My Future with You (OtaYuri)

Fantasma del Pasado 1/3

Eran las 6 de la mañana en Londres y Yuri se encontraba con una pistola de agua en las manos completamente llena y ropa deportiva puesta — ten un lindo día Beka — besó los labios de su esposo quien no dudó en abrazarlo de la cintura en busca de atraparlo, siempre le resultaba difícil dejarlo ir aunque fueran por pocas horas. Su adictivo perfume, suave piel, sedoso cabello y seductores labios lo volvían loco sin importar que lo tuviera a su lado  casi todo el día.

— déjame acompañarte — murmuró el kazajo contra los labios ajenos mordiéndolos suavemente pero el rubio solo escapó con una de sus encantadoras sonrisas, esas sonrisas que lo dejaban deseoso de más  — Tú debes cuidar a nuestra princesa, llevarla a sus clases junto con Andrew que anda un poco paranoico desde la llegada de Dimitri — Beka suspiró resignado, al final siempre seguía los deseo de su soldado  — lo que órdenes — no le molestaban sus actividades del día pero deseaba ver si aquel  "delincuente" ruso podía resistir el mal carácter de su esposo, a su parecer eran más parecidos de lo que ambos pensaban  — nos vemos en el almuerzo —  después de unos cuantos besos Yuri salió en busca de sus dos futuras leyendas.

Por su parte Nikolai se había quedado jugando con Dimitri a pesar de saber que al día siguiente debía levantarse temprano, así que en esos momentos se encontraba profundamente dormido cosa que extrañó a Yuri— que lindo es — murmuró el rubio mientas entraba a su cuarto. Le causaba ternura ver el delgado cuerpo de su hijo descansar entre las sábanas blancas donde resaltaba su cabello negro  — debería dejarlo dormir un rato más....pero él nunca me deja dormir a mí ¡BUENOS DÍAS! — un chorro de agua impactó contra la espalda del menor quien se levantó completamente asustado — ¡¿qué pasa?!— los ojos verdes de Nikolai se mostraban completamente confundidos pero al ver la sonrisa de su padre todo cobro sentido, normalmente lo esperaba completamente vestido y listo — se me olvido la alarma, ahora me cambio pero no me tires más agua — pidió algo adormilado mientras su padre besaba su frente — te quiero listo en menos de 10 minutos — para él existían Yuri, el padre divertido y algo gruñón, luego estaba su estricto entrenador Plisetsky que no le daba descanso. Eran dos personalidades un poco diferentes tras esos hermosos ojos que ambos compartían.

La siguiente habitación fue la de Dimitri quien recibió el agua directamente en la cara, no sería amable con el adolecente  —  ¡¿qué miearg...?! — su "educada" pregunta fue interrumpida con un chorro de agua en su boca — bienvenido a mi dictadura D-I-M-A — la sonrisa de Yuri se mostraba sutilmente cruel, recodaba cada pequeña acción del quinceañero desde que llegó a Londres, su venganza seria dulce — te quiero listo en menos de 10 minutos, te mostraré que tú entrenador en Rusia te está consintiendo demasiado — con eso salió dejando al ruso menor algo confundido pero vistiéndose rápidamente, conocía a Yuri y sabía que no era una broma por lo tanto no se dejaría ganar tan fácilmente.

Cuando ambos llegaron a la cocina tenían un  nutritivo  desayuno esperándolos y a Yuri con todo listo para que salgan a correr para calentar. Nikolay y Dimitri se sentaron compartiendo una que otra sonrisa bajo la mirada atenta del rubio. Le gustaba verlos,  sobretodo porque sabía que a para su hijo no era fácil congeniar con nadie más que no fuera su hermano. Sabía que tenía una buena relación con la hija de aquel tailandés escandaloso pero ella vivía al otro lado del mundo y fuera de aquella niña solo estaban Andrew y Dimitri. Deseaba que su hijo tuviera una infancia y adolescencia llena de color y alegría en todos los sentidos.

Muchos decían que Nikolay no se parecía a Yuri por el simple hecho que el pelinegro era más sonriente y espontáneo. Por su parte Otabek que conocía más que nadie al rubio sabía que su hijo tenía muchos rasgos de la personalidad de su esposo, podía apostar toda su vida de que Yuri hubiera sido un niño más alegre y expresivo si hubiera crecido sin el peso de sentirse abandonado por sus padres.