S i e t e

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Nuevas Impresiones

Estaba demasiado enojada y estaba haciendo un esfuerzo sobre humano por no ahorcar a la persona que estaba conduciendo.

Lo mire y vi que tenía la misma cara de enfado que yo. ¡Quien se creía!

Él jamas quería hablar conmigo, siempre me ignoraba y ahora cuando yo no quería hablar con él hacia esto. Aun podía ver las caras perplejas de Maddison y Sam cuando el idiota de Khai me arrastró a su camioneta, yo estaba igual que ellos por lo que no pude detenerlo.

— ¿Se puede saber que fue eso? — si sintió la penetrante mirada que le estaba dirigiendo no lo demostró.

— Hable con la policía.

— ¿Qué? — mi cara de sorpresa fue épica —. ¿Porque?

— Ellos fueron a mi casa — apretó el volante y me miro —. ¿Se puede saber que demonios les dijiste?

Si las miradas mataran yo ya estaría bajo tierra. Asi que por eso estaba en la iglesia, para gritarme de nuevo. Carl de seguro fue a preguntar si no habían visto nada raro sobre el pobre ataque al jardín.

— Yo no les dije nada de ti o de lo que te paso, ni siquiera les dije que te vi solo levante una denuncia por lo del jardín y dijeron que investigarían.

El rodó los ojos

— No tuviste que hacerlo ellos se dieron cuenta — dijo aun con voz dura —, gracias a tu denuncia.

Khai aun tenia las marcas de su pelea asi que supongo que hicieron preguntas, pero yo no tenia la culpa.

— ¿Porqué te molestas conmigo? — le grité — Yo no les dije que fueran a tu casa, pero tal ves te hice un favor. Ellos te podrían ayudar con lo que sea que estés lidiando.

— No, tu solo me causas más problemas.

— ¿Eso que significa? Yo no fui la que te golpeo o te dijo que fueras a meter en una pelea.

Soltó una risa de fastidio.

— Escucha atentamente, porque ya no lo voy a volver a repetir deja de cruzarte en mi camino, desaparece de mi vista y deja de enviar a la policía a mi puerta si sabes lo que te conviene.

Guarde silencio un largo rato, ¿porque demonios me trataba asi? me sentía como una idiota por dejar que una persona como él me afectara pero no podía evitar sentirme humillada, sentía un nudo en mi garganta y tenía miedo de que mi voz se quebrara si comenzaba a hablar pero no quería que él pensara que podía intimidarme.

— ¿Eso seria una petición menos? — dije entre dientes.

— No — gruño — eso esta dentro de las otras que  pareces olvidar constantemente.

— Eso no es muy justo.

—La vida no es justa.

Solté un sonido de frustración.

— La verdad no se enserio que hice para que me odiaras tanto ya te pedí disculpas, he tratado de ser buena contigo a pesar de que eres un asco conmigo, hasta te lleve de mi maldito café pero ya me harte.

Levanté la voz mas de lo que pretendía y de reojo vi que volteo a mirarme pero yo tenía la vista fija a la calle frente a nosotros por lo que no pude ver que expresión tenía, mis ojos picaban y no quería que me viera llorar, por suerte el sol ya se había metido y la oscuridad ocultaba todo. Me había cansado de su actitud, no era nadie para tratarme asi y no lo iba a seguir permitiendo.

DARKLIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora