Aisha 2/2

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Abrió la puerta rápidamente apenas el auto se estacionó, necesitaba saber cómo estaba Aisha y no le importaban los regaños de Beka sobre su comportamiento, lo único que deseaba era hablar con el doctor.

¡YURA! — Paró de golpe escuchando un auto frenar frente a él — lo siento... — había empezado a correr sin preocuparse por nada logrando cruzársele a alguien que buscaba un puesto — yo.... MIERDA MIRA POR DONDE VAS — gritó a todo pulmón mientras avanzaba en busca de poder patear al conductor — mirándome como cretino no solucionas nada, es un hospital y deberías manejar con cuidado pedazo de idiota — con esa frase bastó para que el desconocido se bajará de su auto completamente molesto mientras Beka intentaba calmar la situación.

Lo siguiente pasó muy rápido, un empujón bastó para que el ruso diera un fuerte puñetazo en la cara del inglés — mi hija está naciendo ... no dejare que me retrases porque conduces como un completo imbécil — las manos del Kazajo tocaron sus hombros pero de inmediato esquivo otro puñetazo que venía por parte del rubio — Yura...cálmate — esas simples palabras lograron que viera realmente lo que estaba pasando, se encontraba fuera de control gracias al miedo de perder a su futura hija — no quería... — el mayor negó con la cabeza para poder dirigirse al hospital, se encargarían del aquel hombre más tarde.

Llegar al punto de casi golpearle a Otabek había logrado que su ansiedad subiera, no quería lastimarlo pero se sentía impotente de no poder saber de su hija. Deseaba protegerla de la misma forma como su abuelo había echo con él, necesitaba cuidarla, brindarle amor y poder estar sosteniendo su pequeño cuerpo pero en lugar de eso se encontraba en una sala de espera donde los pasos sin respuesta lo agobiaban — joder...

Sus ojos se desviaron un momento hacia su esposo ¿Cómo podía estar tan calmado? ¿Acaso no le dolía? Lógicamente que estaba preocupado pero a diferencia de sí mismo, él si se podía controlar y eso le enojaba ¿Por qué era tan fuerte? En definitiva seguía siendo el mismo héroe de hace años, solo que ahora lo rescataba de sus crisis emocionales — te amo... — sonrió al ver el sonrojo que ocasionó en el mayor y agradeció sentirse rodeado por sus brazos, aun se sentía pequeño a su lado sin importar que ahora fuera más alto — su habitación está muy linda, será la princesita de la casa, Andrew y Nikolai la amaran mucho pero también la protegerán de los pervertidos cuando sea grande, le pondré pijamas de tigres y prepararé piroshky para todos porque ahora nuestra familia es más grande...

Sentía las lagrimas correr por sus mejillas — no la quiero perder, la amo y mucho aunque aún no haya podido verla... yo... — lo que inicio como simples lagrimas terminó en un llanto desesperado que se terminaba ahogado en el pecho del mayor — Beka... — su mundo parecía estar amenazado y eso le llenaba de temor, sabía que no podría superar otra perdida y no quería arrastrar de nuevo a Otabek con él — Aisha tenía 7 meses en el vientre, va a ser complicado pero muchos niños han sobrevivido por lo tanto debemos confiar en los doctores...todo saldrá bien y aunque algo saliera mal saldríamos de esta, debemos ser fuerte porque tenemos dos hijos que nos están esperando en casa y les prometiste piroshkis

gracias... — sonrió un poco más al sentir las manos de su esposo limpiar su rostro con cuidado — ¿Por qué debes ser tan jodidamente perfecto? — vino el regaño común por sus palabrotas mientras se atrevía a sacarle el dedo corazón al tiempo que recibía la chaqueta sobre su cabeza — que no lo veas no lo hace menos real — bromeó intentando moverse un poco al ser abrazado, amaba a Otabek con toda su vida y por nada en el mundo se dejaría hundir de nuevo, debía ser fuerte por ellos.

