S e i s

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Canto de Sirena

Deje caer el paraguas en cuanto baje los escalones, era aún más horrible se cerca.

La pequeña barda de madera que rodeaba el jardín estaba destruida, todas las plantas aplastadas y despedazadas por todos lados. Y el hecho de que la abuela tuviera demasiadas hacia que todo se viera peor. El improvisado huerto hecho con huacales viejos y cajas de madera desgastadas en el que la abuela pasaba sus tiempos libres estaba derribado supongo que ese había sido el primer ruido que se escucho..  Apreté las manos en puños sintiendo la ira expanderse dentro de mi. Era increíble que hasta los arboles estuvieran dañados y se encontraran sin ramas en varios puntos.  Parecía casi como si un huracán hubiera pasado por aquí .

Khai se encontraba inspeccionando todo como si estar afuera no fuera peligroso.

— ¿Qué crees que haya pasado? — le pregunté cuando vi que movía una rama rota del árbol más cercano y la ponía sobre otras que ya había amontonado haciendo que su sudadera se levantara solo un poco.

— Creo que a alguien más aparte de mi no le agradas — contestó y yo rodé los ojos.

— ¿Crees que alguien fuera capaz de hacer todo esto? — Miré alrededor — Es horrible.

— No encuentro otra explicación — se encogió de hombros y se acercó.

Odiaba decirlo pero tenia razón. Cuando Khai estuvo frente a mi se agacho a recoger el paraguas, me lo entregó y metió las manos raspadas a su sudadera sin apartar su mirada de la mía en ningún momento. Parecía que diría algo pero lo pensó mejor y se quedo callado.

— Suerte con la limpieza — dijo al fin antes de darse media vuelta e irse.

No pude pensar o hacer nada porque en ese instante escuché que la puerta principal se abría. Genial.

Después de una larga noche de: un frustrante Khai, policías y una abuela al borde de la histeria, porque si, la abuela enloqueció pero no por el hecho de que alguien destruyera el jardín ,  si no por que su rara planta china no estaba por ningún lado.

Mientras ella seguía arrodillada en el piso buscando y gritándome que no pisara nada llame a Carl, él cual no tardo en llegar y bombardearme con preguntas. Yo respondí todo omitiendo el hecho de que Khai estuvo aquí, la verdad lo quería tan lejos de la policía como fuera posible.

Para cuando se fueron era casi la una.

Para cuando acabamos de limpiar eran las dos y media.

Para cuando me levante sobresaltada y gritando eran las tres y media de la madrugada.

Solo hizo falta 1 hora para no poder volver a dormir ese día.

Estaba descalza sentía las piedresillas enterrarse en mis pies pero por alguna razón no me importaba. Podía escuchar como el vestido dorado que traía se rasgaba al pasar entre los arboles y como a lo lejos ramas caían muertas a causa del fuego.

Yo estaba corriendo pero no sabía si lo hacia porque estaba huyendo o porque estaba buscando algo o alguien, lo que si sabia es que estaba perdida y desesperada. Cada vez había mas y mas fuego lo que hacia mas difícil avanzar.

~ Emma ~

Me detuve.

~ Emma ~

Esa voz... era como un susurro casi inaudible en mi cabeza. Casi como el canto de una sirena que te hipnotizaba y te hacia querer seguirlo. El único problema es que ese susurro estaba en mi cabeza ¿Como podía seguirlo?

DARKLIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora