C u a t r o

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Acuerdo

Dude un poco en si subir o no, pero por eso mismo es por lo que me encuentro en esta situación, por desconfiar de él, así que lo hice.

Me arrepentí cuando vi que no se dirigía a la escuela. Pero no dije nada ni el tampoco, se había hecho un horroroso silencio.

—¿A dónde vamos? —pregunté tratando de no sonar paranoica. Pero él no contestó.  Me crucé de brazos y mire por mi ventana, el día estaba nublado pero aún no llovía.

Decidí llamar a Amir para que alguien supiera que no estaba en la escuela y que estaba con Khai.

Y para que él supiera que alguien sabía que estaba con él.

Solo por precaución...

—¿Qué? —la voz adormilada de Amir me hizo sonreír.

—Buenos días señor amo ir a la escuela —noté que Khai me miraba de reojo por un instante.

—Si no voy a ir a la escuela prefiero dormir todo el día, es lo más lógico por hacer —escuché como se sentaba en la cama y decía justo lo que estaba esperando escuchar—. ¿Tú no deberías estar en clase?

—Sí, pero estoy arreglando unos asuntos con un chico, se acaba de mudar cerca de mi casa y tuvimos un malentendido —traté de sonar lo más casual posible—. En cuanto acabemos regresaré a la escuela.

Tal vez hice mucho énfasis en la última parte...

—¿Un chico? ¿Dónde estás?  —Toda la escuela creía que salía con Amir ya que pasábamos todo el tiempo juntos y él era muy sobreprotector cuando se trataba de chicos. Pero en realidad eso nunca funcionaría, éramos como hermanos.

—Siendo sincera no sé a dónde vamos él esta conduciendo, solo marcaba para avisarte que no podré ir a verte porque hay toque de queda y tengo que ir hoy a la cafetería ¿Supiste lo que pasó?

—Owen. Mi madre me lo contó cuando llegó anoche —la mamá de amir era enfermera.

—¿Llegó al hospital? Creí que lo habían encontrado muerto en el bosque — Noté que Khai volteaba a verme y cuando yo lo hice aparto su impenetrable mirada.

—Así fue, pero ya todo el pueblo lo sabe, yo estoy encerrado por eso no me entero de nada —soltó un suspiro—. Ten cuidado ¿sí?

—Siempre —contesté—. Te hablo más tarde.

Había colgado cuando escuché que Khai soltaba un bufido.

—No voy matarte y aventarte al lago, así que no tienes por qué pedir refuerzos.

—No sé de qué hablas —imité lo mejor posible el mismo tono inexpresivo que él usaba conmigo.

Me miro y negó con la cabeza.

Después de más silencio y una interminable carretera por fin se  había estacionado frente al lago que había en el pueblo que por el clima estaba vacío en estos momentos. Eso sin contar que por lo que le paso Owen la gente no quería salir de sus casas, a mi lo que me tranquilizaba era que eso había sido lejos de aquí.

El lugar era grande y lo habían convertido en algo así como un parque, frente al lago habían puesto mesas para picnic, había una ruta para correr o andar en bici un área se juegos para niños  y hasta un kiosco, la única desventaja es que estaba retirado del centro y no mucha gente venía entre semana.

—¿En verdad era necesario venir hasta acá para hablar? —dije mientras me quitaba el cinturón.

—Estuve pensando —dijo ignorando mi pregunta—, que es muy molesta tu presencia. Y que si arreglábamos esto de una vez por todas me dejarías en paz.

DARKLIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora