Aira
Sintió que el estómago le quemaba. Quiso decir algo, pero su boca estaba tan seca en ese instante, que por poco tiempo creyó que había enmudecido para siempre.
—¿Noe... Noelia? —preguntó el joven con los ojos bastante abiertos y una mueca de desencanto.
—¡Te acuerdas de mí! Pensé que ya no te acordabas de mi voz. —Se escuchaba a través del teléfono.
—¿Có... cómo estás? —dijo Rodrigo para luego digitar un par de teclas y desactivar el altavoz.
Con un gesto con las manos, le indicó a Aira que lo esperase. Después se dirigió a su habitación y cerró la puerta.
Alzó su brazo hacia donde él estaba. Tenía ganas ese instante de correr hacia su cuarto, romper la puerta a patadas y quitarle el celular de la mano. Pero, al observar cómo su mano le temblaba, se contuvo.
"No... no creo que sea buena idea armar un escándalo. No. Aunque..."
Y fue ahí que un hecho vino a su memoria.
*****
Algo por el que su madre no había durado mucho con sus parejas, hasta que diera con su actual padrastro, era por sus celos enfermizos.
Aira no recordaba que su mamá hubiera estado sola. A los pocos meses de morir su papá, ya ella salía con otro hombre... y luego con otro... y con otro. A ella le había dolido mucho que la señora no guardara el duelo necesario de su padre. Éste había muerto meses atrás y ya para diciembre su mamá tenía con quién celebrar las fiestas navideñas. En especial, recordaba con mucho dolor la primera fiesta de fin de año, que coincidía con su séptimo cumpleaños, en la que no tendría a su padre a su lado.
En esa ocasión no había querido celebrar nada. Aunque, sus abuelos habían ido a su casa llevándole una torta de cumpleaños y una muñeca, se había encerrado en su cuarto.
Al enterarse su madre de que no quería que le festejasen nada, mejor para ella. Siempre le había parecido un fastidio tener que postergar su fiesta de Nochevieja, en pos de quedarse en casa celebrando el cumpleaños de su hija. El padre de Aira había dicho que no cuando su mujer le proponía salir por ahí a bailar y a tomar para esa festividad. Desde que la niña había nacido, para el hombre todo su mundo giraba en torno a su hija, y eso incluía postergar festividades sociales en pos de estar con la pequeña Aira. No obstante, todo había cambiado desde que él falleciera.
Ahora, ese 31 de diciembre, se sentía más sola que nunca. Ya no estaba a su lado aquel amoroso padre para celebrar su cumpleaños. Ya no estaba a su lado aquel abnegado padre que le colmaba de besos y de abrazos en esa fecha tan especial. Ya no estaba a su lado aquel dedicado padre que le decía que pidiera un deseo por Año Nuevo y que sentía el hombre más dichoso del planeta por tenerla a su lado. Sin embargo, aunque él hubiese partido, la vida le había brindado una nueva oportunidad de hallar a quien lo reemplazara.
En una de sus salidas nocturnas, su madre había conocido a quien era su nueva pareja: Ángel. Este era un hombre de aproximadamente treinta años. Ella lo recordaba muy alto, mucho más que su papá. "Creo que llega al techo", se había dicho en una ocasión, cuando al levantarse de una silla de su casa, él casi se daba con una pequeña lámpara en forma de araña que adornaba su techo. En esa ocasión se había burlado de que se golpeara la cabeza.
La primera sensación que había tenido al conocerlo era que lo odiaba. "Él nunca va a reemplazar a papá", era lo que se repetía continuamente. Pero, el hombre, con su paciencia y comprensión, había sabido ganarse su corazón.
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Melodías y Ambrosías [Saga Ansías 2] [COMPLETA]
RomanceHISTORIA GANADORA DE LOS WATTYS 2016 EN LA CATEGORÍA PIONERAS. Continuación de "Ansías y Poesías" (no recomiendo leer esta parte sin haber leído la primera, la cual pueden encontrarla accediendo a mi perfil o poniendo en el buscador de Wattpad "Ans...