Lamento interrumpirlos... — literalmente mando a volar la chaqueta mientras de un ágil salto terminó frente al doctor — ¿Qué paso? ¿Está bien? Doctor deje de sonreír y deme una maldita respuesta — las risas del doctor inundaron el lugar — señor Plisetsky, sin importar lo que ocurra siempre me recibe con la misma brusquedad espero que su hija resulte ser más silenciosa — sus verdes ojos se volvieron más grandes al tiempo que abrazaba al doctor dándole un beso en la mejilla y con la misma velocidad entregaba un rápido beso a su esposo — ¿Escuchaste? No lo dijo directamente pero Aisha está bien, sabía que mi princesa podría ¡SHE IS A BADASS! — levantó el puño al aire, si hace unos segundos sintió que su mundo se acabaría ahora era todo lo contario.

dejemos la emoción de lado por un momento, la niña esta fuera de peligro ahora pero es una pequeña prematura por lo tanto sus pulmones aún no están completamente desarrollados así que necesita quedarse en el hospital — su mundo nuevamente volvió a caer pero Otabek se encontraba sosteniéndolo como siempre — ¿podemos verla? — el doctor los guío por los largos pasillos donde pudieron ver a la pequeña niña, su tono de piel pálido mostraba claramente que se parecía a Yura junto con los pequeños y dorados cabellos que decoraban su cabeza — es hermosa...

papa Yuri está aquí...lo hiciste genial mi amor, te ganaste todas las medallas de oro — susurró acariciando su delicada mejilla con su índice — te quedaras aquí unos días pero te vendremos a visitar sin falta, prometo traer a tus hermanos... Andrew ha practicado una hermosa melodía y Nikolai tiene una coreografía solo para ti — no presto atención a la charla que Otabek tenía con el doctor, estaba seguro que se trataba sobre la mujer que había prestado su vientre — Aisha... todo saldrá bien — realmente le importaba saber el bienestar de aquella chica pero en el fondo tenía miedo de enterrarse de algo quizás complicado de entender.

Estaremos en casa en unos minutos... ponme en alta voz — pudo distinguir moodnigth sonata de Beethoven y según supo Nikolai estaba practicando algo de ballet mientras Andrew tocaba — cariño Aisha está bien, deberías tocar algo un poco más alegre — fue ignorado completamente, supuso que su hijo mayor estaba sumergido en su mundo — nos vemos luego, gracias Celestine

Andrew era un prodigio musical, con solo 5 años podía tocar piezas complicadas tanto que había llamado la atención del mundo por su talento mientras Nikolai había empezado a mostrar su talento natural sobre el hielo como su flexibilidad al momento de practicar ballet — Aisha será igual de talentosa que ellos — comentó sonriente antes de retirarse del hospital junto con Otabek.

Entre visitas diarias donde se quedaba horas y horas con Aisha en ocasiones con Beka o uno de sus niños el tiempo paso rápidamente hasta que finalmente pudieron llevarse a su pequeña hija a casa.

Llegamos... — la casa estaba llena de globos de helio de color rosa, cortesía de Viktor que no paraba de aplaudir.

Su vida realmente había cambiado bastante, su relación con Yuuri y Viktor era mejor pero aun así lo sacaban de paciencia pero ahora compartían mucho tiempo juntos pues la pareja tenía mellizos de 4 años. Viktoria y Yuki, eran los compañeros de juegos de Nikolai y Andrew aunque ambos tenían cierta manía de querer conseguir siempre la atención del pelirrojo cosa que molestaba extremadamente a su normalmente alegre Niko.

Cuando él era pequeño solo tenía a su abuelo a su lado pero sus hijos tenían una hermosa y grande familia, en cierto sentido se sentía emocionado y estaba seguro que su abuelo estaría orgulloso de lo que había logrado fuera del hielo.

— ¡bienvenida a casa Aisha!

Aquel grito fue más fuerte de lo normal tanto que logró que la pequeña llorará y Viktor recibiera un cojín en la cara mientras los demás empezaban a reír, podían no ser una familia como las otras pero poseían mucho amor y eso era lo que los niños más disfrutaban.

Gracias a todos por leer aún tengo planeado tocar un poco más sobre Andrew y Nikolai, creo que es importante saber sobre ellos antes de analizar los cambios en la vida de Yuri y Otabek.

Está historia lleva más de 500 lectura y varias estrellas realmente estoy feliz de saber que ha sido aceptada.

Gracias ❤❤❤

My Future with You (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora