

Liam deslizó fuera el trozo de carne y miro al lobo desde abajo, el brillo que se disparó en su ojos desprendía lujuria. Beso el glande con sus labios hinchados mientras jugaba con el saco de Zayn, jugando con la poca cordura. Sus ojos se cerraron lentamente al mismo tiempo que metía de nuevo el pene a su boca.

—Liam— gruñó Zayn, sintió un tiro en su estómago ante la vibración de la risa en la garganta del chico.

El omega cepillo las venas con su lengua, la saliva se combinaba con el presiminal del lobo y eso le excitaba más. Ahuecó sus mejillas esperando la liberación, subía y bajaba la cabeza lento, haciendo el trabajo más placentero, y sus dientes rozaron ligeramente la carne, que fue lo que necesito el alfa para correrse dentro de la boca sin avisar.

Liam lo trago completo y sonrío satisfecho, limpio la punta con su lengua, deleitándose del sabor rico. Las manos temblorosas del moreno le tomaron el rostro y el subió para aceptar el beso que Zayn quería. Colmillos mordieron sus labios y chilló, tan solo se sentó sobre las piernas del lobo y dejo hacer lo que sea.

Zayn rodó por la cama y dejo al chico con el estómago en el colchón, mordió su marca que abrió hace horas atrás. Lamió la piel y chupo hasta dejar marcas, besaba cada cicatriz del omega con amor sin dejar olvidada alguna. Su entrepierna volvía a palpitar pidiendo ser atendido, los gemidos de Liam era lo único que hacia ponerlo duro sin tocarse.

Se frotó entre las mejillas del trasero del castaño y de tan solo ver como su presiminal se hundía entre estas, le alborotaba. Colocó ambas rodillas a los costados de Liam, se mordió el labio y sin esperar más, se adentró en aquel canal húmedo. Su omega gritó, le tomo por la nuca y comenzó a mover sus caderas, las paredes calientes se abrían paso a su invasión, estrechandole duro.

—No bebé, no cubras tu boca, quiero oírte— Zayn tomó las muñecas de Liam y las sujeto a los lados, impidiendo que ocultará sus gemidos en la almohada.

—Estas s-siendo más rudo-o— El pequeño lobo se recargo en sus codos y dejo que el moreno besara su cuello, justo allí en su punto débil.

Zayn le embistió duro, profundo y delicioso, clavando las rodillas en la cama para tener los movimientos más fáciles.

—Me gusta— el alfa sonríe con el ego hinchado y sigue mordiendo la piel blanca.

—Extrañaba hacerte mió—soltó las muñecas de Liam y le alzó las caderas. El sudor caía por su pecho y su lobo gruñía feroz, Liam era un manjar del cual nunca se cansaría.

No despegaba la vista que tenía, su pene adetrandose en la apertura rojiza y las mejillas rosas por las palmadas que hizo hace un rato. Gimió ronco cuando Liam se alzó chocando su espalda a su pecho y le beso, Zayn le rodeo la cintura y siguió golpeando dentro del omega. Su exploración se curvo y se sintió más apretado.

Liam mordía sus labios y eso era tan malditamente caliente, salió lo suficiente para empujarse y hacer perder la estabilidad del chico.

—Zayn— Liam chilló en protesta cuando lo hizo un par de veces, río en su oído y mordió el lóbulo.

Bajo su mano para envolver la intimidad del castaño y comenzó a masturbarlo, tan lento y tosco. Liam se deshizo en gemidos altos que no contuvo a callar, la piel de su pareja brillaba al sudor y se erizaba cada vez más con las estoncadas que daba.

—¡Allí! Vuelve hacerlo allí— el omega se empujo hacia atrás, desesperado por sentir el golpe en su próstata.

—No seas impaciente, tenemos toda la noche—salió de Liam, quien le gruñó por el vacío y el tan solo río.

Zona de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora