Bienvenidos

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Andrew jugaba con Aisha cantándole un poco mientras ella reía suavemente abrazándolo y jalando a Nikolay de la camiseta para que jugará con ellos —  ahora no, tengo sueño — el león simplemente se acomodó mejor en aquel pequeño asiento. No había podido dormir por dos grandes motivos.

El primero se debía a que Andrew para vengarse había empezado a tocar el acordeón frente a la puerta de su cuarto, lo peor de eso era que el mayor desafinaba apropósito cuando presentía que su hermano se estaba durmiendo con alguna melodía suave. Fuera de eso Niko se encontraba muy emocionado de ver a su amigo y presentarle sus lugares favoritos de la ciudad por lo tanto cada vez que intentaba cerrar los ojos la emoción lo obligaba a despertarse. Esos eran los motivos por los cuales ahora se encontraba a punto de tomarse una siesta en el aereopuerto ignorando los pequeños gritos de su única hermana.

Cerca del lugar estaban Otabek y Yuri en espera de romperle la cara al antiguo jugador si se atrevía aparecer con Mila o si era el causante del viaje tan precipitado — estamparé su cara contra el hielo...de nuevo —  el kazajo sonrió al ver la reacción de su esposo. Conocía lo sobreprotector que podía ser cuando se trataba de Mila, más de una vez tuvo que irlo a buscarlo antes que se metiera en graves problemas por culpa de Fredik.

En una ocasión llegó justo antes que el delgado rubio le diera un fuerte puñetazo al otro ruso mientras lo insultaba pidiéndole que firme el divorcio de una buena vez. Petrov había sido un dolor de cabeza para todos. Su arrogancia no tenía límites junto con su horrible machismo que hizo más de una vez que el tigre ruso terminara en una pelea apoyando a  Mila quien tampoco lo aguantaba a su en ese entonces esposo. Todos se preguntaban cómo alguien de carácter fuerte como la pelirroja terminó casada con aquel idiota.  

Yura tranquilo, no van a regresar presiento que su visita va más ligada a Dimitri — el rubio se mostró aún más cansado — ese niño es un dolor de cabeza igual al padre — su puño se impactó en el pecho del héroe quien  no dudó en tomar su mano para besarla suavemente — amor, tranquilízate — pidió de aquella forma tan perfecta que lograba que Yuri se trasforma de un fiero tigre a un lindo gatito — ok — se acurrucó un poco en el pecho ajeno ocultando su rostro mientras tranquilizaba su enojo — debemos ser pacientes con Dimitri —  continuó hablando el kazajo en un tono tan calmado que Yura no le podía negar nada, sobre todo cuando su cabello se encontraba siendo acariciado tan suavemente. No importaban cuantos años pasaran, Beka seguía siendo un experto cuando se trataba de domar el mal carácter de Yuri. Ambos sabían lo que el otro necesitaba con una sola mirada.

Justo cuando se preparaba para seguir con su charla el gritó de Nikolai los alertó de la de llegada de Mila y su hijo — ¡DIMA! —  el delgado pelinegro corrió rápidamente lanzándose a los brazos del ruso dejando a Otabek con una punzada en el pecho, se supone que Niko hacia eso solo con él ¿Por qué estaba abrazando a ese chico? ¿Quién era Dima? ¿Acaso le había puesto un apodo a Dimitri? ¿Por qué el hijo de Mila estaba abrazando a su pequeño? ¿Cuándo Niko tenía planeando soltar al recién llegado?

En resumen la cara de Beka era un poema mientras intentaba descifrar lo que estaba pasando frente a sus ojos —  tranquilo cariño, debemos ser pacientes con Dimitri —  a Yuri tampoco le agradaba esa forma tan afectuosa de saludarse pero le divertía la reacción de su esposo —  Bienvenidos, Dima estas muy alto —  supuso que era una buena idea usar el apodo por el cual solía llamarlo Nikolai, grave error.

Dimitri bajó con cuidado de sus brazos al patinador para mirar fijamente a Yuri — Dimitri para ti, ese apodo solo lo utilizan mi madre y Niko —  la molestia era bastante clara en el tono de voz del joven ruso —  Plisetsky, no me agradas —  el rubio estaba en una lucha interna entre gritarle o sacudirlo hasta que se disculpara —  tampoco me agrada tu esposo y mucho menos tu hijo mayor, estoy aquí por mi madre  por lo tanto evitemos cualquier contacto de amabilidad forzada —  Mila sonreía nerviosa al notar como la cara del tigre ruso empezaba a mostrar enojo —  ¿Yo tampoco te agrado? —  la voz de Aisha que se encontraba en los brazos de Otabek rompió la tensión acaparando la atención de Dimitri que se encontraba en una guerra de miradas con Yuri.

My Future with You (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora