♫ Te quiero [Parte 2] ♥

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—Porque te quiero

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—Porque te quiero.

Al escuchar esas palabras, algo dentro del corazón de Aira se revolucionó. Sentía una emoción tan inembargable en su interior, mezclada con tanta dulzura y ternura, que simplemente no podía creer que fuera cierto que aquellas palabras salieran del joven que adoraba con locura. Tenía tantas ganas de correr, de gritar, de chillar porque los anhelos que había tenido durante tanto tiempo se veían, por fin, concretados. 

—¿Qué...? ¿Qué es lo que has dicho?

Rodrigo la miraba con esos ojos tan inexpresivos, que no se correspondían a sus palabras, como si hubiera dicho una frase cualquiera. Pero, cuando volvió a estrujar sus dedos con los de ella, los cuales seguían entrelazados, aquello la hizo volver a la realidad.

—¡Estás mintiendo!

—¿Eh?

Él abrió grandemente sus ojos e hizo una mueca de sorpresa para luego soltar su mano de la suya.

—¡Estás mintiendo! —dijo Aira para después levantarse, alejarse de él y darle la espalda.

—¿Por qué estaría mintiendo? ¡Recuerda que los aspies no mentimos!

—Te recuerdo que mentiste acerca del plagio de los poemas —mencionó encarándolo—. Así que... no estoy muy segura con eso que dices que nunca mienten.

Él enarcó la ceja. Después giró los ojos y resopló profundo, como apelando a la paciencia infinita que siempre lo caracterizaba.

—Pensé que este tema ya estaba superado al decirme que querías que volviéramos a ser enamorados —dijo arreglándose un flequillo sobre su oreja derecha.

—Sí, está superado por mi parte. Pero...

—¿Pero qué?

—Lo que ocurre es que... —afirmó arrugando la ceja y haciendo un puchero—. Si pudiste mentir en algo tan importante como eso, ¿quién me garantiza que no lo estás haciendo ahora al decirme que me quieres cuando no es así?

Él volvió a soltar a suspiro.

—Es distinto.

—¿Cómo?

—Los aspies no tenemos mucho filtro para mentir de forma maliciosa como un neurotípico lo haría.

—¿Neuroqué?

—Neurotípicos. ¡Los que no tienen Asperger!

—Ah... —dijo poco convencida.

—Nunca te dije que esos poemas que tenía publicados fueran míos, ¿o sí?

—¿Qué?

—Que nosotros no mentimos tan fácil cuando nos hacen una pregunta como lo harían ustedes, los neurotípicos. Y aquí tengo razón. Cuando publiqué esos poemas de mi compañero de la universidad, nadie, ni siquiera tú, me preguntó si eran míos o de otra persona. Así que, técnicamente no mentí.

Melodías y Ambrosías [Saga Ansías 2] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora