Andrew 1/2

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Entradas agotadas, entrevistas, premios, diferentes universidades del mundo pidiéndolo, en definitiva su vida fue un torbellino desde que tiene memoria.

No recodaba su vida antes del orfanato, ese lugar tampoco había sido el mejor porque todos los adultos que aparecían nunca se interesaron en el por tener una mirada demasiado profunda o no ser lo suficientemente adorable para su edad por lo tanto a su tres años supuso que las cosas no cambiaría y como siempre se refugió en todos los libros que llegaban, pero eran demasiado simples y fáciles, al final parecían perder el sentido.

Pero un día unos profundos ojos marrones se fijaron en él, no le hizo muchas preguntas simplemente se sentó a su lado antes que un chico rubio de ojos verdes se asomará con una gran sonrisa que trasmitía seguridad. Por primera vez no se sentía juzgado mas bien se sentía comprendido al tiempo que su cabello era alborotado sutilmente causándole cierta sorpresa.

Debía aceptar que aquel rubio parecía sacado de los cuentos de hadas o algo parecido mientras el otro lucia como el típico héroe que mataba a los dragones para salvar a la princesa. En pcoos segundos todo su ser quedo completamente inmerso en sus suaves voces, sonrisas y comentarios con un acento algo brusco que luego pudo identificar como ruso y kazajo. Lenguas raras que luego se volverían suyas.

Ahora ese héroe y hada eran sus padres, recordaba lo raro que fue llegar a una casa desconocida y descubrir que tenía un hermano menor con unos grandes ojos verdes al igual que su nuevo padre.

Le costó mucho acostumbrase a la idea de una familia, en ocasiones no quería salir de su cuarto, también se asustaba cuando él rubio gritaba o reía fuertemente, el ruido de la moto, la voz profunda del hombre de cabello negro, la mirada curiosa de su hermano, las personas nuevas que lo visitaron para darle la bienvenida, todas aquellas muestran de amor eran tan nuevas y agradables que a veces lo agobiaban por no saber cómo reaccionar a ellas.

Al poco tiempo sus sentimientos acumulados se volvieron arte, su hermano le enseñó a sonreír y sus padres lograron hacer que todo su ser se llenara de amor. Antes de ellos pensó que el amor era solo una palabra utilizada en los cuentos para lograr un buen final pero ahora entendía que era algo mucho más importante. El amor se había convertido en el sentimiento más importante que motivaba su vida y alegraba sus días.

Nunca hablaron del orfanato, nunca se preguntaron porque terminó ahí y realmente él nunca se interesó en saber que sería de sus antiguos padres porque en esa casa llena de risas, gritos, música y patines era el lugar donde quería estar, era el lugar donde pertenecía.

Su historia y emociones quedaron prendadas en las teclas del piano causando que algunas personas llorarán una vez su presentación termino.

Estaba lejos de ser bueno con las palabras pero podía expresas lo que sentía por medio de la música, eso le había explicado una vez su padre kazajo.

Dejó el escenario tras la típica reverencia, su rostro continuaba serio pero en su mirada se podía notar la felicidad de saber que su audiencia una vez más había podido entender el mensaje — muchas gracias... —  antes de poder entrar nuevamente en su burbuja su rubio padre lo abrazó rápidamente por los hombros  — ¡fue cool! — No pudo evitar sonreír por las palabras de su padre — gracias por venir...saben que no es necesario que vengan a todas las presentaciones —  su familia no faltaba a ninguno de sus conciertos sin importar en que parte del mundo fuera, todo era planeado para que ninguna presentaciones chocara con las competencias de Nikolai.

Su año se divida en temporada musical y temporada de patinaje y pronto le aumentaría la temporada de ballet ¿Cómo se organizaban tan bien? Viktor el amigo de sus padre había contratado una muy buena asistente porque la primera vez que intentaron solos terminaron en el lugar equivocado, con las personas equivocadas y con sus padres casi divorciados por un mal entendido.

My Future with You (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora