V e i n t i c i n c o

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EL INICIO DEL FIN 

PARTE III : TORMENTA

Mantengo una distancia considerable con la que espero no ser vista por Khai, aunque era casi imposible que no me hubiera visto a este punto.

¿Sabía que lo seguía?

No sabía si el hecho de que me dejara seguirlo era bueno, y no me había puesto a pensar en lo peligroso que esto era en realidad. Pero algo en mi cabeza no me dejaba regresar, es como si una voz me dijera que me estaba acercando a algo.

Después de quince minutos  Khai hace un giro, espero ver el camino por donde se fue al llegar ahí pero no lo hay o al menos no oficialmente, solo me encuentro con un apenas perceptible sendero que se abre camino entre los árboles.

Sigo por el tortuoso camino hasta que vuelvo a ver la camioneta de Khai varios metros adelante, pero algo más grande llama mi atención. Oculta tras todos los árboles del sendero y alrededor se encuentra una casa, deteriorada y algo espeluznante. Una casa abandonada.

Todas mis incógnitas de donde se metía Khai cuando desaparecía parecen obtener respuesta ahora.

Me abrazo a mi misma a medida que el viento se intensifica, me entran escalofríos cuando comienzo a avanzar hacia la casa ahora sin la protección de los árboles.

Saco mi celular y no me molesto en tocar la puerta, el seguro esta roto así que solo la empujo causando un sonoro rechinido. Todo esta oscuro así que enciendo la lampara de mi celular. Muebles cubiertos por plásticos llenos de polvo, ventanas tapizadas en periódico y muchas hojas secas de los arboles por todo el piso. Me adentro un poco sin apartarme del todo de la puerta, no hay nada fuera de lo normal considerando que es una casa abandonada.

 —¡Khai! —grito hacia la oscuridad.  

El sonido de los arboles chocando contra las ventanas me pone de nervios y el no obtener respuesta me enoja. 

—¡Khai! —grito de nuevo—. No es divertido se que estas aquí.

Un crujido se escucha al otro lado de la habitación lo que me hace pegar un brinco y girar bruscamente iluminando con la luz del celular, pero no encuentro nada.

El miedo comienza a crecer en mi a medida que voy retrocediendo hasta la puerta, sin duda era de las peores ideas que había tenido. Tenía que irme de aquí ya.

Salí bajando los escalones de madera que crujían cada vez que daba un paso. El aire movía los arboles de una forma violenta y gotas de lluvia empezaban a caer sobre mi. El cielo nublado y oscuro fue iluminado por un relámpago que enmarco la casa de una forma aterradora.

Me gire y corrí hacia el sendero, pero algo me lo impidió. Mi corazón empezó a martillear fuertemente en mi pecho y el aire abandono mis pulmones. 

La misma criatura, el monstruo que una vez casi me mata, se encontraba frente a mi sobre sus cuatro patas y al parecer nada feliz de verme. Retrocedí lentamente preparándome para correr de vuelta a la casa pero un sonido gutural me hizo voltearme.

No era posible...

Ahí estaba otra vez no era solo uno, no eran ni siquiera dos, eran ocho de ellos y estaban rodeándome. El pánico se empezó a apoderar de mi, mis piernas se sentían como de gelatina y el corazón amenazaba con explotar.

DARKLIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora