Rodrigo
Ni bien le abrió la puerta de su departamento, Aira no pudo más y cayó en llanto. Él se preguntó si el sentimiento gélido que percibía era por el viento que se colaba a través de la ventana de su sala o por el estremecimiento de saber lo que esa noticia significaba para ella. Quiso reaccionar y abrazarla para calmarla, pero sus brazos le pesaban como plomo. No fue hasta que la joven se lo pidió directamente que, por fin, pudo reaccionar:
—¡Abrázame, por favor! —dijo mientras se acunaba en sus brazos.
Percibió cómo su polera se humedecía. Quiso masajear su espalda como antes, para transmitirle calor, apoyo y sobre todo amor... pero no pudo. El estado catatónico en el que se hallaba solo se recrudeció al oír sus siguientes palabras:
—¡Me han sacado de la puta danza, Rodri! ¡Me han sacado! ¡Desgraciados! Me han expectorado como si no les importara, ¿sabes? Como si todo mi esfuerzo puesto en ello les importara un comino. —Se le entrecortó la respiración. Iba a hablar, pero ella se le adelantó—: Es como si yo... es como si yo... como si yo... ¡no valiera nada! ¿Me entiendes? ¡NADA! ¡NO VALGO NADA!
Estas últimas palabras le sonaron tan desgarradores, que el hueco que sentía en su pecho al escucharlas parecía incapaz de ser llenado por las lágrimas que ella derramaba.
—Pero, ¿qué hablas? —se apresuró en preguntar—. ¿Cómo dices eso?
La apartó de él cogiéndola de los hombros. Quería observarla el rostro. Las lágrimas que caían por las mejillas de Aira le laceraban el corazón, provocándole que su respiración se detuviera, que su pulso se detuviera, que el tiempo se detuviera...
¡No soportaba verla así! Solo atinó a abrazarla con fuerza, apoyando sus manos sobre sus omóplatos como si estuvieran unidos desde siempre, como si ambos fueran un mismo hueso y piel.
—No vuelvas a decir que tú no vales nada, ¿me entendiste? ¡No lo vuelvas a decir! ¡No lo vuelvas a decir! —le replicó de tal manera que su voz retumbó en las paredes de la habitación, acallando el ulular del frío viento de la mañana.
—Rodri, por favor, no me alces la voz... —dijo Aira en un leve susurro, pero lo suficientemente perceptible mientras trataba de zafarse del agarre de Rodrigo sin éxito alguno.
La apartó de sus brazos de inmediato. Sendas lágrimas seguían bajando de sus ojos a sus mejillas, de su alma al suelo, de su ser a aquel profundo pozo de irritación, de frustración, de decepción.
—Lo... lo siento.
Rápidamente, recogió sus lágrimas con sus dedos, yaciendo sobre estos su pena. Era como si, con ese simple gesto, tratara de desaparecer todo rastro de tristeza de ella.
Abrió la boca para aspirar fuertemente y con ello, tratar de obtener la calma debida para encarar lo que tenía frente a sí:
—Dime, ¿qué pasó?
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Melodías y Ambrosías [Saga Ansías 2] [COMPLETA]
RomanceHISTORIA GANADORA DE LOS WATTYS 2016 EN LA CATEGORÍA PIONERAS. Continuación de "Ansías y Poesías" (no recomiendo leer esta parte sin haber leído la primera, la cual pueden encontrarla accediendo a mi perfil o poniendo en el buscador de Wattpad "Ans...