Secretos

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Después de tanto tiempo Otabek y Yuri se encontraban sin Andrew y Nikolai, se sentía raros y en cierta forma vacíos aunque aún tenían a la pequeña Aisha — debemos irnos — Yuri fue el primero en hablar para marcharse donde habían parqueado el auto, ninguno de los dos dijo nada en todo el camino. No tenían ganas de hablar, parecía que cada tema de conversación terminarían en su angustia sobre como estarías sus niños en el avión.

Otabek conducía en silencio, sus pensamientos estaban ligados a sus dos niños ¿estarían asustado de viajar solos? ¿Nikolai podría dormir? ¿Andrew comería algo en el avión? Por más que lo intentara en su mente solo se encontraban sus dos hijos. Una parte de él deseaba tenerlos de vuelta pero sabía que era necesario separarse un poco de ellos. Recodaba claramente lo nervioso que estaba la primera vez que se subió a un avión solo, por lo menos Niko y Andrew tenían a sus amigos pero aun no podía dejar de pensar en todo lo que podía pasar en un viaje de tantas horas aunque los hubiera puesto a cargo de una asistente de la aerolínea.

Yuri se la pasó en su teléfono mirando fotos de sus adorados "gatitos", aun no entendía la idea de su esposo sobre enviarlos a un lugar tan lejos pero por el momento estaba muy triste como para discutir con el mayor. Sabía que si Beka tomaba una decisión era para el bien de todos, confiaba plenamente en él desde que se volvieron amigos y no empezaría a dudar ahora que llevaban años de casados. La confianza en el otro era la base fundamental en su relación, no tenían problema en eso hasta que entraba alguien en el medio. Los celos eran algo con lo que aun trabajaban un poco pero aceptaba que mejoraron bastante desde aquella vez donde casi llegan a divorciarse por falta de comunicación. A Yuri a veces le costaba expresar lo que sentía e iba acumulando enojos hasta explotar pero tras esa fuerte pelea que marcó su matrimonio se había vuelto mucho más comunicativo con Beka.

Al llegar el kazajo se encargó de bajar a su hija quien estaba dormida gracias al largo viaje — la llevaré a su cuarto — entraron sin hablarse, Otabek parecía evitar a toda costa la profunda mirada de su esposo porque sabía que su querido Yura en poco terminaría gritando y realmente no deseaba lidiar con eso. La personalidad del ruso era más amable con él pero al mismo tiempo sabía que cuando se trataba de sus hijos era todo un tigre. Muchas veces lo había visto reaccionar bruscamente si alguien veía mal a sus niños o se atrevían hacer algún comentario que los entristeciera.

El resto de la tarde Beka se la paso en su estudio, ni siquiera salió para comer y Yuri tampoco lo fue a buscar pero al atardecer el rubio no pudo más con el silencio de su esposo — ¿Qué demonios te pasa? Acabas de enviar a nuestros hijos a otro país y decides encerarte aquí sin decirme nada — el kazajo solo movió sus ojos hacia Aisha quien se encontraba en los brazos del ruso, una de sus reglas personales era evitar discusiones frente a los niños — ¿Qué pasa? ¿Ahora no puedo expresar mis sentimientos frente a mi hija? — Frunció mas el ceño — Beka, estoy preocupado...no comes no hablas y solo es el primer día ¿Por qué sigues actuando así frente a mí? No necesito que siempre seas fuerte, soy un adulto y tú esposo...no estás solo, te prometí que cuidaría de ti pero cuando te pones así es como si no me quisieras a tu lado — el ruso estaba enojado, dolido, confundido. Su tono de voz era demandante, quería respuestas y con su fiera mirada estaba presionando a su esposo para recibir lo que quería de una forma sutilmente altanera causada por su creciente preocupación.

Eso fue suficiente para que Otabek sintiera todas las emociones acumuladas, sabía que Yuri tenía razón pero desde la muerte del señor Nikolai se había prometido a si mismo ser fuerte y sentía que ese era el único camino. Su familia lo necesitaba firme y no abatido por cualquier problema — ¡BASTA! — su fuerte voz hizo que el rubio retrocediera un poco y Aisha saltará en sus brazos por haberse asustado gracias a la fuerte voz de su otro padre — lo siento...no quería gritar pero... — se llevó una mano a su negro cabello volviéndose a tumbar en el sofá — Yura, esto es complicado pero ellos necesitaban tomarse un descaso de esta vida — se levantó con cuidado para caminar hacia el rubio — necesitaban por un momento divertirse con sus amigos sin preocuparse por un concierto o competencia, descansar sin ser el centro de atención cada vez que salimos...necesitaban un respiro y lo sabes, quiero que nuestros hijos aprendan lo importante de mantener a los amigos a su lado porque bien o mal son como una segunda familia y estarán a su lado cuando nosotros no podamos — ese era el motivo principal pero existían otro mucho más grave. No se había atrevido a tocar el tema con Yuri por miedo a su reacción y eso era lo que lograba que se sintiera aún más presionado. El padre biológico de Andrew había aparecido tras ver el éxito que el pelirrojo estaba teniendo, lo quería de vuelta por el simple hecho que lo veía como una máquina de dinero. Mantuvo una charla con sus abogados y aquel hombre juraba firmemente que solo querían a su niño de vuelta, puros dramas baratos que él no se creía.

My Future with You (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora