Aira
Ese día viernes se había despertado más temprano que de costumbre. Se la había pasado en vela gran parte de la madrugada. No sabía a qué hora con exactitud había logrado, por fin, conciliar el sueño. Pero, solo consiguió calmarse luego de releer, por enésima vez, el mensaje de Rodrigo en el que le confirmaba, sino juraba, que a las tres y media de la tarde estaría esperándola en la esquina del Mc Café para luego llevarla a su cita con la psicóloga.
Había querido ir a su departamento después de la escuela para buscarlo, pero él había sido bien enfático. Hasta que, por lo menos, no terminara la secundaria, sino cumpliera la mayoría de edad, debían tener, lo que ella había llamado odiosamente, una "mala tregua": evitar frecuentar lugares, en donde la intimidad de aquéllos provocara que la cercanía de ambos se volviera peligrosa. Y aunque ella le había insistido que aquello le parecía exagerado (‹‹Rodri, yo confío en ti... ¿o acaso vas a confirmar mi teoría inicial de que eres un viejo verde que busca niñas por internet?››), él se había mantenido firme en su resolución.
Incluso, desde la última vez que habían charlado en persona, no se habían vuelto a ver en persona. Por chat Rodrigo se había mostrado como de costumbre: algo distante, pero tierno y preocupado por ella. Sin embargo, cuando Aira le preguntaba si podían quedar en ver una película o comer juntos, él cambiaba totalmente: alegaba que no veía alguna razón para aquello; se excusaba diciendo que, al conocer que ella era una colegiala, y sabiendo que sus exámenes de fin de año estaban cerca, debía dedicar su tiempo libre en estudiar, más no en distracciones innecesarias. La joven le había manifestado que lo extrañaba, que necesitaba verlo en persona, sino a diario, por lo menos que no pasase más de dos o tres días de esto, pero él no daba su brazo a torcer.
Encima, alegaba que no sabía por qué ella estaba tan desesperada por verlo a diario; ya que, en su opinión, podían muy bien quedar una vez a la semana, con ocasión de acompañarle a sus citas con la psicóloga. Aira le había replicado que aquello le parecía excesivo, ella necesitaba verlo en persona, tocarlo, abrazarlo, besarlo...
Cuando encausaba la charla a lo que quería y era bastante directa, aunque esto le provocara ciertos sonrojos, Rodrigo de inmediato cambiaba de tema de conversación. Esto producía que la adolescente se desesperara y comenzara con sus actitudes de irritabilidad, impaciencia e inmadurez, provocando que, de cuando en cuando él se enojara ante ello. Sin embargo, aquella actitud le duraba poco.
De inmediato, el saber que Noelia había hecho su aparición en la vida de Rodrigo volvía a su mente, provocándole un cambio que hasta a ella misma la sorprendía. Pensando que él en cualquier momento se cansaría de su actitud infantil e irritable y preferiría irse con una mujer más madura y estable como podría ser su ex, estaba ansiosa de que la psicóloga le diera la cura para su depresión, y todo lo que esto conllevaba. No obstante, como todavía el día de su primera cita con aquella le parecía tan lejano, había buscado en internet sobre cómo poder hacer frente a su irritabilidad y mal humor.
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Melodías y Ambrosías [Saga Ansías 2] [COMPLETA]
RomanceHISTORIA GANADORA DE LOS WATTYS 2016 EN LA CATEGORÍA PIONERAS. Continuación de "Ansías y Poesías" (no recomiendo leer esta parte sin haber leído la primera, la cual pueden encontrarla accediendo a mi perfil o poniendo en el buscador de Wattpad "Ans...